Aviones y drones: la revolución de la IA en el combate aéreo

Los drones ya pueden luchar codo a codo con los cazas más avanzados del mundo.

Oscar Ruiz -Escudo Digital.

Experto en migraciones y analista internacional.

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Ilustración de la empresa Lockheed Martin sobre el combate colaborativo CCA Foto: Lockheed Martin.
Ilustración de la empresa Lockheed Martin sobre el combate colaborativo CCA Foto: Lockheed Martin.

Cansados ya de repetir cómo los drones están cambiando la forma de hacer la guerra y enfrentar cualquier conflicto armado, solo nos quedaba ver a estos aparatos aéreos no tripulados trabajando mano a mano con los sistemas aéreos pilotados más modernos y complejos. Lockheed Martin, además de otras empresas y países, quiere liderar esta transformación con avances que cambiarán la forma de luchar en los cielos, y plantean una nueva era en la que humanos y máquinas trabajarán juntos para garantizar la superioridad aérea. Pero, ¿qué significa esto para el futuro de la defensa?

Aviones y drones: qué es el CCA y por qué revolucionará el combate aéreo

Esta idea de Aviones de Combate Colaborativo (CCA, por sus siglas en inglés) se ha convertido uno de los proyectos más innovadores e interesantes en el ámbito militar moderno. Estos aparatos semi-autónomos, conocidos como “aliados leales”, están diseñados para operar en perfecta sincronización con aviones pilotados como el F-35, uno de los cazas más avanzados del mundo.

Estos aliados leales pueden trabajar de manera independiente o coordinados (bajo las ordenes) con cazas tripulados. Sus capacidades incluyen combate aire-aire, ataque a objetivos terrestres, guerra electrónica y operaciones de inteligencia, vigilancia y reconocimiento (ISR). Estos drones extienden el alcance y la efectividad de los pilotos humanos, actuando como multiplicadores de fuerza en los entornos de combate más complejos.

Además de EE.UU., Reino Unido, Italia y Japón han unido fuerzas en el Programa Aéreo de Combate Global (GCAP) para desarrollar el caza de sexta generación Tempest. Este avión contará con capacidades opcionalmente tripuladas, permitiendo operaciones en modos tripulados, no tripulados o combinados. El Tempest integrará tecnología avanzada de procesamiento de datos y asistencia en la toma de decisiones para el piloto, ofreciendo flexibilidad táctica en misiones complejas.

Francia, Alemania y España, a través del programa Future Combat Air System (FCAS), están colaborando en el desarrollo de un sistema de combate aéreo que incluye un caza de nueva generación y drones de combate.

Ingenieros chinos, por su parte, han probado un caza con características "metamórficas", donde partes de sus alas pueden separarse y convertirse en drones autónomos durante el vuelo. Tambieb el Dron FH-97ª, desarrollado por Aerospace Times Feihong Technology Corp, que está diseñado para combates de alta intensidad y larga duración. Puede liderar enjambres de drones más pequeños y actuar como copiloto de aviones tripulados, realizando misiones de combate aire-aire, ataques a objetivos terrestres, guerra electrónica y operaciones de inteligencia, vigilancia y reconocimiento (ISR).

Mirando al futuro: lo que nos espera en 2025 y más allá

Parece que el este 2025 y sobre todo los próximos 4 o 5 años serán fundamentales para afianzar esta nueva forma de combate donde Lockheed Martin planea realizar pruebas adicionales con drones integrados en los F-35 y F-22. El objetivo a medio plazo sería que los drones se vuelvan más autónomos, reduciendo la necesidad de intervención humana y aumentando la capacidad de respuesta en campos de batalla muy dinámicos.

Al final, el objetivo es crear una red multidominio donde aviones tripulados y no tripulados trabajen como un sistema interconectado. Este enfoque permitirá una mayor flexibilidad operativa, adaptabilidad y, también, una reducción notable de riesgos para los pilotos.

Más alcance, menos riesgos: las ventajas de combinar aviones y drones

  • Una de las principales ventajas es que esta combinación ofrece mayor alcance y capacidad porque amplía la cantidad de objetivos que pueden ser atacados simultáneamente.
  • También es importante su flexibilidad operativa, ya que los pilotos pueden concentrarse en decisiones estratégicas mientras que los drones realizan tareas específicas como vigilancia o guerra electrónica.
  • Unos costos más bajos a largo plazo debido a que a pesar de que el desarrollo inicial es caro, los drones autónomos son bastante más económicos de operar y mantener que los cazas tripulados.
  • Y por supuesto una reducción de riesgos para el personal, con menos pilotos expuestos a peligros en el campo de batalla.

Inconvenientes y desafíos a superar

Este sistema depende enteramente de la IA, planteando dudas sobre la seguridad, los errores en la toma de decisiones y la posibilidad de ciberataques. La integración es compleja, porque asegurar que drones y aviones pilotados trabajen en perfecta sincronización en este tipo de escenarios complejos sigue siendo un verdadero desafío técnico y logístico. Asimismo, tiene unos costos iniciales elevados, como dijimos, los drones son más baratos a largo plazo, pero el desarrollo de tecnologías como el F-35 y los CCAs requiere inversiones multimillonarias. Y llegamos a los dilemas éticos y legales, porque el uso de sistemas autónomos en combate plantea cuestiones sobre la responsabilidad en caso de errores o daños colaterales.

¿Revolución o evolución?

El combate aéreo colaborativo va a marcar un antes y un después en la estrategia militar y el camino ya ha comenzado. Pero, como en cualquier otra tecnología disruptiva, este modelo presenta oportunidades y desafíos que deberían ser analizados con mucho cuidado.

El dominio militar de los cielos ya no sería solo cuestión de aviones de combate de última generación o de avanzados drones militares con capacidades y autonomía que hacen sombra a los cazas más modernos, sino una mezcla perfecta de aparatos tripulados y no tripulados que mediante la inteligencia artificial formen un tándem imbatible para cualquier enemigo… a no ser que ese enemigo disponga también de esta tecnología disruptiva.