Telegram, la aplicación creada por los Hermanos Durov, Pavel y Nikolai, se la consideraba la app más privada al compararla con WhatsApp, su más directo rival. De hecho arrebató muchos usuarios a WhatsApp por considerarse como mucho más segura. Pero si los delincuentes pensaban que utilizándola estaban a salvo de ser controlados por la policía están seriamente equivocados. Según informa Federal News Network, la policía alemana ha anunciado a bombo y platillo la intervención de diversos grupos de Telegram usados como mercados ilegales para vender droga. El Bundeskriminalamt anunciaba en su cuenta de Twitter la operación.
Los grupos de narcotraficantes que utilizan internet suelen recurrir a la Dark Web, pero en esta ocasión decidieron usar grupos de Telegram. Sin embargo, han sido descubiertos. En la operación han participado las fiscalías deBremen, Chemnitz, Essen, Hagen, Konstanz y Mannheim. La investigación la ha llevado a cabo la Bundeskriminalamt, la Oficina Federal de Policía Criminal.
28 narcotraficantes detenidos utilizaban Telegram
Han sido detenidos 28 traficantes de droga en una redada simultanea llevada a cabo en 30 poblaciones. Se han incautado ocho armas cortas, 10.000 euros en efectivos, dispositivos móviles y discos duros. Según el comunicado facilitado por la BKA, los sospechosos usaron Telegram no solo para el tráfico de droga, sino también para la venta de documentación falsa, información robada en incidentes de seguridad así como otros servicios ilegales.Los nombres de los grupos de narcotraficantes que utiilizaban Telegram eran Silk Road, Marktplatz//Schwarzmarkt, GermanRefundCrew y Cracked Accounts Shop.
Silk Road, o camino de la seda, es el mismo nombre que utilizaba la red de narcotráfico fundada por el estadounidense Ross William Ulrich, de 35 años, finiquitada tras su arresto en el 2013. Usaba el seudónimo de Dread Pirate Roberts. Tanto era el mercado que movían en la Depp Web que su desmantelamiento por parte de las autoridades norteamericanas provocó un un desplome del valor del Bitcoin. Ulrich, de 35 años, cumple en estos momentos cadena perpetua por blanqueo de capitales, hackeo de ordenadores, tráfico de narcóticos, así como la contratación de sicarios con la intención de eliminar a un empleado que había sido arrestado, así como a clientes y a usuarios que lo extorsionaban. Cumple cadena perpetua en una cárcel de Nueva York.