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De un garaje en Madrid a dominar la defensa europea: el plan estratégico de los Escribano

EM&E Group, antes Escribano Mechanical & Engineering, cierra 2024 con una facturación récord de 300 millones de euros (+61%) y prepara su expansión internacional.

Miguel Angel García

Director de Escudo Digital

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Los hermanos Escribano, Angel y Javier, en la entrada de su sede en Alcalá de Henares.
Los hermanos Escribano, Angel y Javier, en la entrada de su sede en Alcalá de Henares.

EM&E Group: El nuevo gigante español de la defensa

Escribano Mechanical & Engineering (EM&E), que a partir de ahora operará bajo el nombre EM&E Group, está a punto de concluir un año de gran actividad, con una facturación que calculan superará los 300 millones de euros a final de año, cifra que supone un incremento del 61% respecto a la alcanzada en el anterior ejercicio, cuando ingresó 115 millones de euros (90 millones en 2022)​. De esta cuantía, el 60% procede de su negocio internacional.

Asimismo esperan que el EBITDA se sitúe en torno a 70 millones de euros, aproximadamente el 25% de los ingresos, tal y como explican a Escudo Digital en un encuentro en exclusiva -de los muy escasos que mantienen- sus máximos directivos, los hermanos Escribano, Ángel y Javier, Presidente y CEO, respectivamente, de la compañía.

Indra y la apuesta estratégica de EM&E por liderar la industria de defensa

En esta cita abordamos distintos aspectos de actualidad de esta empresa privada omnipresente en diferentes concursos del ámbito de Defensa, tanto a nivel nacional como internacional, que recientemente anunció un incremento de su participación en Indra, donde han pasado del 8% al 14,3% cumpliendo con su objetivo de superar el 10% en la tecnológica española, lo que les da derecho a solicitar un segundo asiento en el consejo de administración, compuesto por 16 miembros, tras el que ya ocupa Javier Escribano.

"Lo que no va a suceder en ningún caso es que perdamos el control de la compañía, porque esto para nosotros no es un negocio, es el cumplimiento de un sueño, y eso no tiene precio”

 

Se trató de un encuentro informal, sin grabadoras, en el que en sus oficinas del complejo que tienen en la localidad madrileña de Alcalá de Henares -y que siguen ampliando- nos aportaron de primera mano, sin vetos a ninguna de las cuestiones que abordamos, sus puntos de vista sobre la compañía del sector que está creciendo de forma más acelerada en los últimos años en nuestro país, y que, de hecho, ha doblado en tan solo dos años su número de empleados: de 600 en 2022 a los más de 1.300 en el actual entre sus instalaciones de Madrid, Huesca, Córdoba, Asturias, Cádiz y Valencia.

El plan de los hermanos Escribano para duplicar ingresos en 2025

El encuentro se produce tras una reunión donde la plana mayor de la compañía elabora el nuevo plan estratégico que se pondrá en funcionamiento al término del actual, que ahora concluye, y donde el gran objetivo es duplicar los ingresos actuales. También se definen las líneas maestras para dar un salto internacional que les permita competir de tú a tú con los grandes líderes del sector de la industria de defensa en Europa.

Pero 2024 también ha sido un año de rumores, de suspicacias en un sector que ha visto cómo EM&E está presente en las concesiones de muchos de los contratos que Defensa ha ido adjudicando, lo que sumado a la inversión en Indra (segundo mayor accionista solo por detrás de la SEPI) y a su participación en Prisa (más difícil de entender por no ser parte del sector) induce a pensar -así se lo han manifestado distintas fuentes del sector a Escudo Digital a lo largo de los últimos meses, tal y como hemos ido publicando- en una relación privilegiada con el gobierno a la que los hermanos Escribano tratan de poner distancia, pues, tal y como nos afirman, como empresarios están obligados a llevarse bien con todos los gobiernos, “sean del color que sean”, ya que aunque “los militares y Defensa son los que dicen qué productos son los que mejor cubren sus necesidades, es en última medida el Gobierno, siguiendo el asesoramiento de los anteriores, el que toma las decisiones finales”.

Rechazan contundentemente que sean el “brazo armado del Gobierno en Defensa” así como la relación personal que se les atribuye con el presidente Pedro Sánchez, con quien el CEO de la compañía afirma haber coincidido en una  sola ocasión con motivo de un viaje oficial al que se le invitó a formar parte junto con otros empresarios y periodistas; y, por el contrario, atribuyen parte de su éxito al hecho de estar muy pendientes de todos los concursos y de la actividad que mueve el sector en todo el mundo, para lo cual tanto Angel como Javier viven prácticamente en el avión (“una media de 36 semanas den viajes al año”) y tienen a un equipo específico para estos fines en su sede madrileña, así como en la oficina que hace unos meses abrieron en Bruselas, un esfuerzo que sus competidores, según afirman, no hacen. “Si tenemos éxito en las adjudicaciones es por nuestro trabajo, esfuerzo y previsión, no porque nos regalen nada y vengan con el contrato debajo del brazo”. Eso sí, por el contrario, comprenden abiertamente las suspicacias que levantó su inversión en Prisa, aunque niegan categóricamente sus connotaciones políticas.

Otra de las claves del éxito de la compañía, tal y como nos hacen saber, es que ellos primero construyen las instalaciones donde fabrican e integran sus “soluciones de ingeniería, mecanizado de alta precisión y producción de sistemas complejos de integración optrónica, además de electrónica, estabilización y sistemas de control" y luego se presentan a concursos, mientras que en la mayor parte de los casos, la competencia, de la que se muestran muy críticos, “se presenta a las licitaciones y se comprometen solo después, tras la concesión, a poner en pie las instalaciones, cosa que muchas veces ni sucede”.

"Está en nuestra mano el crecer aquí y dar trabajo, o comprar fuera y tener una dependencia absoluta del exterior en un contexto geopolítico muy delicado"

 

Interpelados sobre el aumento de la inversión en Indra, de la que se sienten muy confortables y con la intención de consolidar su participación, reconocen que es un objetivo estratégico que han conseguido ejecutar, y que aporta una complementariedad a Escribano M&E muy interesante cara al proceso de concentración que el sector de la Defensa tiene que experimentar en España, un proceso que aspiran a liderar convencidos de que nuestro país debe ser capaz de fabricar y crecer de forma acorde al aumento de inversión que el Ministerio de Defensa (el gobierno se ha comprometido a alcanzar el 2% del PIB en 2029, un techo que hoy solo cumplen siete de los 30 miembros de la Alianza: Grecia, Estados Unidos, Lituania, Polonia, Reino Unido, Estonia y Letonia) está realizando en lugar de dedicarnos a comprar  a otros países. “Cuando el presidente de EE.UU. dice que hay que llegar al 3% me da la sensación de que también lo que está afirmando es que ese dinero hay que gastárselo en comprarle a ellos armas, y eso no puede ser. Está en nuestra mano el crecer aquí y dar trabajo, o comprar fuera y tener una dependencia absoluta del exterior en un contexto geopolítico muy delicado, y además dar oportunidades laborales a las nuevas generaciones de jóvenes”, comentan.

Así, apuestan por el desarrollo de una industria de defensa propia que, aunque lleva años de retraso de otras grandes compañías alemanas, francesas o italianas, “si nos pusiéramos desde ya, podríamos recuperar este tiempo en breve, pues hoy por hoy toda la tecnología está publicada, porque se publica para venderla. Además no tenemos nada que envidiar a ningún otro país porque en España hay talento y cualificación para competir de tú a tú con cualquiera, solamente hay que generar las oportunidades y apostar por ellas”, y de esta manera optar a estar entre los grandes players europeos.

De un taller en Coslada a una sede en Bruselas: así creció EM&E Group

EM&E Group vio la luz en el año 1989 cuando Ángel Escribano padre, tornero fresador de profesión, tras perder su trabajo, capitalizar el paro y comprarse un torno, empezó a fraguar su negocio como autónomo en un garaje en Coslada que no superaba los 60 metros cuadrados. En ese momento, en el que también su madre se vio obligada a cerrar su mercería porque abrieron una gran superficie frente a su comercio, nació Mecanizados Escribano. 

Los hermanos Escribano junto a los bustos de sus padres.
Los hermanos Escribano junto a los bustos de sus padres.

Pero no fue hasta la década de 2010 cuando comenzaron con una fuerte expansión en el sector de defensa al entender que “el negocio estaba en industrializar todas las etapas de valor sin tener que recurrir a terceros, es decir, que la compañía fuera capaz de realizar los equipos en vez de fabricar las piezas para que luego sean ensambladas por otros”, recuerdan.

En este camino de crecimiento no siempre han estado solos, han tenido como socio al fondo soberano de Omán (SGRF), que entró en la compañía en 2016 tras la adquisición del 32,18 % de su capital por unos 17 millones de euros; una experiencia “de la que aprendimos mucho cara a profesionalizar los procesos y en la que ellos ganaron mucho dinero”. Y así hubo de ser, ya que en enero de 2022 recompraron por 34 millones esta participación gracias a un crédito sindicado liderado por un banco español y desde entonces mantienen el 100% de la propiedad de la compañía. “No sabemos si en algún momento saldremos a Bolsa o tendremos algún socio financiero, eso es algo por lo que ya hemos pasado y conocemos la experiencia. Pero lo que no va a suceder en ningún caso es que perdamos el control de la compañía, porque esto para nosotros no es un negocio, es el cumplimiento de un sueño, y eso no tiene precio”, comentan sin titubeos.

Sin embargo, para crecer y ponerse a la altura de otras grandes compañías europea de Defensa, como la británica BAE Sutes, con 26.900 millones de euros en ingresos por venta de armas en 2022; la italiana Leonardo, con 12.470; la francesa Thales, con 9.400, o la alemana Rheinmetall, con 4.550, aún queda un largo camino para el cual no solo necesitarán afilar aún más su intuición e interminables jornadas de trabajo sino también capitalizarse.

Imagen del evento de presentación de EM&E Group.
Imagen del evento de presentación de EM&E Group.

De momento, y una vez concluido el Plan Estratégico de la compañía que abarcaba de 2019 a 2024, los hermanos Escribano ponen en marcha con el nuevo año un nuevo Plan en el que sentarán las bases del próximo lustro. “Ahora, en 2025 de momento lo que queremos es consolidar los ingresos del 24, que han aumentado en un solo año más de un 60%, y también queremos ser capaces de fabricar en masa para dar salida a un mayor número de pedidos, que es una cuestión capital para crecer”.

Y es que el ritmo de producción, las trabas administrativas o los problemas de integración existentes entre las compañías que componen los consorcios que suministran al Ministerio de Defensa suponen una gran amenaza para el desarrollo de una industria de Defensa española y sus exportaciones, ya que el resultado no es otro que un continuo retraso en las entregas, algo que está sucediendo en grandes proyectos como son la fabricación y entrega del VCR 8x8 a cargo de TESS, consorcio en el que Escribano comparte proyecto con Indra, General Dynamics Santa Bárbara y SAPA, o la de los submarinos de la S-80 a cargo de Navantia, que suman entre 3 y 17 años de retraso desde las fechas originales además de notables sobre-costes económicos.

La nueva EM&E Group, partícipe de varios de estos proyectos, es consciente de la gravedad de este problema y por ello este ocupa una parte fundamental de su nueva estrategia. Porque sin capacidad de entrega de los pedidos no hay capacidad de crecimiento, y sin capacidad de crecimiento solo queda la dependencia de terceros. Y los herederos de aquel emprendedor que no comenzó a soñar con el desarrollo de su negocio en un garaje de Silicon Valley sino del municipio madrileño de Coslada no parecen dispuestos a dejar que eso suceda.