El pasado lunes 8 de abril, los tres Secretarios de Defensa de AUKUS (el Secretario de Defensa de EE.UU. Lloyd Austin, el Secretario de Estado de Defensa británico Grant Shapps y el Ministro de Defensa australiano Richard Marles) emitieron un comunicado que decía que estos países están “considerando la cooperación con Japón en los proyectos de capacidades avanzadas del Pilar II de AUKUS.”
Después de esta bomba, el británico Shapps amplió ese comentario, tuiteando que, “hemos anunciado que estamos explorando naciones afines, incluido Japón, para unirse a algunos de nuestros flujos de trabajo del Pilar II de AUKUS, pudiendo ser esta una clara señal de que más colaboraciones extranjeras podrían llegar a esta alianza tripartita. Y aunque no se mencionó en las declaraciones del pasado lunes, Nueva Zelanda ha sido nombrada en cuanto a que está teniendo conversaciones para unirse al Pilar II también.
Sin embargo, horas más tarde, el Primer Ministro de Australia, Anthony Albanese, aclaró que, en su opinión, no se invitará a otros países a ser miembros plenos de AUKUS, sino que “lo que se propone es mirar el ‘Pilar II’ de AUKUS y ver, proyecto por proyecto, si cabría participación extranjera, y Japón es un candidato natural para que eso ocurra”. “Lo que no se propone -continuó- es expandir la membresía de AUKUS.”
La adición de más naciones a AUKUS no está desde luego exenta de controversia, ya que los más críticos a este respecto están preocupados de que este asunto podría retrasar o parar los nuevos submarinos de propulsión nuclear clase AUKUS.
El vicealmirante Robert Gaucher, comandante de las fuerzas de submarinos de EE.UU., señaló que, “aunque no estoy al tanto de todas las decisiones políticas de traer a Japón o no, diría que ya compartimos toneladas de tecnología con el estado nipón. Son un gran socio en el Pacífico. Así que creo que cuantos más socios, particularmente en la región del Indo Pacífico, podamos reunir en estas capacidades, mucho mejor”.
Además del vicealmirante Robert Gaucher, otros altos mandos militares australianos y británicos como el vicealmirante Martin Connell apoyan la idea de trabajar con otros países, en principio, para proyectos específicos y determinadas capacidades, sin que ello tenga que significar la ralentización de la construcción y desarrollo de los submarinos de propulsión nuclear, que al fin y al cabo, es el corazón del proyecto AUKUS.
Las tres naciones de AUKUS ya están trabajando en la tecnología del Pilar II. Entre las prioridades se está trabajando mucho en la guerra electrónica, mientras que se siguen destacando las capacidades submarinas y los vehículos no tripulados.
AUKUS fue sin duda el primer paso para crear una alianza militar Occidental en la región del Indo-Pacifico, con la mirada puesta en contrarrestar el creciente poderío y posible expansionismo chino en la zona. Siempre se ha pensado que esta organización llegará a convertirse en la OTAN de estos lares, y que junto al QUAD (Estados Unidos, India, Australia y Japón) intentan básicamente contener al gigante rojo en el campo económico y militar. No cabe duda de que a pesar de las reticencias iniciales de los tres países fundadores de AUKUS por motivos de agenda, esta organización aumentará sus miembros y se convertirá en una verdadera Alianza del Indo-Pacifico, muy similar a la Alianza Atlántica en cuanto a capacidades, y, por lo tanto, también en posibilidades. Y mientras una intentará debilitar a Rusia, la otra hará lo propio con China.
Pero, ¿Qué es AUKUS?
AUKUS es un acuerdo trilateral de seguridad estratégica entre Australia, el Reino Unido y Estados Unidos, anunciado por primera vez el 15 de septiembre de 2021. Este pacto representa una piedra angular en la política de defensa y seguridad del Indo-Pacífico, enfocada en contrarrestar el creciente poderío militar y la influencia de China en la región. AUKUS no solo subraya la importancia de la alianza entre estas tres naciones anglosajonas, sino que también señala un cambio significativo en la manera en que Occidente busca preservar su influencia en una era de competencia geoestratégica intensificada.
El elemento más notable y a la vez más controvertido de AUKUS es el compromiso de proporcionar a Australia tecnología de propulsión nuclear para su flota de submarinos, marcando la primera vez que una potencia nuclear comparte tan abiertamente esta tecnología con un país no nuclear. Este paso es significativo por varias razones: primero, amplía el club exclusivo de naciones capaces de desplegar submarinos nucleares; segundo, indica un nivel de confianza y cooperación en materia de seguridad entre los tres países como nunca antes se había visto; y tercero, al hacerlo, altera el equilibrio de poder en el Indo-Pacífico, una región de importancia crítica para el comercio mundial y la estabilidad geopolítica.
Desde su anuncio, AUKUS ha generado reacciones mixtas a nivel global. Por un lado, ha sido bien recibido por aquellos preocupados por las ambiciones territoriales de China en el Mar del Sur de China y su enfoque más asertivo hacia Taiwán. Por otro lado, ha provocado tensiones diplomáticas, particularmente con Francia, que vio cancelado un contrato preexistente con Australia para el suministro de submarinos convencionales, un movimiento que París describió como una "puñalada por la espalda".
Más allá de los submarinos, AUKUS tiene ambiciones que se extienden a otras áreas de cooperación en defensa y seguridad. Los tres países han señalado su intención de colaborar en tecnologías emergentes y críticas, como la inteligencia artificial, la cibernética y la guerra electrónica, bajo lo que se denomina "Pilares" del acuerdo. Estas iniciativas buscan no solo mejorar las capacidades militares de los países miembros, sino también fomentar la interoperabilidad entre sus fuerzas armadas, asegurando que puedan operar juntas de manera eficaz.
A medida que AUKUS evoluciona, ha surgido la discusión sobre la expansión del acuerdo para incluir a otros países, lo que refleja su creciente importancia como mecanismo para la cooperación en seguridad en la región del Indo-Pacífico. Japón, por ejemplo, ha sido mencionado como un potencial colaborador en proyectos específicos dentro del marco de AUKUS, aunque no como miembro pleno. Esta posibilidad subraya la naturaleza cambiante de las alianzas globales en respuesta a los desafíos comunes y la importancia de una cooperación más amplia para mantener la estabilidad regional.
En resumen, AUKUS es un hito en la geopolítica del siglo XXI, simbolizando un realineamiento estratégico entre algunas de las democracias más poderosas del mundo. Su desarrollo y expansión potencial serán cruciales en la configuración del futuro equilibrio de poder en el Indo-Pacífico y más allá.