El dominio del espectro electromagnético es uno de los factores menos conocidos, pero también uno de los más importantes para asegurar las capacidades operativas de un ejército y la seguridad de cualquier país.
La defensa electrónica se centra en analizar el entorno electromagnético, facilitando la identificación de los sistemas electrónicos que emplea el adversario y la generación de información estratégica para garantizar el acceso y la utilización del espectro electromagnético a las Fuerzas Armadas. Esta información es la que usan buques, aeronaves y plataformas terrestres para conseguir que sus radares, sensores y sistemas de comunicaciones conserven sus capacidades, pese a los intentos del enemigo de interferir en su funcionamiento, mientras que a la vez permite limitar las competencias del rival, detectar amenazas, evitar ataques o escoger la contramedida más adecuada para protegerse.
La evolución en el desarrollo de sistemas de defensa electrónica está siendo vertiginosa, obligando a las Fuerzas Armadas a actualizar de forma permanente sus capacidades para poder detectar, clasificar y extraer inteligencia de las señales emitidas por los radares de otros ejércitos.
En este contexto, la española Indra ha conseguido situarse entre los grandes líderes mundiales de la defensa electrónica, y lo hace cubriendo las necesidades de los ejércitos más avanzados, que necesitan sistemas capaces de operar de forma integrada con los de sus aliados y que deben gestionar la extensión del ámbito de las operaciones de combate en el espectro electromagnético. El trabajo que esta compañía ha desarrollado en las últimas décadas como participante del Programa Conjunto de Guerra Electrónica Santiago le ha permitido desarrollar algunas de las soluciones más innovadoras y sofisticadas que existen en el mercado, las cuales han despertado el interés de algunas de las marinas más modernas del mundo y han llevado a la compañía a convertirse en uno de los grandes líderes mundiales de la defensa electrónica.
La empresa ya ha suministrado sus soluciones a la Armada Española, la cual también le ha encargado el cometido de diseñar y desarrollar sus futuros sistemas de inteligencia electrónica, en un contrato adjudicado en febrero del año pasado como parte del programa Santiago, así como a las Marinas de Alemania, Italia, Noruega, Corea del Sur, India o México, entre otras. Para ello, Indra ha colaborado con algunos de los principales astilleros del mundo, como Navantia, la italiana Fincantieri, la alemana Thyssenkrupp Marine Systems (tkMS), la holandesa Damen o las coreanas Daewoo Shipbuilding & Marine Engineering (DSME) y HD Hyundai Heavy Industries (HHI).
Además, recientemente ha firmado un nuevo contrato, el primero con un astillero americano, nada menos que con el gigante Lockheed Martin, para implementar sus sistemas de defensa electrónica en los cuatro buques Multimisión de Combate en Superficie (MMSC, por sus siglas en inglés) que se entregarán a la Real Fuerza Naval de Arabia Saudí. Para llevar a cabo este proyecto, la española contará con el apoyo de SAMI, empresa tecnológica y fabricante especializado en sectores de defensa aeroespacial, digital, energía y seguridad de Oriente Medio, con quien mantiene un acuerdo de colaboración en el campo de defensa electrónica naval para dotar de esta tecnología crítica a la Real Fuerza Naval Saudita.
Este contrato se enmarca además en el impulso que se está dando desde la alta dirección de Indra para promover su colaboración en múltiples dominios de tierra, mar y aire, tanto con empresas españolas como con multinacionales de primer nivel, en línea con el Plan Estratégico que ha presentado esta semana y con el que aspira a llegar a ser el "campeón nacional" de la defensa y la tecnología.
Capacidades de los sistemas de defensa electrónica
En declaraciones exclusivas para Escudo Digital, Jaime Temes, director de sistemas para plataformas terrestres y navales en Indra, ha explicado las capacidades de los sistemas de defensa electrónica y su impacto en la eficacia operativa de los ejércitos, abordando la cuestión con el foco en la Marina, para ser más ilustrativo.
"Estamos viendo sistemas de defensa electrónica con una gran capacidad para detectar e identificar todo tipo de señales en el ambiente, así como de denegar el uso del espectro al adversario. Vemos asimismo radares AESA con capacidad de seguir varios blancos al mismo tiempo que guían armas propias hacia los objetivos. Son capacidades que pueden marcar la diferencia y hacer que un Marina prevalezca frente a otra. Hoy en día, ninguna armada moderna concibe la realización de una misión sin tener presente el dominio del espectro electromagnético", afirma.
Como indica Temes, los sistemas de electrónica naval contribuyen en la disuasión de potenciales amenazas y en la protección de las rutas comerciales marítimas de distintas maneras. "En un escenario asimétrico pueden detectar potenciales amenazas del tipo drones o embarcaciones piratas. Son capaces, asimismo, de discernir si se trata de una amenaza real o no. Con esa información se pueden tomar las decisiones más adecuadas".
El dominio de los datos
"Barcos de superficie submarinos, plataformas aéreas tripuladas y no tripuladas, etc. Todos llevan a bordo sensores. El futuro pasa por ser capaces de compartir la información de esos sensores en tiempo real. Y aunque el concepto de la nube de combate va más allá marcará sin duda un punto de inflexión en el control de la información. Por poner un ejemplo sencillo, un UAV puede detectar una potencial amenaza que se encuentra a cientos de kilómetros de distancia del barco. Transmite esa información en tiempo real para que el barco a su vez tome la decisión más adecuada, que puede pasar por alertar a un avión de combate aliado que se encuentre en la zona y neutralice esa amenaza", explica Temes.
En Indra consideran que el futuro pasa por la nube de combate mutlidominio adaptada a cada ámbito concreto. En ese sentido, el directivo señala que el desafío radica en lograr la mayor interoperabilidad posible entre distintas plataformas que compartan información en tiempo real. "Esto exige tener una red de comunicaciones segura y con anchos de banda que permitan el intercambio de grandes cantidades de información en tiempo real en un escenario marítimo. La infraestructura de comunicaciones que hay detrás es tremenda. Incluye satélites de comunicaciones seguras, posiblemente UAVs a modo de nodo de comunicaciones, redes dinámicas fácilmente reconfigurables, etc. Esto no se hace de la noche a la mañana. La implantación va a llevar años".
Para el desarrollo de los sistemas de defensa electrónica también es fundamental la colaboración de las empresas con los gobiernos, advierte el director de sistemas para plataformas terrestres y navales de Indra. "Nosotros somos una empresa de ingenieros que fabrica sistemas en respuesta a una necesidad operativa, pero son los gobiernos quienes definen esa necesidad operativa, son nuestros clientes quienes operan nuestros sistemas y quienes de verdad saben sacarles todo el partido".
Una de las últimas necesidades operativas está asociada con el auge que se está produciendo en la utilización de drones. Tanto en la guerra de Ucrania como en la del Mar Rojo se está poniendo de relieve la importancia que tienen los vehículos no tripulados en casos de confrontación, algo que es novedoso respecto a anteriores conflictos.
"En los próximos años, todos los buques de superficie van a incorporar sistemas contra drones", asegura Temes. "Estos sistemas están compuestos por distintos sensores, actuadores y un sistema de mando y control concebido para neutralizar drones que coordina todos los elementos. En Indra llevamos ya varios años desarrollando nuestros propios sistemas antidrones, aunque solo los hemos probado recientemente en el entorno naval. Por otro lado, los barcos embarcarán sus propios drones y van a hacer uso de ellos para distintas misiones, incluyendo de vigilancia o de combate", apunta el responsable de sistemas para plataformas terrestre y navales de Indra.