El optimismo, (rozando la euforia) se ha apoderado de la Industria de Defensa española este 2024. Por fin se ha confirmado la tendencia alcista de estos presupuestos; con los programas y proyectos de defensa que se están y se van a realizar; y con el gobierno manteniendo su palabra firme de aumentar gradualmente estas partidas hasta llegar al 2% del PIB en Defensa para el año 2029 como se acordó con OTAN. El notable aumento del presupuesto de defensa de 2023 no era un oasis y al menos los próximos 5 años, van a ser muy prósperos en este sector industrial.
Aunque España ya exporta la mayoría de su producción de Defensa, la Industria de este sector no puede (ni debe) vivir solo de los presupuestos de Defensa de la nación y debe mirar mucho más hacia afuera para colocar sus productos y convertirse en empresas rentables y sólidas. Un ejemplo claro de éxito en este sector, y actual número uno mundial es el de Estados Unidos, que acaba de batir en 2023 todos los records de ventas de armamento en su propia casa, y también alrededor del mundo, con un retorno económico importantísimo, y un no menor retorno en cuanto a estrategia y objetivos políticos, como veremos a continuación.
Estados Unidos aumenta sus exportaciones de armas en de forma exponencial
En 2023, las exportaciones de armas de EE.UU. experimentaron un impresionante aumento del 50% con respecto al 2022, con $238 mil millones en total y alcanzando los $81 mil millones en ventas militares al extranjero.
Este aumento se debe claramente a los cambios geopolíticos y tensiones tras la invasión de Ucrania por parte de Rusia y en menor medida también a las contiendas en Oriente Próximo a raíz del ataque terrorista de Hamas en Israel del pasado 7 de octubre 2023. Este notable auge en las exportaciones de armas se atribuye principalmente a contratos sustanciales de armamento avanzado y sistemas de armamento, incluyendo helicópteros de ataque y transporte, y lanzadores de misiles de largo alcance, destacando a Polonia y Alemania como compradores principales.
Estas ventas son, además de un éxito del sector de la industria de defensa norteamericana, parte de un movimiento estratégico más amplio en el que EE.UU. quiere reforzar las capacidades defensivas de la OTAN ante posibles amenazas de Moscú y de paso reducir la dependencia de Europa y Asia de las importaciones militares del Kremlin, obteniendo ya aquí retornos no económicos con la industria de Defensa.
Según señalan algunas fuentes oficiales de EE.UU., este importante incremento de ventas también es resultado del declive de la industria de defensa rusa, que históricamente ha sido un jugador dominante en el mercado global de armas. La industria de defensa de Moscú ha disminuido de una manera importante a causa del actual conflicto en Ucrania y las sanciones internacionales impuestas al Kremlin, limitando su capacidad de exportación y, consecuentemente, su alcance financiero y militar estratégico.
EE.UU. busca capitalizar esta situación expandiendo su cuota de mercado en la industria armamentística, reemplazando a Rusia como proveedor principal de armas a países como India, que recientemente firmó un importante acuerdo de $1.8 mil millones con General Electric. También dentro de la estrategia norteamericana citada anteriormente, no se trata solo de mejorar los intereses comerciales de EE.UU., sino también para contrarrestar la influencia rusa y china a nivel mundial.
El año 2023 fue testigo de importantes contratos de Defensa entre EE.UU. y varios países, en particular Estados europeos, que incrementaron sus adquisiciones de defensa, con Polonia invirtiendo fuertemente en hardware militar estadounidense como helicópteros Apache, sistemas de cohetes de largo alcance y tanques M1A1 Abrams para fortalecer sus defensas en medio del conflicto en curso en la vecina Ucrania. Alemania, la República Checa, Bulgaria y Noruega también hicieron grandes pedidos de una variedad de equipos de defensa estadounidenses, que van desde helicópteros Chinook hasta misiles avanzados y aeronaves.
En Asia, se hicieron acuerdos significativos con Corea del Sur y Japón, centrados en la adquisición de aeronaves y helicópteros, reflejando un aumento global en la demanda de hardware militar estadounidense. El gobierno de EE.UU., entendiendo la importancia estratégica y la urgencia de estos acuerdos, ha estado explorando formas de agilizar el proceso de ventas militares al extranjero, asegurando que más del 95% de los casos se procesen rápidamente, salvo algunos que requieren un escrutinio político más profundo.
Además, EE.UU. está activamente involucrado en frenar la influencia china ofreciendo acuerdos de defensa competitivos a países como Argentina y reforzando su apoyo a Taiwán ante amenazas continuas. Un importante retraso de $19 mil millones en armas estadounidenses destinadas para Taiwán da buena cuenta de los desafíos en la capacidad de producción y la negociación de acuerdos finales. La administración de EE.UU. presiona constantemente a la industria de defensa a mejorar su capacidad de producción para satisfacer puntualmente la creciente demanda global de su material militar.
2023 ha supuesto un año crucial para las exportaciones de armas de EE.UU., con un aumento significativo en ventas impulsado por la dinámica geopolítica moldeada por el conflicto entre Rusia y Ucrania y la estrategia más amplia de Washington para contrarrestar la influencia rusa y china en Europa y Asia. Desde luego Washington aprovechó esta oportunidad para fortalecer alianzas, asegurar sus intereses económicos en el sector de la defensa y reafirmar su posición como líder proveedor de armas a nivel mundial. Hay que recordar que muchas de estas ventas de sistemas de armamento vienen acompañadas con acuerdos de formación y seguridad a cargo de Estados Unidos, por lo que en el precio (ciertamente elevado) viene incluido un pack de “amistad” con Washington, que nunca viene mal tener de cara a la seguridad propia del país comprador.
Se podrá estar de acuerdo o no con la política militar de Estados Unidos, pero si nos ceñimos a los beneficios que aporta una Industria de Defensa fuerte y fiable, los norteamericanos son y serán siempre un ejemplo a seguir. Pero para nuestra industria de defensa será quizás mejor ir paso a paso, porque mucho más cerca, en Francia, Italia, Alemania y Reino Unido ya tenemos muy buenos ejemplos a seguir y alcanzar en los próximos años.