Esta cumbre o RAN (Reunión Alto Nivel) no se ha suspendido por la insistencia del presidente español, Pedro Sánchez. No había, ni hay, ningún interés en tenerla por parte de Marruecos y sí por el mandatario español.
Antes de alargarme y para no perdernos, explico la situación en una serie de cortas preguntas:
¿Quiere y le interesa a Marruecos llevarse bien con España?
Sí, existen muy buenas relaciones a nivel Jefatura Estado y pueblo, tanto en cuanto no afecten a los intereses marroquíes.
¿Quería hace meses Marruecos esta reunión?
No, tanto en cuanto consideran a Pedro Sánchez un político que posiblemente no renueve cargo.
Entonces, ¿por qué se produce?
Según los propios medios de Asuntos Exteriores marroquíes -luego explicaré cómo nos llega la información- por tres motivos:
- Primero, porque España, con Sánchez como titular, va a presidir la UE en los próximos meses.
- Segundo, porque el caso Quatargate+Rabatgate, más el caso Pegasus (aún con comisiones abiertas en la UE), pone a Marruecos en una situación incomoda que les aconseja “tirar” de Sánchez como aliado.
- Y tercero, porque ante un posible relevo en los futuros meses en el Gobierno de España, y la “debilidad” interna de Sánchez, da ventaja a Marruecos para firmar acuerdos de estado como situación ventajosa ante el futuro Gobierno.
¿Por qué con todas sus cesiones Sánchez no logra “caer bien” a la Monarquía marroquí?
Porque dentro de su manera de ver las cosas no entiende la mentalidad de la Jefatura de Estado de Marruecos.
Y es que Mohamed VI, además de jefe de Estado y actor principal de Marruecos, solo considera de “igual a igual” a jefes de Estado (Biden, Macrón, etc.) y más aún si son monarquías y, por tanto, atemporales (es alta su estima demostrada por el rey emérito y ahora por Felipe VI). De hecho, Mohamed VI toma todas las ultimas decisiones en los considerados ministerios de Estado.
Aún más, los mandos de policía y ejército (no olvidemos que en Marruecos el rey es la máxima figura religiosa y política) manifiestan públicamente que en caso de desplantes y “ofensas” similares a las del presidente de Gobierno con el Rey, en Marruecos, Sánchez ya estaría en la cárcel.
Siempre dicen que “una cosa es como te ves, otra como te ven y otra diferente cómo te gustaría que te vieran”, y el respeto de Mohamed VI por un jefe de Gabinete, que no de Estado, que no respeta las mínimas normas de cortesía árabes no es excesivo.
¿Interioriza Sánchez cuando viaja en plan “triunfal” a Marruecos que viaja a un país con grandes contrastes de modernidad y medievales? ¿Que se reúne, aparte de Rey y quinta fortuna de África, con la que es la décima, es decir, el primer ministro Aziz Ajanuch, íntimo amigo del Rey y quien, por ejemplo, en 2022 donó 100M€ a la campaña anti-pandemia organizada por el propio Mohamed VI? ¿Alguien informa a Sánchez, para preparar estos viajes, de que la esposa de Aziz Ajanuch es la empresaria Salwa Idrissi? ¿Y de que es la persona que tiene en exclusiva en Marruecos la distribución de las franquicias de LVMH, GAP, FNAC, Banana Republic, etc., etc. y de Zara?
Cuando Pedro y Begoña viajan en plan star system en el Falcón debieran pensar que hay otro mundo ahí fuera. Los antepasados de Salwa Idrissi eran en el año 1.000 los reyes de Málaga, y huyeron a Ceuta con la toma de la ahora provincia andaluza por la taifa granadina.
Sánchez y su equipo aún no han interiorizado que la dinámica, protocolos y tiempos (como en la película de Tom Hanks “Esperando al rey”) son diferentes en las monarquías árabes; en Marruecos el rey es líder supremo político, religioso y económico quinta fortuna de África, y se considera “hermano” del monarca español. Además, su jefe de Gobierno y décima fortuna de África es su íntimo amigo.
Los Ajanuch-Idrissi, al rey Idris fundador de Marruecos, se le considera familia directa del Profeta, son familias de poder real en Marruecos desde tiempos anteriores al propio estado marroquí. Y se encuentran con un presidente de Gobierno “plebeyo”, en la ultima fase de su mandato, con facturas por pagar (caso Ghali), aliado en su Gobierno con partidos que en Marruecos estarían exiliados o en la cárcel, o incluso otros (Podemos) que le faltan el respeto al propio Rey.
Creerá el equipo de Sánchez que todos los errores en las sucesivas reuniones (poner bandera de España al revés, poner su identificación como Pedro Sánchez Pérez Castejón) son casuales y no es así.
Marruecos es uno de los siete Estados que más usan el islam en su política exterior. El rey, como si del Papa se tratase, tiene reservada la autoridad exclusiva para emitir fatuas, y un monarca de categoría casi “divina” considera todo menoscabo que se hace a otro monarca casi como un delito de traición. Sánchez no les cae bien.
Así que con unas elecciones a ocho meses, que casi todos sus amigos españoles le dicen "Sánchez va a perder”, Ajanuch recibe una llamada y el rey le consulta: “Aziz, amigo, ¿qué hago? ¿Voy, no voy?”, a lo que el primer ministro le responde: “De momento, majestad, estas bien de vacaciones. Que se vuelva con el ‘chasco’, le invitamos para otra y así presionamos al próximo”.