La inflación ha hecho que los precios de la gasolina estén por las nubes y es posible que esta situación vaya a peor en los próximos meses.
Este problema está llevando a que algunos ciberdelincuentes tiren de picaresca para conseguir este 'oro líquido' de manera más barata o incluso gratuita.
Jeff Lenard, vicepresidente de la Asociación Nacional de Tiendas de Conveniencia, ha explicado las técnicas que usan los cibermalos para el pillaje. Según indica, el robo de gasolina es algo que ha existido desde que existen las gasolineras.
La mayoría de estaciones de servicio de EE.U usan bombas de uno de estos dos fabricantes: Wayne Fueling Systems o Gilbarco Veeder-Root.
Para llevarse la gasolina los hackers están utilizando varios métodos. Uno de ellos supone 'engañar' al surtidor para que suministre más combustible por el mismo precio. Esto afecta principalmente contra las bombas Gilbarco.
Los piratas se sirven de tecnología casera para ralentizar el pulsador, de forma que solo se registra parte de la gasolina que ya se ha echado. Estos dispositivos caseros pueden fabricarse con un puñado de piezas de una ferretería.
Hackeo a distancia
Otra fórmula usada por los amigos de lo ajeno sería aprovechar la función de control remoto que tienen ciertos surtidores de Wayne. Solo necesitarían adquirir un mando a distancia a través de eBay para manipularlos a su antojo.
Es cierto que los surtidores suelen requerir un código de acceso para aquellos usuarios que quieren manejarlos en remoto, pero generalmente se suele dejar el que está por defecto, facilitando la tarea a los malos.
Según recoge el medio estadounidense NBC News, desde marzo la policía ha detenido a 22 personas por manipular digitalmente ordenadores que administran los surtidores o instalar dispositivos caseros para ahorrarse parte o todo el pago.