El popular refrán “una retirada a tiempo es una victoria” se podría aplicar a Fernando Abril-Martorell, presidente Indra, tras la suspensión del ERTE que pretendía imponer a un tercio de la plantilla. Lo que no sabe el conocido directivo es si aplicar el refrán en este caso le servirá para salvar su cabeza al frente de la compañía tecnológica.
Según ha podido saber Escudo Digital, en el gobiernode Pedro Sánchez le han tomado la matrícula y será muy difícil que continúe alfrente de Indra una vez se normalice la situación, tras superar los efectos delCovi-19. Las mismas fuentes apuntan a que ya se estaría buscando un sustitutode solvencia para finales de año.
Desde Moncloa se enfatiza que Fernando Abril-Martorell hajugado a ser presidente independiente de una empresa del Ibex sin tener encuenta que Indra es una empresa semipública con casi un 20% de capitalestatal. Se le reprocha que no tuvieramás sensibilidad social en estos momentos y, sobre todo, se le acusa de notener en cuenta las órdenes expresas dictadas desde el Gobierno de prohibir atoda costa planes de regulación de empleo en compañías con participaciónestatal.
De haberse llevado a cabo el ERTE en Indra otras muchasempresas semipúblicas podrían haber seguido el mismo camino. Tampoco entiendenque sea una de las compañías más estratégicas del país en temas de seguridad laque se pueda permitir el lujo de prescindir temporalmente de parte de laplantilla.
Igualmente, se recuerda que no tenía ningún sentido intentarponer en marcha un ERTE de forma tan precipitada cuando todavía no se saberealmente el alcance de la crisis del coronavirus. También, apuntan las mismasfuentes que en una empresa como Indra, con contratos de larga duración ytotalmente garantizados por su consideración de estratégicos en el marco de laseguridad, defensa y tecnologías de la información, carece de justificación tansiquiera considerar un plan de bajas temporal.
Muchos son los que recuerdan en este momento la fama que le precede a Fernando Abril-Martorell en el mundo empresarial: experto en reestructurar, limpiar, despedir y poner patas arriba a empresas de gran tamaño. Como ejecutivo va camino de firmar un récord difícil de superar y es el despido de miles de trabajadores tras su paso por compañías como Telefónica, Prisa o la propia Indra.
Todas estas circunstancias hacen que la continuidad delveterano directivo se ponga en duda por parte del Gobierno de coalición dePedro Sánchez al término de esta crisis.