La semana pasada, coincidiendo con la celebración de la cumbre del 75º aniversario de la OTAN, en Escudo Digital advertíamos que uno de sus retos más urgentes es hacer frente a la amplia variedad de ciberamenazas a las que se enfrenta, las cuales recopilamos de la mano de John Hultquist, analista jefe de Mandiant Intelligence.
Los países aliados de la OTAN también repararon sobre el aluvión de ciberactividades maliciosas que les acechan durante la cumbre, donde decidieron redoblar sus esfuerzos en ciberseguridad creando un nuevo Centro Integrado de Defensa Cibernética (NICC) para protegerse mejor contra las ciberamenazas, cada vez más sofisticadas.
Según ha informado la propia OTAN, este centro, que estará ubicado en el Cuartel General de las Potencias Aliadas en Europa (SHAPE) en Mons (Bélgica), tendrá como misión principal mejorar la defensa de las redes de la OTAN y de los aliados, así como optimizar el uso del ciberespacio como un dominio operativo.
El NICC proporcionará a los comandantes militares de la OTAN visibilidad continua sobre las redes de la alianza y otras infraestructuras críticas, tanto civiles como militares, que puedan ser vulnerables a ciberataques. Este centro integrará personal civil y militar de diferentes países aliados y expertos de la industria para aumentar la conciencia situacional en el ciberespacio y mejorar la resiliencia y defensa colectiva.
Un aspecto destacado del NICC es su enfoque en la colaboración entre diversos sectores, rompiendo las barreras burocráticas para permitir una integración más efectiva de herramientas políticas y militares. Este enfoque se inspira en modelos como el Centro Nacional de Ciberseguridad del Reino Unido, donde la industria y las agencias gubernamentales trabajan juntas en un mismo espacio para compartir información y apoyo técnico.
La creación del NICC refleja un cambio doctrinal significativo dentro de la OTAN, reconociendo que el ciberespacio está en constante estado de enfrentamiento, sin una clara delimitación entre tiempos de paz, crisis y conflicto. Este concepto ha sido impulsado por la experiencia en la defensa cibernética de Ucrania, que ha demostrado la importancia crítica de proteger su ciberespacio para el funcionamiento tanto militar como civil en situaciones de conflicto.
El centro también tendrá un papel importante en la promoción de normas y estándares internacionales en ciberseguridad, reforzando la capacidad de la OTAN para imponer normas cibernéticas y colaborar con otros organismos internacionales en este ámbito.