Los servicios de inteligencia rusos se están sirviendo de apps de mensajería instantánea y foros online para reclutar ciudadanos ucranianos que lleven a cabo atentados terroristas, bajo la promesa de ofrecerles pagos rápidos.
Anteriormente Rusia recurría a Telegram para encontrar personas dispuestas a llevar a cabo campañas de desinformación patrocinadas por el Kremlin o ciberataques contra Ucrania a cambio de una recompensa, pero en este caso no se ha especificado qué herramientas de mensajería o foros están usando.
En un comunicado enviado por el jefe de la policía nacional de Ucrania, Ivan Vyhivskyi, se revela que los más propensos a cooperar en estos ataques son los jóvenes, las personas desempleadas y aquellos que llevan estilos de vida antisociales.
Sin embargo, el jefe de policía advierte de que Rusia, lejos de cumplir su palabra y pagar los fondos prometidos, asesina a los perpetradores o los encarcela tras completar sus misiones.
Desde principios de año las autoridades ucranianas han registrado nueve ataques de este tipo dirigidos contra la policía, los centros de reclutamiento militar, los servicios de seguridad y las instalaciones postales, con todos ellos orquestados, según se cree, por la inteligencia rusa.
Así, la declaración de las autoridades ucranianas se da un un momento en el que estos incidentes están a la orden del día.
"El objetivo principal de estos ataques es desestabilizar el país y socavar la confianza pública en las fuerzas de seguridad y defensa de la nación", ha declarado Vyhivskyi.
El jefe de policía ha contado cómo Rusia usa activamente los canales de Telegram para amplificar los conflictos que involucran a militares y oficiales de reclutamiento ucranianos, impulsar narrativas pro-rusas y sembrar la discordia en la sociedad.
Misiones a menores camufladas como juegos
A principios de diciembre el servicio de seguridad ucraniano descubrió una campaña de espionaje ruso que implicaba el reclutamiento de menores ucranianos para actividades delictivas disfrazadas de "juegos de búsqueda".
Como parte de esa operación se les otorgaron coordenadas de geolocalización a los adolescentes para que sacaran instantáneas y grabaran vídeos de los objetivos y proporcionaran descripciones mediante apps de mensajería anónimas. Con estos datos las fuerzas armadas rusas pudieron coordinar ataques aéreos, según las autoridades ucranianas.