Establecida en 2014 y liderada por el Reino Unido, la JEF o Fuerza Expedicionaria Conjunta es una fuerza militar de respuesta rápida que puede desplegarse en cualquier parte del mundo como complemento a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) u otras estructuras de seguridad internacionales que lo requieran.
La Joint Expeditionary Force (JEF) es una coalición multinacional de diez países del norte de Europa que se han unido para responder de manera rápida y eficaz a cualquier crisis que pueda surgir en su región. Los países participantes son Dinamarca, Estonia, Finlandia, Islandia, Letonia, Lituania, los Países Bajos, Noruega, Suecia y el Reino Unido. Estas naciones son todas miembros de la OTAN y comparten la resolución de responder a las crisis y defender la seguridad del norte de Europa, incorporando los dominios terrestre, marítimo y aéreo.
La JEF tiene como objetivo proporcionar una fuerza militar ágil y capaz de desplegarse rápidamente para hacer frente a diversas amenazas y crisis, incluidas operaciones de defensa colectiva, respuesta a desastres y operaciones de estabilización, es decir, amenazas hibridas mayormente, y para este fin está dotada de unidades terrestres, marítimas y aéreas de los países miembros, lo que le permite operar en diferentes entornos y cumplir una importante variedad de misiones.
La JEF no es OTAN, pero trabaja en estrecha colaboración con ella, complementando sus capacidades y apoyando los esfuerzos de la Alianza en la región Euroatlántica. Las actividades de la JEF son diseñadas para ser flexibles y adaptables a las necesidades específicas de cada situación.
Un ejemplo de sus operaciones es la serie de actividades militares bajo la iniciativa NORDIC WARDEN, centrada en la protección de infraestructuras submarinas críticas en el norte de Europa. Estas actividades incluyen la coordinación de fuerzas navales y aéreas para monitorear y proteger rutas de energía y comunicaciones submarinas.
Importancia estratégica de JEF
La JEF es vista como un componente crucial de la estrategia de defensa europea, proporcionando a los países del norte de Europa una herramienta flexible y efectiva para responder a una crisis de una manera rápida y eficaz, ya sea de forma independiente o en coordinación con la OTAN.
La Fuerza Expedicionaria Conjunta (JEF) se ha puesto en marcha con una serie de ejercicios militares de un mes de duración, en la cual múltiples unidades marítimas y aéreas contribuyen a la seguridad de la Infraestructura Submarina Crítica en el norte de Europa.
Esta actividad de Respuesta de la JEF, denominada NORDIC WARDEN, involucra a barcos, aviones y personal de las naciones participantes de esta organización, operando en numerosas áreas desde el Océano Atlántico Norte hasta el Mar Báltico, con actividades coordinadas por la JEF desde el Cuartel General de Northwood, Reino Unido.
Nordic Warden, primer aviso de Europa al sabotaje de cables submarinos por parte de Rusia
"NORDIC WARDEN se basa en la primera opción de respuesta de la JEF el año pasado, también enfocada en la Infraestructura Submarina Crítica, y es parte de un enfoque sistemático para entender y responder a las amenazas potenciales", afirmó el Capitán de Grupo Kevin Latchman, Director de Comunicaciones de la JEF. "Es importante destacar que la JEF está trabajando con otros actores que también están contribuyendo significativamente en esta área".
NORDIC WARDEN reúne capacidades de las naciones de la JEF para monitorear la actividad de los barcos cerca de importantes rutas de energía y comunicaciones submarinas, y para coordinar la detección e interdicción de cualquier actividad inusual o sospechosa en su proximidad.
Desde 2023, la OTAN y sus aliados están intensificando las patrullas en el Mar Báltico tras los daños a la infraestructura submarina en la región, incluyendo vuelos adicionales de vigilancia y reconocimiento con aviones de patrulla marítima o aviones AWACS de la OTAN.
La Infraestructura Submarina Crítica es esencial para la actividad económica entre las naciones muy interconectadas del norte de Europa, y cualquier interrupción en ella, ya sea malintencionada o accidental, tendría un gran impacto en la vida diaria y economía de sus poblaciones. Las actividades de NORDIC WARDEN reúnen capacidades de las diez naciones de la JEF para monitorear la actividad de los barcos cerca de importantes rutas de energía y comunicaciones submarinas, y para coordinar la detección e interdicción de cualquier actividad inusual o sospechosa en su proximidad. Esta actividad destaca cómo JEF trabaja junto a la OTAN como el principal garante de la seguridad de la región.
A principios de 2023, la OTAN anunció la creación de una Célula de Coordinación de Infraestructura Submarina Crítica en el Cuartel General de la OTAN. El centro facilita la participación con la industria y reúne a importantes actores militares y civiles. El personal también comparte mejores prácticas y explota tecnologías innovadoras para aumentar la seguridad de la infraestructura submarina aliada. En mayo de 2024, expertos líderes de toda la Alianza celebraron la primera reunión de la Red de Infraestructura Submarina Crítica de la OTAN. Con el aumento de los desafíos a la infraestructura submarina, la Alianza está implementando nuevas herramientas para mejorar la seguridad de los cables y tuberías submarinas y para monitorear las amenazas potenciales.
Para buscar una equivalencia en el Mar Mediterráneo nos tendríamos que ir al grupo naval SNMCMG-2, donde el cazaminas español M-31 "Segura" regresó el 10 de junio a su base de Cartagena, tras haber salido a la mar el pasado 6 de marzo. Durante más de tres meses, ha estado integrado en el Grupo Permanente de Medidas Contraminas de la OTAN número dos (SNMCMG-2).
Las principales misiones del Grupo Permanente de Medidas Contra Minas número 2 (Standing NATO Mine Countermeasures Group Two, SNMCMG-2) desplegado en el Mediterráneo incluyen:
- Detección y Neutralización de Minas
- Vigilancia y Protección de Infraestructuras Críticas
- Apoyo a Operaciones de Seguridad Marítima
- Ejercicios y Entrenamiento Conjunto
- Respuestas a Crisis y Desastres
Vigilancia y Protección de Infraestructuras Críticas
La unidad también tiene la tarea de vigilar y proteger infraestructuras submarinas críticas, como cables de comunicación y oleoductos. Esta misión es crucial para prevenir posibles actos de sabotaje y asegurar la continuidad de las comunicaciones y suministros energéticos en la región del Mediterráneo.
El SNMCMG-2 juega un papel crucial en la estrategia de disuasión y defensa de la OTAN en el Mediterráneo. Al mantener una presencia continua y estar preparado para intervenir en cualquier momento, este grupo contribuye significativamente a la estabilidad y seguridad de la región Mediterránea.