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Zona gris y guerra híbrida (II): qué actores las utilizan y contra quién

Rusia, China, Irán, Corea del Norte, Estados Unidos y grupos terroristas, criminales y mercenarios, entre los principales protagonistas.

Oscar Ruiz -Escudo Digital.

Experto en migraciones y analista internacional.

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La desinformación y la propaganda son algunas de las herramientas de la guerra híbrida.
La desinformación y la propaganda son algunas de las herramientas de la guerra híbrida.

Ayer en Escudo Digital analizamos los conceptos básicos sobre la tan renombrada guerra híbrida y la zona gris: en qué consistían y cuáles eran sus características diferenciadoras, además de cómo se podría combatir. Quizás faltan reseñar dos puntos muy importantes para que el ciudadano de a pie reconozca una posible herramienta hibrida. Primero, cuáles son exactamente estas herramientas hibridas, y segundo, se debe conocer quiénes son los actores estatales y no estatales que usan actualmente esta estrategia de desestabilización contra otros Estados o actores.

Entre los ACTORES ESTATALES destacan Rusia, China, Irán, Corea del Norte y Estados Unidos.

Rusia, el inventor de la guerra híbrida moderna

Sin duda, guerra híbrida es sinónimo de Rusia, y es que este ha sido el actor que más ha refinado y utilizado estas herramientas como estrategia estatal. Su enfoque combina tácticas militares convencionales con herramientas no cinéticas como la desinformación, ciberataques, sabotajes y presión económica. La anexión de Crimea en 2014 es el ejemplo más conocido, aunque no el único.

Rusia empleó fuerzas especiales “sin insignias” (los llamados “hombrecitos verdes”), campañas de desinformación para justificar su intervención, y el apoyo a grupos separatistas locales. Todo esto ocurrió sin un enfrentamiento militar directo, desafiando a la comunidad internacional, y efectivamente consiguió que la OTAN no actuara entonces.

Sus herramientas híbridas favoritas son la desinformación y propaganda (operaciones masivas en redes sociales y medios para influir en elecciones y debates políticos en Europa y Estados Unidos). Los ciberataques, con infiltraciones en infraestructuras críticas, como los cortes eléctricos en Ucrania (2015 y 2016). Y por supuesto el sabotaje, del que estamos siendo testigos últimamente en Europa.

China, aprendiz de Moscú especializado en ciberespionaje

Pekín ha adaptado elementos híbridos en su estrategia de expansión global, centrándose en la economía, la tecnología y el dominio de la información. Su enfoque, derivado de la teoría de “guerra irrestricta”, busca evitar conflictos directos pero maximizar su influencia. Sus herramientas favoritas son, aparte de ciberataques, control de narrativa y presión económica, el ciberespionaje masivo, con el robo de propiedad intelectual en sectores tecnológicos, militares y comerciales. Por ejemplo las infiltraciones a empresas como Lockheed Martin (relacionadas con el diseño del F-35). Y las campañas de influencia a través de iniciativas como la Ruta de la Seda Digital, donde China busca aumentar su control sobre infraestructuras de telecomunicaciones y tecnología en países en desarrollo.

Irán, experto en desestabilizar mediante proxies

Irán por su parte, utiliza una combinación de tácticas híbridas, específicamente a través del respaldo a grupos aliados (proxies) en Oriente Medio. Esto le permite proyectar poder (y agresiones) sin exponerse directamente. Comenzando con el apoyo a Hezbolá, al que Israel está intentando destruir actualmente en el Líbano, y pasando por los hutíes en Yemen que tienen, desde hace meses, paralizado el tráfico marítimo en el Mar Rojo. Además de sus proxies (que no es poco), Teherán realiza ataques cibernéticos, especialmente contra infraestructuras de Arabia Saudí y EE.UU.

Corea del Norte: la diplomacia del miedo

Corea del Norte es un “usuario destacado” de las herramientas híbridas como el ciberespionaje y la presión psicológica para obtener ventajas diplomáticas y económicas. Utiliza los ciberataques globales, las amenazas militares veladas (uso de su programa nuclear como disuasión política y económica), además del cibercrimen y la propaganda interna y externa.

Estados Unidos, capacidad y respuesta híbrida

También los “buenos” tienen capacidades hibridas. Si bien Estados Unidos, al igual que ocurre con la OTAN,  no es considerado un agresor en lo híbrido, su capacidad para emplear herramientas híbridas como ciberataques y operaciones de influencia es brutal. Ha demostrado que puede realizar complejas operaciones cibernéticas ofensivas como el virus Stuxnet (junto a Israel), desarrollado para sabotear el programa nuclear iraní. También es conocido globalmente su apoyo a movimientos prodemocráticos, con iniciativas indirectas para influir en la política de países adversarios. Las campañas de sanciones económicas dirigidas también son su fuerte.

Entre los ACTORES NO ESTATALES figuran grupos terroristas, grupos criminales transnacionales y grupos mercenarios privados:

Grupos terroristas

El primero de ellos sería el Estado Islámico (ISIS) o Daesh. Un verdadero  especialista en el uso de redes sociales para reclutar combatientes y radicalizar a individuos, además de financiarse mediante ciberataques y el comercio ilícito. También en el ámbito yihadista tenemos a Al Qaeda que utiliza estrategias asimétricas combinadas con propaganda global.

Grupos criminales transnacionales

Los carteles de drogas en América Latina combinan tácticas híbridas, como ciberataques, presión social y operaciones armadas para influir en gobiernos y las sociedades mexicana y norteamericana principalmente.

Grupos mercenarios privados

El anteriormente conocido como Wagner Group (asociado a Rusia) y que proporciona apoyo militar encubierto en conflictos como Siria y África, actúa como extensión informal del gobierno ruso.

En definitiva, son principalmente Rusia, China, Irán y Corea del Norte los que utilizan más estas herramientas híbridas, y parece muy claro que lo van a seguir haciendo a medida que la tecnología avance y les permita llegar a las sociedades e infraestructuras occidentales porque la mayoría de ellos están siendo atacado en la actualidad, o bien por la OTAN o por Israel en el caso de Irán. Como casi siempre, la tecnología avanza muy rápido para los que atacan, y de manera bastante más lenta para los que se defienden.