Hace exactamente un año el Departamento de Estado de EE.UU. aprobó la venta potencial de unos $750 millones de dólares en armamento a Marruecos, incluyendo lanzadores HIMARS, sistemas de misiles ATACMS y armas de ataque conjunto a distancia (JSOW). Expertos militares internacionales consideran que esta, y las sucesivas adquisiciones que se vienen realizando, reflejan una tendencia natural hacia la modernización militar de esta nación, pero obviamente expone también las preocupaciones de Rabat sobre las tensiones en la región.
“Las autoridades marroquíes perciben la necesidad de aumentar sus capacidades de defensa y seguridad en vista de la atmosfera sensible de la región y la idea de planificar diversos tipos de escenarios, que incluyen los peores casos que involucran una ruptura de relaciones con estados vecinos, por baja que sea la probabilidad de que esto ocurra”, ha afirmado recientemente Kristian Ulrichsen, experto del Medio Oriente en el Instituto Baker de la Universidad Rice.
Las ventas anunciadas fueron dos: la primera fue por un total de $524.2 millones e incluye 18 lanzadores HIMARS, 36 ATACMS, 72 Sistemas de Lanzamiento de Cohetes Múltiples Guiados (GMLRS) en dos variaciones, así como vehículos y sistemas de datos de artillería. La segunda fue por unos $250 millones para 40 armas de ataque conjunto a distancia y otro equipo.
En abril también, pero de este 2024, Francia ha aprobado la transferencia de 30 cazas Mirage 2009-E de los EAU a Marruecos. La transferencia sería parte de un acuerdo de cooperación más amplio que permitirá a Abu Dabi adquirir hasta 80 Rafales.
La transferencia estuvo sujeta a una suspensión de tres años después de que se produjera una fuerte oposición francesa antes de que París aprobara la transferencia. Según los términos iniciales de compra, Abu Dabi solo podía transferir los aviones tras obtener la aprobación del fabricante francés.
El Mirage 2000-9 es el modelo para exportar del Mirage 2000-5 Mk 2. Emiratos Árabes Unidos fueron el primer cliente con la compra de 32 aeronaves nuevas, incluyendo 20 Mirage 2000-9 monoplazas y 12 Mirage 2000-9D biplazas.
Parece ser que la aprobación de la compra por parte de Francia se realizó el pasado 10 de abril tras conversaciones entre los ministros de asuntos exteriores de Marruecos y Francia.
Algunas informaciones indican que la “resistencia” del Eliseo para permitir la transferencia de estos cazas se debió a su deseo de recomprar los 40 aviones de EAU “Mirage 2000-9” y transferirlos a Ucrania para apoyar su guerra contra Rusia. Por su parte, los EAU prefirieron renunciar a 69 aviones de este modelo, 30 de los cuales fueron para Marruecos y 39 a favor de Egipto.
El caza Mirage 2009-E es el último de una serie de adquisiciones que Marruecos ha realizado en los últimos años. Rabat ha estado trabajando activamente para fortalecer sus capacidades de defensa aérea, incluyendo su inventario de drones.
Military Africa, un sitio web centrado en la defensa, indica que Marruecos ha acumulado un arsenal de 233 drones. Este mismo medio asegura que Marruecos se ha convertido en la primera nación africana y de Medio Oriente en fabricar drones suicidas, lo que marca su entrada en el exclusivo club de productores de drones.
Además, Las Fuerzas Armadas Reales de Marruecos (FAR) han incorporado recientemente a su arsenal el nuevo drone suicida SpyX, tras las exitosas pruebas de campo realizadas por BlueBird Aero Systems, una filial de Israel Aerospace Industries (IAI). El dron SpyX, con un alcance de 50 km y una duración de despliegue de una hora y media, está diseñado tanto para misiones de reconocimiento como de ataque, y representa un importante paso adelante en las capacidades de defensa y seguridad de Marruecos. Las colaboraciones entre Marruecos e Israel han crecido de forma notable y, según Según el Instituto Internacional de Investigación para la Paz de Estocolmo (SIPRI), Rabat es un importante receptor de armas israelíes, con el 11% de las exportaciones de armas de Israel.
Los esfuerzos del país norteafricano para modernizar y mejorar su defensa aérea han suscitado preocupación en España. Evidentemente todo lo que signifique un aumento de armamento y poder militar para un país que tiene intenciones de “recuperar” territorio español, como son las ciudades de Ceuta y Melilla, no son buenas noticias.
Mientras España se sitúa en el puesto número 20 en el índice del Global Fire Power, una conocida clasificación de fuerza militar mundial, Marruecos está en el puesto número 61, aunque su ritmo de rearme le colocará más arriba de esta clasificación en no mucho tiempo. Pero la pregunta no es si España está mucho más arriba en tal o cual clasificación, o si sus fuerzas armadas son superiores a las del Reino Alauita, cosa que es evidente. La cuestión es si la diferencia de potencial militar es suficiente para mantener una disuasión real, es decir, una diferencia militar tal que Rabat no llegara a plantearse a medio o largo plazo en intentar ocupar las dos ciudades citadas, además de limitar los efectos del chantaje al que nos tiene sometidos con la migración ilegal.
España debe aprovechar el momento de aumento de presupuestos en capacidades de Defensa para volver a marcar una diferencia de al menos 3 a 1 con respecto al poderío militar de Marruecos.
Además de las tensiones con nuestro país, este aumento en capacidades militares surge en un momento en que las tensiones con la vecina Argelia han escalado en los últimos años debido a la disputa sobre el Sáhara Occidental, que Marruecos reclama como su propio territorio y donde Argelia apoya al grupo rebelde Frente Polisario con base en Tinduf.