El buque de superficie no tripulado (USV) chino en configuración trimarán, conocido como JARI-USV-A, ha llegado para demostrar que todo no van a ser drones aéreos, y que estos aparatos acuáticos (tanto submarinos como de superficie) se están desarrollando también a una velocidad importante.
Con un desplazamiento de aproximadamente 500 toneladas, su diseño trimarán le proporciona estabilidad y eficiencia hidrodinámica, permitiéndole alcanzar velocidades de hasta 42 nudos (unos 78 hm/h) y una autonomía de 500 millas náuticas o 926 kilómetros. Su escaso calado le hace muy útil para vigilar (y defender) las islas artificiales del mar de la China Meridional en la disputada región del Indo-Pacífico.
Este enorme buque ha llamado la atención desde que apareció en unas imágenes de satélite de las instalaciones de Guangzhou Shipyard International (GSI), al sureste de Guangzhou, a principios de este año 2024.
Han salido a la luz nuevas fotos en China a través de internet (que podrían estar manipuladas), donde se puede observar mejor las características de la embarcación.
Analizando esas imágenes se aprecian varias características importantes, como una serie de ventanas en la parte delantera del buque, lo que sugiere que podría operar con tripulación de manera opcional.
Dispone de un sistema de lanzamiento vertical o VLS de cuatro celdas. El VLS es un sistema de lanzamiento de misiles instalado verticalmente en la cubierta del buque, que permite el almacenamiento y lanzamiento de misiles de manera rápida y eficiente. Cada celda del VLS puede albergar diferentes tipos de misiles, por lo que ofrece flexibilidad táctica al buque. También cuenta con una cubierta de vuelo en la parte trasera para helicópteros no tripulados (China los está desarrollando de una manera importante).
En el mástil se puede encontrar una antena de radar de navegación marítima rotatoria y varias torretas con sensores electroópticos e infrarrojos para operaciones semiautónomas, o sea, para evitar colisiones con otros buques, además de para realizar funciones de vigilancia, detección y seguimiento de objetivos. Podría incorporar también radares adicionales y sistemas de guerra electrónica (EW/ESM). Todo parece indicar que este dron marítimo chino quiere ser lo más furtivo posible y reducir al máximo su firma radar.
¿Para qué sirve este enorme dron?
Las posibilidades militares de este buque no tripulado son muchas, aunque hay que tener en cuenta que también podrían ser buques experimentales, diseñados en parte para venderlos a otras armadas.
Este USV, armado con misiles, torpedos y cañones, estaría diseñado para llevar a cabo misiones de guerra antisuperficie y antisubmarina, y con la incorporación de un helicóptero no tripulado facilita la localización y seguimiento de objetivos, así como tareas de exploración, ampliando bastante su alcance operativo.
Con la mencionada integración de un sistema de lanzamiento vertical (VLS) de cuatro celdas, el JARI-USV-A podría desplegar una variedad interesante de misiles, incrementando su versatilidad en combate. Este sistema modular ofrece flexibilidad táctica, permitiendo al USV adaptarse a diferentes escenarios de misión. Con la capacidad teórica de operar de manera autónoma o semiautónoma, junto con su diseño furtivo, se podría convertir en una plataforma eficaz para operaciones de vigilancia y ataque.
El JARI-USV-A podría estar orientado a fortalecer la presencia marítima de China en áreas estratégicas, incluyendo las islas artificiales en el mar de China Meridional, ya que su escaso calado lo hace especialmente adecuado para operaciones en zonas litorales, donde la maniobrabilidad es determinante. De hecho, la Armada del Ejército Popular de Liberación (PLAN) utiliza embarcaciones tripuladas similares, como los catamaranes de misiles Tipo 022, para misiones en estas áreas.
No se debe desperdiciar la ocasión de acusar a China de “plagiador” y destacar que el interés en los USV trimarán podría haber surgido tras el exitoso programa del diseño estadounidense Sea Hunter. Lo más destacado es el diseño trimarán de ambos que optimiza la estabilidad y reduce la resistencia hidrodinámica, permitiendo mayor eficiencia en el consumo de combustible y mayor autonomía.
Comparación entre el Killer Whale y el Sea Hunter
Autonomía operativa. Tanto el Killer Whale como el Sea Hunter tienen sistemas avanzados de sensores y algoritmos para navegación autónoma, incluida la capacidad de evitar colisiones y operar durante períodos prolongados sin intervención humana.
Misiones de ISR y guerra antisubmarina. Si bien el Sea Hunter se centra especialmente en la detección y seguimiento de submarinos, el Killer Whale amplía su capacidad con sistemas de armas como misiles y un helicóptero no tripulado, pero ambos comparten la misión de recopilar inteligencia y vigilar objetivos marítimos.
Rol estratégico. Ambos sirven como multiplicadores de fuerza, diseñados para complementar las operaciones de flotas tripuladas mediante la reducción de costes operativos y riesgos humanos, especialmente en áreas de alta amenaza.
Aunque con China nunca se sabe, y todavía son más suposiciones que hechos consumados, la existencia del JARI-USV-A podría confirmar sus ambiciones para potenciar sus capacidades no tripuladas en todos los dominios existentes, además de aumentar la presencia costera en la disputada región del Indo-Pacifico.
La evolución hacia plataformas no tripuladas representa una tendencia global en la modernización de las fuerzas navales, donde la autonomía y la tecnología avanzada desempeñan roles cada vez más importantes en la estrategia militar actual.