Mayor Oreja: “La movilización es mucho más necesaria ahora que hace 25 años”

Desde la Fundación NEOS que preside, alerta a la sociedad española de un nuevo Frente Popular que se ha instaurado bajo el gobierno de Pedro Sánchez.

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Editor de Escudo Digital

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Jaime Mayor Oreja en su despacho.
Jaime Mayor Oreja en su despacho.

No está dispuesto a callarse, nunca lo ha hecho, y aunque como el mismo dice moleste casi por igual a políticos de izquierda y de derecha, alza su voz para denunciar lo que considera la situación más crítica que vive España desde que se instauró la democracia. Hablamos de Jaime Mayor Oreja, el exministro del Interior en el gobierno de José María Aznar, quien ya en su momento se atrevió a denunciar contra vientos y mareas las trágicas treguas trampas de ETA. Aguantó carros y carretas, pero al final siempre se demostró que su opinión era la acertada.

Ahora desde la Fundación cultural y de pensamiento NEOS que preside, este veterano político vasco alerta a la sociedad española de un nuevo Frente Popular que se ha instaurado bajo el gobierno de Pedro Sánchez y cuyo único objetivo es terminar con la monarquía parlamentaria y sustituir el actual régimen constitucional por una república confederal de corte totalitario bajo el monopolio político y social de la izquierda. Pide una movilización política y ciudadana como nunca se ha visto en España y propone diez medidas que de nuevo afiancen una democracia que, según defiende, ha tocado fondo.

PREGUNTA: El título del nuevo documento que acaba de hacer público la fundación NEOS que usted preside es muy explicativo: “España en el abismo. La ruptura de España se hace realidad. ¿Realmente piensa que la situación actual de España es tan grave como para colocar nuestro país en ese abismo que cita?

RESPUESTA: Sí, por supuesto, no lo diría si no fuera plenamente consciente de ello. Es la verdad. Es la lógica de un proceso que tiene como socio principal a ETA en el Gobierno, es la expresión máxima de deslealtad con España, en el que participan movimientos de liberación nacional, izquierda republicana, ETA y PNV, que también hacen precisamente de esa deslealtad con España su razón de ser; y luego tiene un partido socialista que en un momento determinado produce una metamorfosis, como ya sucedió en la II República Española, y necesita hacer de ETA su principal aliado; además de sustituir al Partido Popular como el otro partido de la alternancia, de la alternativa. Todo eso es lo que tenemos ahora mismo.  El problema es que hay una ceguera, a veces voluntaria, de no ver la gravedad de ese frente.

P: Habla de fin de la monarquía parlamentaria, del régimen constitucional y su sustitución por una república confederal de corte totalitario bajo el monopolio político y social de la izquierda.

R: Cuando un proyecto, el de la ruptura, que perdió con otro, el de la reforma del año 76 que tenía límites porque buscaba siempre el encuentro con el adversario, y se instala el de la ruptura teniendo de capitán general a ETA, no hay límites de ningún tipo. Entonces, lo primero es, fundamentalmente, destruir la independencia del Poder Judicial.  Eso no es un invento, eso es una realidad cotidiana. Ya está en manos del Gobierno la fiscalía general del Estado, el Tribunal Constitucional… Y quieren que siga avanzando en el Supremo.  Quieren negociar la transferencia por delegación de la inmigración en Cataluña. En el País Vasco y en Navarra ha ganado claramente el proyecto de ETA. Y todo eso, me pregunto ¿no es grave? ¿no te lleva a otra España? Una España constituyente, como en su momento dijo el ministro de Justicia. 

“Si el Frente Popular que gobierna España gana las próximas elecciones perderemos la soberanía nacional y la democracia”

 

P: ¿Y el final de la Democracia tal y como la conocemos?

R: Evidentemente. Todo esto te lleva a que, al final, haya más un sistema totalitario que un régimen democrático. El documento lo que dice, esencialmente, es que la desigualdad nacional que vivimos, la fractura constitucional que también padecemos no puede ser enmascarada por un desorden internacional en el que se apoya Sánchez. Sánchez prefiere ver el contexto internacional, ser referencia anti-Trump, abrazarse a Zelensky, abrir un camino hacia China, porque en ese desorden él está ocultando la auténtica intención de ese Frente Popular totalmente totalitario que nos gobierna ahora en España.

P: ¿Y de qué plazos estamos hablando?  

R: Eso es pronóstico, y el pronóstico es imposible. Lo que hay que hacer es el diagnóstico. El diagnóstico es, primero, esto no es un gobierno de coalición, esto es un Frente Popular; no hay un deseo de fortalecer la democracia y las instituciones. Es un movimiento para apropiarse de las instituciones. 

Ellos, fundamentalmente con los socios que tienen, van a ir avanzando en la dirección de la autodeterminación. Lo que ya son incapaces es decir cuándo lo van a hacer, cuáles van a ser los ritmos. Lo que es evidente es que, con este gobierno, con este Frente Popular, es obvio que vamos a una situación extraordinariamente inquietante para España. 

P: Ha enviado el documento a Feijóo y a Abascal. ¿Qué espera de ello? Aboga por un programa de mínimos para unirlos y romper lo que llama el “frente popular”.

R: El documento básicamente es para que tengamos conciencia de la gravedad de la situación. Que tengamos conciencia de que lo importante, lo primero, lo urgente democráticamente hablando, es derrotar a este nuevo Frente Popular. Derrotar al proyecto de ruptura que ha ganado al de reforma que se instaló en España en el año 76 con aquella ley para la reforma política y que obtuvo más de un 80% de apoyo. Básicamente es para que todos tomemos conciencia de la gravedad. Que la ruptura hoy está más claramente encima de la mesa de lo que estaba hace cuatro años. Porque ese Frente Popular llegó al gobierno en el año 2018, aunque el proyecto había comenzado en el año 2004, como mínimo. Nosotros no utilizamos ni la palabra PP ni la palabra Vox en ningún lado del documento.  Nosotros sí planteamos la necesidad de una alternativa y de un proyecto que signifique la regeneración y el desalojo democrático del proyecto que hoy nos mal gobierna. Pero yo, en lo que significa las acciones que tienen que hacer los partidos, no planteo ninguna fórmula. Tiene que ser ellos. Esto es para que tomen conciencia de lo que hay, si es que no tienen conciencia suficiente de lo que ven y viven día a día.  Ese es el principal objetivo.

“Hay que evitar la polarización y el enfrentamiento entre españoles como en el 36”

 

P: ¿Ha tenido algún tipo de reacción por parte de los dirigentes del PP o Vox?

R: No he tenido, no. Pero evidentemente lo tienen. También lo tiene el presidente de Unión del Pueblo Navarro, la presidenta de la comunidad autónoma de Madrid y otras muchas personas cuya opinión es muy relevante. Pero no he tenido ninguna respuesta formal. Uno ya tiene la experiencia suficiente en la vida pública para saber que a veces a los partidos políticos les molestan mucho las voces que sean de plataformas culturales o de otros movimientos que ellos no controlan.  Pero nuestra obligación es decir la verdad de lo que tenemos enfrente y desgraciadamente el documento no exagera nada en cuanto a la dificultad y la gravedad de la situación de España.

P: De todas formas, da la impresión de que algunos dirigentes del PP no quieren saber nada de VOX y viceversa. ¿Cómo se vencen esas reticencias mutuas?

R: Hay gente que cree que un partido va a ganar a otro, como le pasó a la Alianza Popular con la UCD. Hoy por hoy, nosotros lo que creemos es que hay una derecha tradicional, que es la derecha del PP, que lleva muchos años, y hay una derecha más reactiva; situación que se da igualmente en todo Occidente, en general, y en toda Europa. Entonces, yo lo que únicamente traigo a la reflexión es que lo que no es posible es que el gobierno del Frente Popular gane las elecciones próximas porque entonces perderá la soberanía nacional y la democracia. 

P: ¿Pero no cree que debería de haber ya encima de la mesa una hoja de ruta de esa centroderecha capaz de ganar las próximas elecciones?

R: Para que haya una alternativa en 2026 o 2027, porque estos tratarán de estar hasta el final, es evidente que hace falta que se trabaje mucho antes. La alternativa no sale después del resultado de unas elecciones en donde den la suma, y a partir de ese momento se empiece a trabajar en un proyecto diferente. La alternativa hay que tenerla trabajada mucho antes, no al día siguiente a las elecciones. Hay que tratar de decir: esta va a ser la alternativa, lo vamos a hacer de esta manera, esta es la dirección. Y esto es lo que, de alguna manera, hay que proponer a la sociedad española y a los partidos políticos. 

P: ¿Cuáles son esos diez puntos fundamentales de ese programa de entendimiento que propone para revertir la actual situación?

R: Lo primero es derogar lo que, de alguna manera, han sido leyes que esencialmente son fruto del Frente. Es decir, la Ley de Memoria Democrática, lo que significan las leyes de género, unas leyes que afectan a lo que son unos inventores sociales, unos ingenieros sociales más que gobernantes. Y luego es evidente que hay que fortalecer la independencia del Poder Judicial, de las instituciones como la Corona, Justicia, Tribunal Constitucional, Parlamento, fiscalía general del Estado, Administración General del Estado…  Hay que modificar el sistema electoral, recuperar la presencia internacional y la política exterior de España, la defensa de la economía de mercado, la reforma de la política de inmigración o la reducción y simplificación de las estructuras administrativas del Estado, de las comunidades autónomas y de las entidades locales, así como la reducción del gasto público, entre otras medidas que recoge el documento que hemos elaborado.

P: También reclama la movilización de la ciudadanía por toda España de un modo masivo y recurrente desde un sentimiento de angustia nacional.

R: Sí, pero tampoco planteo que hay que hacerlo a través de una manifestación determinada. Lo que sí tiene que haber es un planteamiento de mayor movilización. Pongo el ejemplo de lo que vivimos en el año 97, de forma espontánea. En julio de 97, después de la liberación de Ortega Lara, vino la crueldad de Miguel Ángel Blanco y la juventud española se movilizó con las manos blancas. Y en los centros de las ciudades, en las plazas de los pueblos y en todos los lugares, hubo cientos de manifestaciones espontáneas. Hoy la situación en términos de nación es mucho más grave que la que vivimos hace 25 años. Es decir, hoy es un gobierno que se ha hecho Frente; es la asociación del independentismo vasco y catalán con la izquierda. El riesgo de la nación es mayor.  Antes era una banda terrorista, una organización dentro del movimiento nacionalista vasco que provocó el rechazo y la movilización de los españoles. Pero en estos momentos, en términos de nación, en términos democráticos, la situación es más grave. Estaba localizado antes el enemigo, el adversario, que era ETA y el Movimiento de Liberación Nacional Vasco, pero es que ahora tenemos otro tipo de adversario más potente. La movilización es mucho más necesaria ahora que hace 25 años.

P: ¿Y cómo se puede activar esa movilización?

R: Al final no puedo decir lo que hay que hacer, porque Neos es muy modesta y no podemos hacerlo nosotros solos, sino que tiene que ser una toma de conciencia global. Esta situación nos va a exigir mucha movilización y alzar la voz. La manera en la que se ponga en práctica por la ciudadanía la desconozco. Nosotros vamos a poner todo nuestro esfuerzo y empeño y por nosotros desde luego no va a quedar.

P: El documento deja claro que todo empezó con Zapatero. ¿Qué opina que el ex presidente sea ahora uno de los grandes protagonistas de la vida pública y en temas como la relación con el partido de Puigdemont, Venezuela o la relación con China?

R: La historia de España cambia el 11 M. Y es evidente que el arranque del gobierno de Zapatero es la búsqueda de un interlocutor privilegiado con ETA. Con Zapatero se conforma un proyecto, una dirección, un proceso. Y eso se completa ya en una segunda parte con Sánchez en el gobierno. Pero todo es la misma cosa. Estamos hablando de un proceso continuo, no estamos hablando de hechos aislados. Lo que sucede es que hay una parálisis en el año 2011 cuando gana el PP las elecciones, por un asunto que no estaba en la política, que estaba entre la Unión Europea y España, el tema de las pensiones y de lo que significaban los derechos sociales. Y eso le saca del poder a Zapatero. En la etapa de Rajoy no se denuncia el proceso que se había iniciado desde el 2004 y llega Sánchez con una moción de censura absolutamente falsa, burda. Y el objetivo era que entrase el Frente Popular como tal en el gobierno, que ya tuviesen que tejer ese proyecto en un gobierno. Y se ve esto en el gobierno de 2018, que no es una simple moción de censura, es casi la exigencia de que ese frente popular acceda al poder. Y en ese nuevo frente popular, el elemento esencial es Sánchez, como lo había sido anteriormente Zapatero, y desde el principio ETA y luego Esquerra Republicana de Cataluña. Lo que pasa es que en la periferia de ese frente se instalan también el PNV y Junts, pero están en la periferia. Y luego Podemos y Sumar están fuera de la esencia, porque ya el PSOE ha recogido el espíritu de esos partidos. Están allí pero ya no pintan nada porque ya ha asumido Sánchez el proyecto de ruptura, que es el mismo de Podemos y el de Sumar. 

P: ¿Y es factible revertir en el supuesto de un cambio electoral que se produzca todo lo que este Frente Popular ha llevado a cabo y está llevando a cabo en España?

R: Debería ser posible, pero tampoco puedo decir más porque yo no voy a formar parte de ese futuro. Es que, si no, el otro escenario sería la democracia fallida, el final de la reforma del año 76 y el fin de la convivencia. Entonces prefiero colocarme en la esperanza de que es reversible, de que hay proyecto de reversión posible. Ahora si no, es evidente que tenemos una experiencia de democracia fallida, pero confío y deseo que eso lo impida la alternancia o la alternativa, por muy difícil que parezca en estos momentos.

“En términos de nación, en términos democráticos, la situación es más grave que nunca. Estamos en el abismo. Antes el enemigo era ETA, ahora se suma la izquierda y los partidos independentistas”

 

P: ¿Y no da miedo pensar de nuevo en un enfrentamiento entre españoles?

R: Nosotros tenemos tres procesos simultáneos. Una Unión Europea que caminaba hacia la nada. Una España que camina hacia la ruptura. Y un mundo muy, muy desordenado que se está confirmando en estas últimas semanas. Entonces lo importante es que los españoles y los partidos y las opciones políticas se concentren en lo que pueden resolver. Y nosotros lo que podemos resolver es nuestra situación interna, nuestra situación interior. Cuando entras en la geopolítica hay otros muchos intereses, todo es más difícil, y es evidente que todo es muy importante. Si pudiéramos hacer un ejercicio de política ficción desde el año 36, los españoles teníamos que haber evitado la guerra civil interior, la interna, más que la Segunda Guerra Mundial, porque pintábamos mucho más en el ámbito interior que en el exterior. Hoy en el ámbito exterior ¿qué pinta España? ¿En qué nos tenemos que concentrar? ¿Qué tenemos que priorizar? Básicamente que no se repita la situación de confrontación entre españoles, la polarización a la que nos está llevando este gobierno.

P: Usted que es vasco y perfecto conocedor de la situación política de su tierra, ¿cómo ve el futuro del País Vasco? ¿Cree que ETA-Bildu puede llegar al poder en la Comunidad Autónoma Vasca?

R: El proyecto de ETA ha ganado en el País Vasco y en Navarra, lo que pasa es que todavía no ha adquirido el poder. Los números en el País Vasco ya les dan la mayoría con la suma de ETA más el Partido Socialista y Podemos. Lo que pasa es que todavía creen, con inteligencia y habilidad, que no conviene dificultar las cosas a Sánchez y obligarles a elegir entre ETA o PNV. No, ellos lo están haciendo pausadamente, pero ya tienen la mayoría.  El proyecto de ETA ya ha ganado en el País Vasco, o está ganando, mejor dicho, pero ya tienen la posibilidad de alcanzar el poder.  Si no lo hacen es porque ahora mismo tiene contraindicaciones. Pero es un proceso de maduración el que les obliga a ir poco a poco. No tienen prisas, y ya saben que ellos han ganado al Partido Nacionalista Vasco. El PNV solo es un partido de gobierno, pero la batalla cultural ya hace tiempo que la perdieron. Ha ganado lo que es la consecuencia lógica del puente del nacionalismo. El nacionalismo es un puente que se cruza en una dirección solamente, sociedades conservadoras, tradicionales, religiosas, que cruzan el puente, y acaban siendo sociedades de la izquierda o de la extrema izquierda. Eso ha pasado en el País Vasco y eso ha pasado en Cataluña, lo que sucede es que en el País Vasco hay más cohesión alrededor del proyecto de ETA y en Cataluña hay menos capacidad de la izquierda republicana de aglutinar un voto, el voto lógico de lo que lleva la deriva del nacionalismo hacia la extrema izquierda. ETA es el capitán general de la ruptura y el otro no tanto, y por eso aparece Junts, que trata de aprovechar la oportunidad procedente de Convergencia y Unión para poder aprovecharse de las situaciones. Cataluña, como siempre, como pasó en la II República, en la Guerra Civil, es la expresión máxima del desorden.  

P: Por último, ¿qué valoración haces de la película La Infiltrada, que además corresponde a su etapa al frente al Ministerio Interior? ¿Cree que recuperar testimonios de lucha contra el terrorismo es bueno para la ciudadanía y poner en contexto lo que significó ETA y la banda terrorista para los españoles?

R: Me parece que es una muy buena película y sobre todo por una razón, porque prestigia, en este caso, al Cuerpo Nacional de Policía y porque al final la conclusión que obtienes de la película es que teníamos una policía realmente formada por hombres y mujeres ejemplares que jugaron un papel muy relevante. Todo lo que sea decir la verdad, recuperar la verdad, homenajear a los que han sufrido, confirmar que no había víctimas, que solo había verdugos, que no había dos partes de una sociedad enfrentada, todo eso va en la buena dirección porque nos aproxima a la verdad y lo que realmente sucedió. Por dura que sea la verdad, es mejor abrazarla que mirar para otro lado.