El diario El Mundo ha publicado esta semana una noticia con un titular de impacto: "Fernando Grande-Marlaska deja sin ciberseguridad a la Guardia Civil". Según el mencionado periódico, el ministro del Interior habría decidido fragmentar el Centro Nacional de Protección de Infraestructuras y Ciberseguridad (CNPIC), derivando una de las prioridades actuales en la seguridad del Estado a la Policía Nacional en detrimento de la Guardia Civil.
Muchos han querido ver en esta decisión una vendetta por parte del Ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska tras los desencuentros con algunos mandos de la Guardia Civil por el cese del Coronel Diego Pérez De los Cobos.
Fuentes relacionadas con el ámbito de Interior, muy críticas con el Gobierno,afirman que el juez tiene mucha más confianza en la Policía Nacional, a la que considera "más fiables y más moldeables. Y cuanto más poder quite a la Guardia Civil, mucho mejor". Es cierto que existe malestar entre altos cargos de la Guardia Civil ante la situación que se ha creado.
Existe un malestar entre los altos cargos de la guardia civil, que ven como poco a poco se les va arrebatando poder en diversas áreas en favor de la policía nacional
Hace años no era así. Marlaska ordenó a Guardia Civil que "nunca informara a sus superiores" cuando investigaba el Caso Faisán como juez. Fue un mando de la Policía el responsable de la filtración.
Según el diario El Mundo, Interior separa el CNPIC en dos organismos: el Centro Nacional de Protección de infraestructuras Críticas y la Oficina de Coordinación Cibernética. Hasta esta fecha, y desde su puesta en marcha, ambos organismos habían sido dirigidos por unteniente coronel de la Guardia Civil que próximamente ascenderá a coronel. Ahora, con la nueva estructura, el CNPIC seguiría, siempre según este periódico, en manos de este coronel, pero ya no tendrá competencia alguna en el ámbito de laciberseguridad. El mando pasaría a manos de la Policía, concretamente del comisario Juan Carlos López Madera, al frente de la Oficina de Coordinación Cibernética.
El ministerio contraataca
Escudo Digital se ha puesto en contacto con el Ministerio del Interior y niegan que se trate de ninguna represalia contra la Guardia Civil. Uno de los máximos responsables del Ministerio nos ha manifestado que, "lo único que ha ocurrido aquí es que el CNPIC tenía dos patas: la oficina de coordinación cibernética que hacía ciberseguridad, y el centro de protección de Infraestructuras, que protegía las infraestructuras críticas, como el sistema bancario, etc. Ahora simplemente, para potenciar ambos elementos, se ha decidido separarlos. Siguen trabajando en el mismo edificio, siguen dependiendo de la Secretaría de Estado de Seguridad".
La pregunta es: ¿Seguirán trabajando los Guardias Civiles en Ciberseguridad? La respuesta que nos ofrecen es esta: "Siempre han trabajado los mismos cuerpos, no ha sido nunca de la Guardia Civil. No es un caramelo que se lo vayan pasando los niños. Son órganos centrales que dependen de la Secretaría de Estado de Seguridad y en los cuales trabajan funcionarios de ambos cuerpos, como hermanos. Yo diría que es el único sitio donde trabajan realmente así".
Destacan que Marlaska no tiene animadversión a la Guardia Civil, y que los dos cuerpos tienen muchascosas buenas e "intentamos potenciarlas todas".
No ha habido, afirman, ninguna intención de ningunear a la Guardia Civil. Pero desde Escudo Digital hemos consultado a distintos expertos y afirman que la decisión puede ser discutible, al menos desde un punto de vista técnico, independientemente de que sean Guardias Civiles o Policías quienes estén al mando.
Analizando la decisión desde un punto de vista técnico, opiniones a favor y en contra
Hay muchos puntos de vista en torno a esta medida de separar un organismo tan importante, y son de orden práctico. Hay quien considera que la seguridad fragmentada con responsabilidades estancas requiere una estrecha coordinación y eso es un problema en muchos casos.
"Hoy en día no se puede separar la seguridad física de la seguridad lógica, y menos en infraestructuras críticas"
La seguridad es un problema que abarca diversas áreas, y cada vez hay más empresas que están integrando en un único centro de seguridad la seguridad lógica y la física. Los tiros, en el ámbito privado van por la búsqueda de aunar la seguridad física en el más estricto sentido de la palabra con la ciberseguridad: "Hoy en día no se puede separar la seguridad física de la seguridad lógica, y menos en infraestructuras críticas, puesto que en estos últimos años se ha podido ver que el ataque cibernético a estas infraestructuras es el riesgo más probable y peligroso, y que puede tener efectos físicos. Por ejemplo, el reciente ciberataque que ha sufrido el sistema de aguas en Israel, o el ataque de Stuxnet", nos comenta un destacado experto en el ámbito de la ciberseguridad que prefiere mantenerse en el anonimato.
Y es que la integración de la seguridad física y lógica tiene muchas ventajas, por ejemplo, si alguien utiliza un ordenador, cuando no ha pasado su tarjeta de acceso por el torno de entrada, "es que está ocurriendo algo raro. No hay que olvidar que en el caso de las infraestructuras críticas existe también la amenaza del insider y sin este tipo de integración, es muy complicado cazarlos", nos dicen.
"Parece que los intereses de poder están por encima del bien público. Lamentablemente nos encontramos en un mundo cambiante dirigido por la política de la percepción y el corto plazo".
Otros expertos consideran que la división no tiene consecuencias prácticas de ningún tipo, y que a veces es mejor fragmentar para facilitar el trabajo. Opinan exactamente igual que en el Ministerio, la responsabilidad de la seguridad lógica y física de las infraestructuras críticas, es de los de los operadores de las mismas
En cuanto al ámbito de las infraestructuras a la que prestaba apoyo el CNPIC, un experto en seguridad de una de las compañías a las que presta apoyo el organismo, nos dice: "Parece que los intereses de poder están por encima del bien público. Lamentablemente nos encontramos en un mundo cambiante dirigido por la política de la percepción y el corto plazo. Afortunadamente estoy seguro de que la Guardia Civil y la Policía Nacional no van a dejar tirado a nadie, ni van a dejar de colaborar por el bien del Estado. Eso está fuera de toda duda".
Según CosmeZ4, hacker ético experto en ciberseguridad, "todas las organizaciones efectúan cambios que no necesariamente afectan a la funcionalidad pero, sin embargo, les sirve para explorar nuevas posibilidades de hacer las cosas de otra manera, por meter aire fresco, en un sitio. No es que se esté cuestionando la eficacia del trabajo, pero con frecuencia se busca mantener una cierta tensión positiva, y estimular la competencia profesional entre unos y otros. Hay bancos y grandes organizaciones donde la seguridad lógica y la física están separadas, y no necesariamente tiene un impacto negativo. Cada rama requiere unos skills diferentes, pero lo importante es que en un caso de necesidad haya buena coordinación, que se supone que la habrá, en caso necesario".
La Guardia Civil: casi dos siglos de historia
Lo cierto es que en el imaginario de izquierdas, a la Guardia Civil, un cuerpo con casi dos siglos de historia, se le atribuye una determinada ideología, cuando lo único que ha hecho, salvo en contadas excepciones, es obedecer. Rubalcaba, afirman fuentes consultadas, siempre se fío más de la Policía Nacional, pero no hay que olvidar que en un cuerpo con decenas de miles de trabajadores hay personas de todas las ideologías.
Fuentes consultadas afirman que es preciso olvidar maniqueísmos: "Defendió Barcelona y la Segunda República tras el 18 de julio. La Guardia Civil fue creada para proteger la integridad de España, y velar por la seguridad de sus ciudadanos, y es a eso es a lo que se dedica con una rigurosidad y una dedicación muy por encima de otros cuerpos policiales a nivel europeo", afirma un experto en seguridad, quien añade "su independencia de criterios, la meticulosidad de sus agentes y su integridad puede molestar al poder, por eso interesa descabezarla y ha sido siempre tan maltratada".
A Marlaska se le vio cómodo en la reciente exhibición del SEPRONA, un departamento con enorme prestigio tanto nacional como internacional. Hay departamentos dentro del cuerpo con los que siente mayor afinidad, y sus críticos afirman que son aquellos que no manejan información.
Fuentes relacionadas con el PSOE señalan que si bien la afinidad con la Policía Nacional era enorme en tiempos de Rubalcaba, la supuesta fobia a la Guardia Civil de Marlaska "no es comparable con la actitud ni las opiniones de Pablo Iglesias, quien, no hay que olvidarlo, es el vicepresidente de Gobierno. La cara de una foto suya el día en el que le fue presentadasu escolta lo decía todo: asco, malestar. El Guardia Civil se mostraba absolutamente jovial".
Un experto en geopolítica ha manifestado a este medio: "Marlaska no da puntada sin hilo. La decisión obedece a motivos políticos, sin duda, para mantener mejor el control. En la situación delicada en la que están necesitan controlar al máximo cualquier disidencia, dentro y fuera".