El que fuera ministro del Interior del gobierno Popular entre 1996 y 2001 tuvo que hacer frente a dos de los acontecimientos más estremecedores con los que ETA quiso derribar nuestra democracia hace ahora 25 años: el asesinato de Miguel Ángel Blanco y la liberación de José Antonio Ortega Lara. El desenlace fue muy diferente en ambos casos. Fue "como la vida misma, cara y cruz. La cara fue aquella alegría (la liberación de Ortega Lara), y la cruz el asesinato a cámara lenta de Miguel Angel Blanco", recuerda Mayor Oreja en esta extensa entrevista de la que hemos extraido algunas ideas:
Secuestro y asesinato de Miguel Ángel Blanco
Yo no sabía lo que iba a suceder, pero eso es como la vida misma, cara y cruz. La cara fue aquella alegría (la liberación de Ortega Lara), y la cruz el asesinato a cámara lenta de Miguel Angel Blanco (…) Lo que más me impresionó fue ver a Miguel Angel Blanco con vida en el hospital Nuestra Señora De Aranzazu, en San Sebastián. Una vida asistida, con respiración asistida, hasta que me dieron la noticia catastrófica de que había muerto.
El recuerdo que conserva de la liberación de Ortega Lara
La noche del 30 de junio al 1 de julio de 1997 fue probablemente la noche más inolvidable de mi vida, la que me provocó mayor y más profunda alegría, porque fue el momento en el que en una operación brillantísima de la Guardia Civil fundamentalmente nos libramos de un chantaje al Estado, porque eso era el secuestro de Ortega Lara.
¿Podíamos haber acabado entonces con ETA?
Era un buen momento para insistir en que hubiera un proyecto común y compartido entre vascos, pero es evidente que el PNV tuvo pánico a Ermua, tuvieron miedo. Pensaron que el final de ETA impulsado por España podía ser el final del nacionalismo, por eso se abrazaron después en un acuerdo con ETA (…) Pensaron que se les iba de las manos el dominio social que ejercitaban en el País Vasco.
¿Y ahora ha sido ETA derrotada?
La derrota de ETA no se ha producido nunca porque ETA no es solo una organización terrorista, es un proyecto de ruptura, por supuesto de España, pero también del orden social.
La mentira se ha hecho proyecto, no es una mentira circunstancial, episódica. Y es más cómodo escuchar una mentira que darse cuenta de la verdad. Siempre se ha dicho que el terrorismo es una amenaza para occidente, y es verdad, lo que sucede es que ETA ha sido determinante para España, no una amenaza, antes, durante y después de que matase, y eso es muy desagradable de decir. Es mejor decir “hemos derrotado a ETA” en lugar de “ETA es determinante”.
Las consecuencias de una sociedad debilitada
Entendamos que si nos ataca Putin es porque Occidente destila decadencia y debilidad. Porque creen que hemos perdido referencias permanentes, que somos una civilización de fin de semana, que con tal de que no nos toquen el fin de semana hacemos cualquier cosa.