El Gobierno de Reino Unido ha empezado a suministrar a Ucrania armamento anticarro y enviará "un pequeño número" de tropas para labores de entrenamiento, según ha anunciado el ministro de Defensa británico, Ben Wallace ante la Cámara de los Comunes, según ha recogido el diario británico The Guardian.
Achaca esta decisión al cada vez más amenazante comportamiento de Rusia: "Hemos tomado la decisión de entregar a Ucrania sistemas defensivos contra carros de combate", ha señalado el ministro, quien ha insistido en que las armas son defensivas, si bien Moscú ha denunciado en varias ocasiones la venta de armamento moderno a Kiev.
Wallace ha dicho además que invitará a su homólogo ruso, Sergei Shoigu, a un encuentro en Londres, si bien no ha especificado si tendrá lugar. "Estamos preparados para discutir asuntos relacionados con las preocupaciones mutuas de seguridad y hacerlo de forma constructiva, de buena fe", ha argüido.
Asimismo, ha reseñado que "hay un paquete de sanciones internacionales preparado para ser aplicado" si Rusia adopta nuevas "acciones desestabilizadoras" respecto a Ucrania, tal y como ha recogido la cadena de televisión británica BBC.
"Queremos ser amigos del pueblo ruso, como hemos sido desde hace cientos de años. Hay un mundo en el que podemos establecer una relación mutuamente beneficiosa con Rusia", ha añadido, antes de mostrar su esperanza en que "prevalezca la diplomacia". "Es elección del presidente (ruso, Vladimir) Putin si elige la diplomacia y el diálogo o el conflicto y las consecuencias", ha afirmado.
"He visitado Ucrania cinco veces desde 2016 y sé que los ucranianos son un pueblo orgulloso que luchará por su país, por la democracia y por la libertad", ha señalado. "Cualquier invasión no será vista como una liberación, sino como ocupación, y temo que llevaría a una enorme pérdida de vidas para todas las partes", ha remachado.
El Ministerio de Defensa británico no ha detallado por ahora qué tipo de armamento es el que ha enviado a Ucrania y tampoco el número de armas que ha enviado, si bien expertos en armas citados por el diario han apuntado que serían armas antitanque de nueva generación no tan potentes como los misiles 'Javelin' entregados por Estados Unidos a Kiev desde 2018.
En respuesta, el Partido Laborista ha dicho que apoya el anuncio, del que había sido notificado por adelantado. John Healey, encargado de Defensa en la formación, ha hecho hincapié en que son "armas anticarro" y ha dicho que Londres debe garantizar que "no serán usadas, a menos que Rusia invada".
El deseo de Ucrania de estar en la OTAN
Por su parte, el embajador ucraniano en Londres, Vadim Pristaiko, ha dicho a la BBC que Kiev aplaude el envío pero ha señalado que el mayor problema es no ser miembro de la OTAN. "Queremos estar en la OTAN. Hacemos frente al mayor Ejército en Europa nosotros solos", ha zanjado.
El embajador de Rusia en Estados Unidos, Anatoli Antonov, afirmó la semana pasada que las acusaciones contra Moscú por sus supuestos preparativos para una invasión en Ucrania "son resultado de un trastorno mental" y achacó estas denuncias a "la imaginación enfermiza de los círculos rusófobos".
El Ministerio de Defensa de Rusia sostuvo tras la reunión celebrada el 12 de enero en Bruselas que la actual crisis diplomática entre Moscú y la OTAN tiene lugar, entre otras cuestiones, por "el despliegue de otra carrera armamentística" y por "la degradación total de la arquitectura de seguridad en Europa".
Por su parte, la OTAN ofreció a Moscú continuar el diálogo a través de un calendario de reuniones en el corto plazo que faciliten una salida a la crisis de seguridad en Europa, después de que la gran concentración militar rusa haya hecho saltar las alarmas sobre una posible agresión contra Ucrania.
Durante la reunión, la Alianza Atlántica rechazó las exigencias rusas para garantizar que Ucrania y Georgia no ingresan en la OTAN, algo que considera una decisión del país candidato y de los aliados. Asimismo, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, reconoció que hay un "riesgo real" de conflicto y reiteró que una agresión contra Ucrania conllevará un coste "severo" y sería un "error estratégico" de Rusia.