El diario estadounidense The New York Times ha informado de que actores de amenazas vinculados a China atacaron los teléfonos móviles usados por el ex presidente y candidato a la presidencia Donald Trump y el senador JD Vance.
El medio, basándose en dos fuentes que han preferido conservar en anonimato, señala que se trató de una campaña de ciberespionaje dirigida a recopilar inteligencia sobre ambos líderes.
En este momento la inteligencia estadounidense se encuentra tratando de averiguar qué comunicaciones fueron escuchadas o intervenidas por los ciberespías.
Las autoridades aseguran que "la investigación está en curso, y alentamos a cualquier organización que crea que podría ser una víctima a que se comunique con su oficina local del FBI o CISA", añaden.
The New York Times recoge que el tipo de información usado por un candidato presidencial y su compañero podrían suponer una "mina de oro para una agencia de inteligencia", exponiendo cosas como a quién llamaron y enviaron mensajes de texto, con qué frecuencia se comunicaron con ciertas personas y cuánto tiempo hablaron con ellas.
Para un adversario como China todos esos aspectos podrían ser de mucho valor, sobre todo si pudieron acceder a ellos en tiempo real.
Ataque a las telcos americanas
Por su parte, CNN ha informado de que los piratas informáticos vinculados a China atacaron a los proveedores de banda ancha de Internet de EE.UU, incluyendo a AT&T, Verizon y Lumen.
"El Gobierno de Estados Unidos está investigando el acceso no autorizado a la infraestructura comercial de telecomunicaciones por parte de actores afiliados a la República Popular China", puede leerse en un comunicado publicado por la CISA y el FBI de EE.UU.
"Después de que el FBI identificó una actividad maliciosa específica dirigida al sector, el FBI y la Agencia de Seguridad de Infraestructura y Ciberseguridad (CISA) notificaron inmediatamente a las empresas afectadas, prestaron asistencia técnica y compartieron rápidamente información para ayudar a otras víctimas potenciales", añaden.
Por el momento desde Pekín han negado las acusaciones de ciberespionaje.