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Las empresas españolas adoptan estrategias de transformación para garantizar su continuidad

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No ha habido cursillo previo. En estos ya dos meses y medio las empresas han tenido que ir adaptándose sobre la marcha a lo que ha supuesto el estado de alarma. Cada una a su forma y manera, según recursos y necesidades. Todo para sortear una carrera de obstaculos improvisados y mantener los negocios, antes, ahora y después. Porque los cambios van a perdurar en el tiempo y además, las formas de gestionar serán impensables sin tecnologías digitales, teletrabajo y ciberseguridad, lo que implica innovación e inversión.

De todo ellos se ha hablado en la última mesa redonda virtual convocada por IDC Research España en colaboración con T-Systems. Desde la perspectiva de convertir la crisis del Covid-19 en una oportunidad de negocio, acelerando la aplicación de nuevas estrategias de transformación digital e impulsando conductas permanentes en el consumo y la entrega de productos y servicios informáticos.

Isabel Tovar, analista de IDC, ha confirmado que la mayoría de las empresas en España han adoptado políticas de teletrabajo, “bien porque ya se disponía de cierta política al respecto o bien por la propia necesidad de garantizar la continuidad de negocio en aquellas industrias en las que ha sido posible, como reconocen el 52% de las empresas consultadas”. Un porcentaje que un informe de Hay eleva hasta el 95%; no ha quedado otra para seguir con la actividad empresarial ni va a quedar, porque además se ha demostrado que la fórmula repercute más en ahorro de costes que en limitación de la productividad.

Así que es muy posible que, en adelante, todo cambie y nos igualemos a otros países, porque al inicio de la pandemia Eurostat nos situaba muy por debajo de la media europea en la costumbre, inexistente, de trabajar en remoto: por debajo del 8%, cuando los demás superan el 13%, con una cultura menos presencialista en lo laboral. El objetivo pasa por aprender a minimizar el impacto de la ‘ausencia’ de plantilla, lo que interrelaciona directamente RRHH, producción y planificación de recursos empresariales.

El  52% de las empresas consultadas ha recurrido al trabajo en remoto durante el estado de alarma

También lapandemia ha tenido impacto en las ventas. La rotura de la cadena de suministroy las dificultades para trabajar desde casa han sido la tónica imperante.Aunque el impacto económico total todavía no se conoce, es muy probable queesta crisis impulse un cambio sustancial y duradero en la industria. Laeficiencia en las operaciones y las soluciones de continuidad de negocio son laprincipal prioridad de inversión en la actualidad.

“El gasto de TI en su conjunto se reducirá fundamentalmente por la bajada de ingresos, aunque no impedirá que ciertas categorías de gastos se vean impulsadas de manera positiva”, subraya Isabel Tovar, analista de IDC Research España. “Según IDC, y teniendo en cuenta el escenario más probable, el crecimiento del gasto total en Europa en TIC para 2020 será del 1,4% en lugar del 2,8%”, apunta. No obstante, como se planteaba, un presupuesto menos, pero invertido de forma estratégica puede convertirse en oportunidad y no necesariamente en un lastre.

Por su parte, Ramon Martil, Head of Sales Private de T-Systems, confirma que el camino hacia la desescalada pasa por acelerar la transformación digital y el ahorro como ejes principales. “La digitalización necesita un enfoque integral de cada uno de sus cuatro pilares: conectividad, digital, infraestructura cloud y ciberseguridad”.

Esimprescindible por tanto, acelerar la aplicación de nuevas estrategias detransformación digital, apoyar a las empresas en la búsqueda de puntos deavance e innovación empresarial y lograr un desarrollo corporativo saludable ysostenible. Más aún en esta nueva etapa de desescalada, en la que lo importantees que el negocio prosiga con su actividad. La automatización es clave para lograreficiencias y reducción de costes, así como la búsqueda de nuevas vías deinteracción y colaboración entre empleados y proveedores con las que aportar unvalor diferencial al cliente.

La automatización es clave para lograr eficiencias y reducción de costes empresariales

En el “Estudio del Impacto del Covid-19 en la inversión TIC en España” publicado recientemente por IDC Research España, se calculaba que el 25% de las empresas están destinando su inversión a tecnologías de colaboración para trabajo remoto, mientras un 16% están aumentando sus capacidades de marketing digital para interactuar de forma remota con los clientes.

En cuanto a los mayores desafíos que plantea la implantación de estas políticas de Smart Work, la ciberseguridad y los riesgos de privacidad se imponen como prioridades de las organizaciones. Algo motivado por la falta de equipos y herramientas para poder realizar teletrabajo, ya que muchas empresas no tenían definidos procesos para permitir estas políticas. En estos casos, aparecen problemas no solo de seguridad, sino hasta de pérdida de productividad en la organización.

“Ante estos datos, es evidente que el impacto del Covid-19 acelerará los procesos de transformación digital, facilitando la agilidad empresarial y manteniendo las políticas de Smart Work adoptadas”, concluye Isabel Tovar.

Es evidente que el camino de este cambio de tendencias está marcado, y no solo para las empresas. Las administraciones, en absoluto preparadas para lo que se ha venido encima (sobre todo desde el punto de vista del trabajo en remoto) ya se están subiendo al carro de lo digital, en plena desescalada, puesto que es asunto de emergencia. E igualmente, urge una legislación al respecto, para pautar y dar garantías a estas nuevas formas de hacer y ser.