Los drones, los grandes protagonistas de la guerra de Rusia y Ucrania, ¿qué hemos aprendido de ellos?

El conflicto entre Rusia y Ucrania ha marcado un hito histórico en la evolución de la guerra moderna, especialmente en el uso de drones en el campo de batalla. Tras tres años de conflicto, ¿qué hemos aprendido?

Sergio Delgado Martorell.

Periodista especializado en tecnología, ciberseguridad e innovación.

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Los drones, los grandes protagonistas de la guerra de Rusia y Ucrania.
Los drones, los grandes protagonistas de la guerra de Rusia y Ucrania.

Desde el inicio de la invasión, ambos bandos han desplegado vehículos aéreos no tripulados de manera masiva y sofisticada, consolidando a estos drones como herramientas indispensables en la estrategia militar contemporánea.

Aunque los drones ya habían sido utilizados en conflictos anteriores, la escala, la innovación y el impacto de su empleo en esta guerra han redefinido su papel, transformándolos en elementos centrales del combate moderno.

Herramientas de ataque letales y precisas

Los drones han demostrado ser armas letales y versátiles, capaces de ejecutar misiones de precisión que antes requerían un alto riesgo humano. Desde ataques a posiciones enemigas y destrucción de infraestructura crítica hasta misiones de reconocimiento avanzado, estos dispositivos han permitido a ambos ejércitos golpear objetivos estratégicos con una eficacia sin precedentes.

Ejemplos notables incluyen los drones kamikaze Shahed-136, de fabricación iraní y utilizados por Rusia, y los Bayraktar TB2, de origen turco y empleados por Ucrania, que han tenido un impacto significativo en el desarrollo del conflicto.

Estos drones han permitido realizar ataques quirúrgicos contra bases militares, líneas de suministro y posiciones estratégicas, minimizando el riesgo para las tropas propias.

Además, su capacidad para operar a grandes distancias y evadir sistemas de defensa los convierte en armas difíciles de interceptar, lo que aumenta su efectividad en el campo de batalla.

La nueva carrera tecnológica con el dron como protagonista

El uso masivo de drones ha impulsado una carrera tecnológica en el desarrollo de sistemas de defensa y contramedidas. Ucrania ha implementado soluciones innovadoras, como radares avanzados, sistemas de interferencia electrónica y armas específicas para derribar drones.

Rusia, por su parte, ha desplegado sistemas de defensa aérea y tecnologías antidron, incluyendo armas láser y misiles de corto alcance.

Sin embargo, los drones han demostrado una notable capacidad de adaptación, evolucionando constantemente para evadir estas medidas. Esta dinámica ha creado un ciclo de innovación y contrainnovación, donde cada avance en defensa es respondido con nuevas tácticas ofensivas, consolidando a los drones como un elemento disruptivo en la guerra moderna.

Más allá de su uso en combate directo, los drones han revolucionado la recopilación de inteligencia en el campo de batalla. Su capacidad para sobrevolar territorio enemigo sin ser detectados ha permitido a ambos bandos obtener información valiosa en tiempo real sobre movimientos de tropas, fortificaciones y estrategias enemigas.

Esta información ha sido crucial para tomar decisiones tácticas rápidas y precisas, aumentando la efectividad de las operaciones militares.

Además, los drones han sido empleados para evaluar daños posteriores a los ataques, permitiendo ajustar estrategias de manera inmediata.

Esta capacidad de retroalimentación rápida ha otorgado una ventaja significativa a quienes los utilizan, transformando la forma en que se planifican y ejecutan las misiones.

Drones comerciales como armas de guerra accesibles

Un fenómeno destacado en este conflicto ha sido el uso de drones comerciales adaptados para fines militares. Tanto Ucrania como Rusia han modificado drones civiles para llevar explosivos, realizar misiones de reconocimiento y actuar como armas improvisadas.

Estos dispositivos de bajo coste han demostrado ser sorprendentemente efectivos y difíciles de detectar, lo que ha llevado a un aumento exponencial en su uso.

Este fenómeno ha democratizado el acceso a la tecnología militar, permitiendo que grupos paramilitares y fuerzas irregulares utilicen drones como herramientas de guerra sin necesidad de costosos equipos especializados. Sin embargo, también plantea preocupaciones sobre su posible uso en actos terroristas o operaciones clandestinas fuera del ámbito convencional.

¿El futuro será cosa de drones autónomos e inteligencia artificial?

La guerra en Ucrania ha sentado un precedente para el futuro de los conflictos armados, donde los drones desempeñarán un papel aún más protagónico.

Con el avance de la inteligencia artificial y la autonomía, es probable que veamos drones capaces de tomar decisiones complejas en tiempo real, operar en enjambres coordinados y ejecutar misiones con una precisión sin precedentes.

Los ejércitos del mundo están observando atentamente las lecciones aprendidas en este conflicto para desarrollar nuevas estrategias y tecnologías. La inversión en sistemas de drones avanzados y contramedidas antidron seguirá creciendo, consolidando a estos dispositivos como pilares de la guerra del futuro.

El uso extendido de drones también plantea importantes dilemas éticos y legales. La capacidad de estos dispositivos para atacar sin intervención humana directa ha generado debates sobre la moralidad de las armas autónomas y la necesidad de regulaciones internacionales que controlen su uso.

Además, la accesibilidad de los drones comerciales ha aumentado el riesgo de que sean utilizados de manera indiscriminada en actos terroristas o conflictos asimétricos.

A medida que la tecnología continúa avanzando, los drones seguirán evolucionando, obligando como no a los ejércitos y gobiernos a adaptarse a un panorama militar cada vez más complejo.