Desde ayer, circula por ámbitos militares (y no tanto), un Informe del Ejército de Tierra, sellado por la Sección de Técnicas de Apoyo a la Decisión (SETAD), que depende a su vez de la Subdirección de Asistencia Técnica (SUBAT) de la Jefatura de los Sistemas de Información, Telecomunicaciones y Asistencia Técnica de dicho Ejército.
Ante la imposibilidad de contactar con un responsable, a suslíneas nos remitimos, en las que tanto las afirmaciones como las negaciones quese hacen sobre el coronavirus, no dejan indiferente. Un baño de realismo enforma de predicciones, a partir de un estudio hecho con datos y modelosmatemáticos (el modus operandi con que investiga esta unidad).
Pero si ya nadie dudaba que el próximo otoño llegará el tananunciado rebrote, ahora, dos tazas: habrá doble oleada de epidemia y ambasdespués del verano (aunque la segunda más hacia finales del año 2021). Consideranque el calor pondrá freno a su expansión, “pero no la detendrá completamente”.No obstante, el documento es optimista respecto a la virulencia en ambos casos. “Dadoque existirá un mayor nivel de inmunidad social por el presente brote, sedispondrá de más medios y se reaccionará más rápido, se espera que laintensidad de esa segunda ola sea menor. La tercera, luego, estará ya muydisminuida por disponer de vacuna y tratamientos”.
Y ahora viene la de arena, pues el Ejército asume que "ningunavacuna ofrecerá un 100% de protección". Por eso, subrayan que “laidea fundamental es que se debe vigilar y estar preparados...”. Para lo que“es extremadamente importante disponer de una aplicación de teléfono móvilde control de contactos (…). Un sistema similar al implantado en Corea del Surpara geolocalizar a los afectados por coronavirus. Las medidas de confinamientoayudan a quitar fuerza a la epidemia, pero no van a terminar con ella. El mayorpeligro en el futuro serán las aglomeraciones”, asegura el informe.
“Ninguna vacuna ofrecerá un 100% de protección”
Para los militares, el momento actual es trascendente, enconcreto los estudios que se obtengan del estudio de seroprevalencia que seestá realizando en toda España “para conocer qué fuerza tendrá la segundaoleada, en el sentido de tener información sobre cuánta gente queda infectada”.La clave será el porcentaje de contagiados, pues, si no es grande, el rebrotesiguiente “no será tan extenso y letal” como lo está siendo en estaprimera fase.
El informe señala que el Sars-COV-2 no es de los virus quepresentan mayor rango de infección, por detrás de otros como el sarampión, perosu problema radica en lo que tarda en dar la cara, lo que complica sucontención. Ello, sumado a su rápida expansión, es un cóctel explosivo que nopermite evitar el colapso del sistema sanitario.
El Ejército se adhiere a las recomendaciones de la OMS y losEEUU, en cuanto a la autoprotección con “mascarillas autofiltrantes de lostipos FFP2 y FFP3”, advirtiendo también que las mascarillas quirúrgicassirven para proteger a otros, aunque “en absoluto impiden el contagio de unomismo”.
Este es el pronóstico que han plasmado en su estudio, quejusto sale a la luz cuando en distintas zonas de España están a punto de entraren la Fase 1 de la desescalada del estado de alarma.
Un jarro de agua fría dada su contundencia: “tardaremosentre un año y un año y medio en volver a la normalidad”. Y una vezrecuperada, “la inmunidad nunca será total”.
El Ejército de Tierra es el que, junto a la Unidad Militarde Emergencia,UME, ha aportado el grueso de los efectivos desplegados en lallamada “Operación Balmis” llevada a cabo durante estas semanas atrás deconfinamiento.