El empresariado es considerado una pieza clave para el desarrollo económico y social de España como generador clave de empleo y riqueza. Está mejor valorado que el Gobierno y los sindicatos. Sin embargo, los ciudadanos continúan vinculando a este colectivo con algunos de los aspectos negativos que más les preocupan: le culpan de los bajos salarios y de centrarse exclusivamente en sus beneficios.
Estas son algunas de las conclusiones del informe Empresarios y sociedad, de tú a tú, elaborado por Grant Thornton, que tiene como objetivo mostrar la percepción de la sociedad sobre el papel del empresariado de nuestro país, que genera, según datos de la Asociación Valenciana de Empresarios, el 86% del PIB nacional.
Según el estudio, ocho de cada diez ciudadanos (81%) creen que los empresarios son una pieza fundamental para el progreso económico y social de España, con un papel más destacado que el Gobierno (75%) o el de los sindicatos (41%). Por segmento de edad, las personas de entre 50 a 64 años son las que más importancia dan a la influencia del empresariado en nuestra sociedad (87%), mientras que los ciudadanos más jóvenes, situados entre los 18 y los 29 años, les conceden un papel más discreto (70%).
En cuanto al rol concreto de los directivos durante los últimos 40 años, el 35% de la sociedad los considera como un motor clave de la economía, mientras que el 29% los responsabiliza de los muchos de los progresos económicos, sociales y culturales de nuestro país.
Imagen positiva de los empresarios
En cuanto a la concepción de la sociedad sobre el empresariado, cerca de la mitad de los encuestados (45%) tiene una visión “buena” o “muy buena”. Sin embargo, se aprecia una clara brecha por edad en esta apreciación. Mientras que en el caso de las personas mayores de 65 años el nivel de aprobación alcanza el 61%, entre los menores de 29 el porcentaje se sitúa en el 31%.
Seis de cada diez ciudadanos (58%) estiman que la generación de empleo es la mayor aportación de los líderes empresariales para el conjunto el país, seguida por la creación de riqueza (37%), la innovación tecnológica (22%) y la imagen positiva que generan de España (19%). Por el contrario, los bajos salarios (60%), centrarse exclusivamente en sus beneficios (52%), la falta de compromiso social y medioambiental (33%) y un hipotético trato a favor por parte de las instituciones (19%) son señalados como los aspectos más negativos.
Precisamente, sociedad y empresas coinciden en señalar las subidas salariales como prioridades para el futuro. De este modo, siete de cada diez ciudadanos (71%) indican la mejora de los sueldos como el aspecto que más les gustaría que implementaran las compañías, seguido por un mayor apoyo a la economía local (54%) y el incremento del compromiso social y medioambiental (53%). Por su parte, cuatro de cada diez empresarios (42%) se marcan como principal reto el incremento de los salarios, por delante de la inversión en formación (32%) y los esfuerzos en sostenibilidad (30%).
Los aspectos negativos se achacan, según el informe, a la lejanía entre sociedad y empresariado y al desconocimiento de su labor, porque la inmensa mayoría de la ciudadanía (90%) no tiene contacto directo con empresarios o directivos. Por el contrario, entre los grupos sociales que más cercanía tienen con los empresarios el porcentaje crece, como queda reflejado en que más de la mitad de los trabajadores (51%) tienen una imagen positiva de sus empleadores.
La desconexión también afecta a la percepción pública que se asocia frecuentemente a los líderes de compañías, vinculándolos a conceptos como beneficio (39%), lucro (38%) y rentabilidad (31%), mientras que valores como empatía (4%), ética (3%) o transparencia (2%) se encuentran a la cola.
Los compromisos de los empresarios
La innovación tecnológica es considerada como el mayor compromiso de los empresarios con la sociedad, señalado con un nivel alto o muy alto por el 45% de los ciudadanos. En segundo lugar, se sitúan la seguridad y formación de los empleados, ya que una de cada cuatro personas (27% y 25% respectivamente) valoran la apuesta de los directivos con estas cuestiones. Por su parte, la mayoría de los ciudadanos considera que los líderes empresariales muestran un compromiso bajo en áreas como la calidad del empleo (15%) y el medioambiente (12%).
En cuanto a tamaños de empresa, existe una percepción generalizada (55%) de que el Estado favorece a las grandes corporaciones, mientras que las pequeñas y medianas compañías reciben poco apoyo (76%). Sobre la imagen del directivo del middle market, la mitad de la ciudadanía cree que están al frente de compañías familiares y cuatro de cada diez que son emprendedores. Sin embargo, el 27% cree que se enfrentan a mayores problemas para innovar que el resto de los empresarios.
Desde la perspectiva de los propios directivos, el informe de Grant Thornton refleja una opinión mayoritariamente positiva sobre su papel y contribución a la sociedad. En concreto, un 68% de los directivos tiene una percepción positiva de su labor, y un 95% piensa que el empresariado es una pieza clave en el modelo socioeconómico de España.
En cuanto a los desafíos futuros, seis de cada diez líderes empresariales (61%) señalan que la carga fiscal actual es excesiva y un obstáculo significativo para el crecimiento de sus negocios, señalándolo como el mayor desafío de cara a 2025. En este contexto, también surge una preocupación por la burocracia (56%), el escenario político (46%) y la competitividad internacional (34%). Estas percepciones marcarán la confianza de los directivos en el futuro, para el que se configuran como principales retos la mejora de los salarios (42%), la inversión en formación (32%) y un aumento de los esfuerzos en sostenibilidad (30%).
A nivel sectorial, el informe muestra que tanto ciudadanos como empresarios coinciden en identificar a la tecnología y telecomunicaciones (29%), así como a la agricultura y alimentación (21%), como sectores estratégicos para el desarrollo. Sin embargo, los ciudadanos otorgan una importancia destacada al sector sanitario (20%) debido a su carácter social y su impacto directo en el bienestar, mientras que los directivos priorizan la industria (21%), reconociéndola como un motor clave de productividad y competitividad.
Sostenibilidad e igualdad de género
La mayoría de los ciudadanos (95%) identifica la sostenibilidad como un atributo esencial para las compañías ideales del futuro, reflejando una preocupación colectiva por el impacto ambiental y social de las actividades empresariales. Aunque siete de cada diez directivos también reconocen la importancia de la sostenibilidad, y más de la mitad afirma haber implementado estrategias en este sentido que incluyen la reducción del impacto ambiental o la promoción de la diversidad, el 73% prioriza la innovación como su principal enfoque.
En este contexto, también se observa una preocupación creciente por la igualdad de género en el ámbito empresarial. El 64% de los ciudadanos considera que las mujeres enfrentan barreras significativas en su desarrollo profesional y el 58% cree que el Gobierno debería implementar medidas obligatorias para garantizar la equidad en las organizaciones.
En paralelo, existe una desconexión significativa entre las competencias ofrecidas por las instituciones educativas y las necesidades reales del mercado laboral. Tanto empresarios (70%) como ciudadanos (59%) coinciden en que esta brecha limita el crecimiento y la competitividad. La recualificación y la formación continua de los empleados son vistas como elementos clave para afrontar los retos del futuro, destacando la importancia de invertir en programas educativos más alineados con las demandas de un entorno empresarial en constante evolución.