Como Capitán de Navío del Cuerpo General de la Armada participó en distintas misiones hasta que, en 1979 ingresó en el Servicio de Inteligencia español, el actual CNI. Allí ocupó destinos en el gabinete del director Emilio Alonso Manglano, en redes clandestinas en el Magreb, en la Embajada española en Checoslovaquia de 1989 a 1994 o como Jefe del área de Europa y América del Norte de la División de Exteriores. Desde 1996 está en la Reserva del CNI y colabora con diversos medios de comunicación. Su primera novela, Operación El Dorado Canyon (Editorial Doble Identidad), está basada en su experiencia en una operación así denominada, ordenada por Ronald Reagan y que tenía el objetivo de terminar con Muammar al-Gadafi. El libro se ha convertido en todo un best-seller. del que conversamos con él, además de sobre otros asuntos de actualidad relacionados con el espionaje, el terrorismo o la ciberseguridad.
Operación El Dorado Canyon es una novela basada en una operación de tiempos de Ronald Reagan (1986) en la que la CIA solicitó ayuda a España para que el entonces CESID trasladara a un agente español a Libia para localizar a Gadafi. Y ese agente fue usted. ¿Cuánto hay de real y cuánto de ficticio en esta obra?
Los hechos fundamentales narrados ocurrieron en la realidad, se han cambiado nombres y situaciones de lugar y tiempo, pero ocurrieron esencialmente como se narran en la novela. Hay ficción para darle una continuidad y enlazar unas épocas distintas que en realidad son como dos novelas en una.
¿Por qué EE.UU. recurrió a los servicios secretos españoles para poner en marcha esta misión?
La Operación El Dorado Canyon tenía como objetivo a Gadafi, pero el bombardeo no alcanzó el objetivo. Entonces la CIA no debía contar con agentes en la zona y le pidió al CESID que envara a un agente para localizar a Gadafi y fotografiar los montajes de artillería antiaérea instalados.
"Un espía debe tener muy desarrollada la inteligencia emocional en todas sus vertientes. Ese sería un buen espía. Los malos no sobreviven".
No destripamos la novela si recordamos que Gadafi aguantó en el poder hasta 2011… ¿fracasó la misión?
Fracasó la Operación El Dorado Canyon, es decir el bombardeo norteamericano, porque, como he dicho, su objetivo no fue alcanzado. Mi misión era localizarlo e informar, y eso lo hice.
Estuvo 28 años al servicio del CESID primero y del CNI después. De estos, pasó tres años en el Magreb trabajando para el CESID. Me gustaría preguntarle por la llamada Primavera árabe, que dio nombre entre 2010-2012 a una serie de manifestaciones populares pidiendo democracia y derechos sociales, ¿qué queda de todo eso?
No queda nada, y lo que queda es peor de lo que había. Un grave error de occidente. En esos países la componente religiosa lo impregna todo, la educación, la economía, la sociedad, todo absolutamente. Es un error querer exportar las democracias occidentales, que tampoco son perfectas, a esos países.
¿Cree que el Magreb representa para la seguridad de Europa, y en particular de España, una zona especialmente sensible? ¿Se están haciendo las políticas adecuadas?
El Magreb es el vecino del sur de Europa y es la principal fuente de emigración ilegal. Para los países europeos del Mediterráneo es un vecino incómodo, por la emigración, y peligroso porque hoy por hoy son el freno para que el terrorismo yihadista del Sahel no llegue a nuestras costas. No se hace las políticas adecuadas que, desde mi punto de vista, consistirían en favorecer el desarrollo económico para que sus ciudadanos no tengan que jugarse la vida buscando algo mejor y abandonando a sus familias y, por otra parte, tenemos que ser aliados en la lucha contra el terrorismo, que esta debilitado, pero no ha desaparecido. Pregunten a nuestras tropas en el Sahel.
"España es un país OTAN y Marruecos le debe mucho a EE.UU., pero es que el enemigo de Marruecos y el nuestro es el mismo, el terrorismo yihadista".
Altos mandos de Defensa y del CNI han mostrado recientemente su inquietud ante la escalada de compras de material bélico por parte de Marruecos, ¿a qué cree que responde este hecho?
Yo creo que una guerra convencional como la hemos conocido hasta ahora es muy difícil que se dé entre países occidentales. España es un país OTAN y Marruecos le debe mucho a EEUU, entre otras cosas la modernización de sus ejércitos, la potenciación de sus bases, como Kenitra… pero es que el enemigo de Marruecos y el nuestro es el mismo, el terrorismo yihadista. Además, hoy por hoy, no hay comparación posible y razonable entre las Fuerzas Armadas de los dos países.
Usted fue reclutado para el servicio de inteligencia español a las órdenes del General Manglano, ¿por qué cree que fueron a buscarle?
No, yo llegué antes. En el 79 estaba destinado en la Escuadrilla de aviones Harrier en la Base de Rota y vinieron a buscarme compañeros de la Armada que me conocían muy bien. Les pregunté que qué se hacía ahí dentro y me dijeron que ya me enteraría. También les pregunte si creían que servía y me dijeron que sí. Por último, que si se ganaba más y me dijeron que no. Mucho no se equivocaron, han sido 28 años. Luego estuve con el General Manglano en su gabinete llevando las relaciones con servicios extranjeros.
También preguntó entonces, cuando se lo ofrecieron, “¿seguro que valgo para eso?” ¿Qué cree que diferencia un buen espía de un mal espía?
Dentro del servicio hay muchos trabajos distintos, de todos ellos reciben la denominación de “espía” los que se mueven en terrenos pantanosos, países objetivos, grupos terroristas… Luego hay analistas, “diplomáticos” destinados legalmente en otros países, hackers… para cada trabajo se necesitan personas distintas. Decía Pastor Petit en su obra La Guerra de los Espías que a los espías hay que buscarlos entre los idealistas, y lo repite “entre los idealistas”. Un espía debe tener muy desarrollada lo que conocemos como inteligencia emocional, en todas sus vertientes. Ese sería un buen espía. Los malos no sobreviven.
Ingresó en el CESID en 1979, una época complicada por la salida de la dictadura, con ETA y los Grapo campando a sus anchas, ¿cómo recuerda esos años?
Pues de mucha actividad. Precisamente en una zona donde los Grapo tenían un nicho de simpatizantes y militantes bastante importante.
"El proyecto de ejército europeo no avanza porque los países, los gobiernos, no son conscientes de su necesidad o no es políticamente correcto gastar dinero en armas, en fuerzas de seguridad, en servicios de inteligencia".
Como Capitán de Navío de la Armada, en la que estuvo destinado en distintos buques, ¿cómo ve en la actualidad este cuerpo, cree que la marina española pasa por un buen momento?
La Armada española tiene siglos de existencia y está muy curtida. El capital humano es inmejorable y lo demuestra cada día en misiones en todos los mares del planeta. Su preparación técnica, cada vez más compleja, es equiparable a las más avanzadas del mundo, lo que siempre se echa de menos es contar con las unidades que se necesitan. Nuestros astilleros están muy especializados y exportamos buques de guerra a muchos países, pero depende de los gobiernos de turno que construyan para nosotros. Los recursos económicos son escasos. Solos se acuerdan de la FAS cuando hay emergencias o hay que mandar un barco al Indico seis meses, o tropas al Sahel otra buena temporada. Los EE.UU. ya ha dicho muchas veces a Europa que hay que llegar al 2% de gasto en defensa, que están cansados de suplir lo que nosotros debíamos invertir. El proyecto de ejército Europeo no avanza porque los países, los gobiernos, no son conscientes de su necesidad o no es políticamente correcto gastar dinero en armas, en fuerzas de seguridad, en servicios de inteligencia. Se acuerdan de Santa Bárbara solo cuando truena.
Y en cuanto a los servicios secretos españoles, ¿cuál cree que es la consideración que tienen estos a nivel internacional?
Volvemos a lo mismo, el capital humano del CNI es equiparable o mejor. Yo he hecho operaciones con servicios extranjeros, la CIA, el Mossad… Los mejores solo nos aventajan en la disponibilidad de medios económicos, que por otra parte también son necesarios.
En los últimos años, el ciberespionaje se ha transformado en un arma silenciosa capaz de producir terribles daños en países, empresas, etc. ¿le inquieta este tipo de amenazas? ¿Cree que estamos preparados?
Naturalmente, es para estar inquietos. Es una amenaza que llega desde las naciones al plano del individuo, a la que estamos expuestos todos. El espectro es amplísimo, desde el país, empresas, finanzas, política, seguridad. La lucha contra esa amenaza también corresponde al Centro Criptológico Nacional (CCN) dependiente del CNI. La amenaza va siempre por delante de su neutralización, pero su evolución, en este caso, es muy rápida e imprevisible, y la guerra preventiva es más complicada, no se sabe cuál va a ser el próximo paso. La inteligencia tiene ahí un campo de actuación importante.