Para empezar a situarnos, Miguel Bosé tiene su residencia en una urbanización de lujo, situada en San Bartolo Ameyalco, en la alcaldía Álvaro Obregón de la Ciudad de México. Una urbanización de lujo que cuenta entre sus propietarios al millonario Carlos Slim (una de las personas más ricas del mundo, con una fortuna estimada en 96 mil millones de dólares y propietario, entre otras, de FCC España).
En teoría, la urbanización de Miguel Bosé es de un estilo similar a La Finca, en Madrid, según la Policía mexicana: "San Bartolo Ameyalco es un pueblo peligroso enclavado en un área pacífica de barrios ricos. Desde que llegaron 'Los Oaxacos' nada ha sido igual" (Los Oaxacos son una banda dedicada a la venta de drogas al servicio del Cártel de Sinaloa).
Obviamente, a la hora de pensar en la seguridad de las urbanizaciones privadas o de lujo en España, no tenemos -de momento- organizaciones criminales similares al Cártel de Sinaloa. En el caso de la urbanización de Miguel Bosé, o de muchos de los condominios latinoamericanos, nos encontramos con zonas -como islas- en las que circulas de barrio en barrio rico (Bosé si sale de casa en coche y toma hacia Villa Verdún o Rancho San Francisco), pero si te equivocas al girar la rotonda a los pocos kilómetros te metes en una balacera.
Afortunadamente, México no es un estado fallido, pero sí es un estado donde cada vez hay más zonas que escapan al control del Estado y viven de sus leyes internas, como puede ocurrir en las favelas brasileñas, y mucho más cerca barrios de la 'banlieue' parisina o marsellesa.
En España no estamos aún en ese nivel, aunque hay casos muy destacados en prensa como el robo del 8 de agosto de 2001 en el imponente piso de tres plantas y un ático ubicado en el paseo de la Habana, propiedad de Esther Koplowitz, de valiosas obras de arte (Goya, Brueghel, Sorolla, Gris o Pissarro) sin necesidad de tanto despliegue de violencia y con la complicidad del vigilante que facilitó la entrada a los ladrones, que utilizaron una copia del mando a distancia para abrir el garaje y entraron en el domicilio gracias a que el vigilante de seguridad dejó abiertas las puertas y las llaves puestas. Por su cómplice supieron que durante el mes de agosto la casa no contaba con sistemas de alarma operativo, que se estaban realizando obras en ella y que sus moradores estaban ausentes. En esta línea también han sido noticia los estrambóticos asaltos al chalet de José Luis Moreno, esta vez mucho más violentos y que ya sabemos cómo han acabado.
Sea en México o España, toda urbanización privada, a la hora de auto protegerse tiene una serie de pasos obligados (la seguridad es una de las mayores razones de peso en su comercialización, y como ejemplo volvemos a La Finca, urbanización dentro de Somosaguas, en Pozuelo de Alarcón, a la que se le considera la más “segura” de España. Todo el que entra solo lo hace a través de huella digital de una de sus únicas cuatro entradas, cuenta con doble valla perimetral en todo el recinto, gran cantidad de cámaras, vigilancia 24 horas y detectores de infrarrojos. Solo para costear este sistema de seguridad cada vecino paga una derrama mensual de cerca 1.000 euros):
1. Normas claras
No es un asunto de reuniones vecinales y salir del paso lo más rápidamente posible. Hay comunidades con activos materiales (robo) o personales (secuestro, amenazas) por encima de muchas entidades financieras, y estas son asaltadas por lo mejor de la criminalidad.
2. Contratar personal especializado
Sobre todo a la hora del diseño fundamental de la seguridad no basta con acumular kilos de barreras físicas y electrónicas. No hay mejor seguridad que la disuasión y cuando dejas de ser atractivo al delincuente, por no apreciar en ti vulnerabilidades u oportunidades. Podría contar cientos de casos de amigos y clientes empresarios, que incluso pedían sistemas que no existían y luego daban claves de alarma y llaves a todo el personal de la casa, aun recién entrado y sin constatar quiénes eran.
Hay una iniciativa, de las pocas que conozco, con los integrantes de Genoma del robo, que revisando la memoria junto al arquitecto, decoradores, jefe de obra y clientes, reducen al mínimo las vulnerabilidades, sin hacer de las casas un bunker. No seamos rehenes del miedo.
3. Maxi-utilizar la seguridad electrónica
Cada vez más barata y con mayores prestaciones. Las seguridad desde que el hombre se hizo sedentario y empezó a abusar del mi (mi casa, mis fincas, mi huerto, mis propiedades) siempre se ha basado en lo mismo:
- A: Disuadirte en vulnerabilidades u oportunidades para que no desees ir a por lo mío.
- B: En cuanto vengas a por ello, detectarte.
- C: Frenarte con barreras físicas mientras respondo o reúno a los que han de responder.
- D: Frustrar tu tentativa, y a ser posible disuadirte para siempre.
3. Comprobar continuamente el mantenimiento de las instalaciones y viabilidad de las normas
4. Los propietarios de las viviendas pueden -y deben- colaborar
Hasta ahora, hablo siempre de urbanizaciones privadas, pero el mundo no es solo de ricos. Nos encontramos con muchas urbanizaciones construidas sobre calles públicas que se han quedado más vulnerables a los delincuentes. Las administraciones locales ahora no permiten la vídeo vigilancia ni el control de accesos mediante barreras de vehículos y cientos de miles de propietarios desconocen la nueva situación (este fin de semana, sin ir más lejos he estado bañándome en una urbanización en Guadalajara, con este caso). En la entrada tienen una caseta de control, con vigilantes de empresa seguridad -pero debe ser solo para informar- ya que han retirado vallado, barreras físicas, cámaras, etc, pero están acostumbrados a vivir bajo un sentimiento de seguridad del que ahora no disponen.
Y, para concluir, conviene recordar dos frases sabias:
- “Toda la justicia social descansa en estos dos axiomas: El robo es punible y el producto del robo es sagrado” (Anatole France).
- “Cerrar el arca, ya hecho el robo, es precaución de bobo.” (anónimo).