Después de ocho años sin celebrarse una Reunión de Alto Nivel entre España y Marruecos finalmente ha tenido lugar esta última semana en Rabat con la presencia del presidente del Gobierno español y doce de sus ministros, y con la ausencia del Rey Mohamed VI, como era de esperar dado que tampoco asistió el Rey Felipe VI.
Pedro Sánchez fue recibido por el primer ministro de Marruecos, Aziz Ajanuch, quien afirmó que las relaciones bilaterales entre España y su país habían entrado en una nueva fase gracias al apoyo por parte de Pedro Sánchez al plan de autonomía presentado por Marruecos sobre el Sáhara. Evidentemente si el primer ministro español no hubiera hecho esta concesión y otras muchas otras, esta RAN no se hubiera celebrado.
Hay que recordar que España ha hecho gestos muy importantes para ganarse la amistad de Marruecos. Además del reconocimiento de la marroquinidad del Sahara Occidental, el PSOE votó en contra una iniciativa en la Unión Europea para investigar a Marruecos por su posible implicación en una trama de sobornos internacional. También se ha concedido más de 120 millones en los últimos cuatro años para dotar a Marruecos de más medios en la lucha contra la inmigración irregular, a parte de las concesiones económicas realizadas en esta Cumbre y que consisten en un nuevo protocolo de financiación de 800 millones de euros para proyectos conjuntos en Marruecos.
En cuanto a la apertura de las aduanas de Ceuta y Melilla, y pese a haberse fijado su apertura para finales de enero, esta se prorrogará aún por un tiempo, sin haber fijado fecha de apertura en esta cumbre y pese a seguir Marruecos sin reconocer la soberanía española sobre ambas ciudades autónomas.
En el ámbito económico, mientras las empresas españolas con inversiones en Argelia se desploman por el giro español en su postura sobre el Sahara Occidental, se pretende contrarrestar esta situación con inversiones en Marruecos de empresas españolas.
En lo referente a seguridad se garantiza tanto la colaboración en la lucha antiterrorista, fruto de la cual se han llevado a cabo 279 operaciones antiterroristas en diez años con la detención de 497 personas susceptibles de perpetrar atentados, como la cooperación en la lucha contra la inmigración irregular donde se han reducido un 31% las llegadas a España.
Destaca la declaración conjunta sobre “el compromiso de respeto mutuo, por el que en nuestro discurso y en nuestra práctica política vamos a evitar todo aquello que sabemos que ofende a la otra parte, especialmente, en lo que afecta a nuestras respectivas esferas de soberanía”, dado que parece que es distinto lo que cada país entiende que comprende su soberanía, y aquí tenemos que recordar Ceuta, Melilla, y la delimitación de las aguas territoriales con Canarias, de las que no se ha dicho nada en esta Cumbre.
Tampoco debemos olvidar el compromiso de España para el segundo semestre de 2023 en el que ostenta la Presidencia del Consejo de la Union Europea y del que Marruecos se beneficiará.
Pero a pesar de la firma de 24 memorandos y la presencia de 28 ministros de ambos países, Marruecos pretende obtener más concesiones sobre el Sahara Occidental. En relación con este asunto, el representante del Polisario en España advirtió de que de la RAN podrían salir acuerdos que, de manera implícita, supongan que el Gobierno español reconoce la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental, como la hipotética apertura de una sede del Instituto Cervantes en El Aaiún, que sería denunciable porque legitimaría una ocupación ilegal
Igualmente, Marruecos ha solicitado la colaboración de España en el ámbito de seguridad en la lucha contra las milicias armadas, entendiendo sin nombrarlo que se refería al Polisario. En este sentido, España no colaborará en el ámbito militar, pero sí podría exigirle Marruecos el control del espacio aéreo del Sahara Occidental para el uso de sus drones en la lucha contra el Polisario.
Lo que es cierto que independientemente de la buena noticia por el acercamiento entre España y Marruecos y la firma de 24 Convenios entre ambos países quien sigue marcando el camino sigue siendo Marruecos y decidiendo tanto en tiempo como en forma y fondo todos los asuntos que compartimos con dicho país.
En relaciones internacionales no hay amigos, sino intereses, y en el caso de las relaciones hispano-marroquíes hay muchos intereses recíprocos. No solo España sale beneficiada de tener un socio al sur del Estrecho porque puede invertir en un país en desarrollo, controlar los flujos migratorios y poner cerco al tráfico de estupefacientes y al radicalismo islámico; también Marruecos gana con la buena vecindad española y con las ayudas que recibe de la Unión Europea.
Por otro lado, hay que recordar que una relación tóxica es una relación destructiva, que no es saludable, y que a una de las dos partes o a ambas le está generando cierto daño o malestar. En este caso habría que plantearse si la relación entre España y Marruecos, países que están llamados a entenderse por sus relaciones de vecindad, es una relación beneficiosa para ambos países o solo para uno de ellos, con el malestar que pueda generar al otros país.
Decía Sun Tzu que el arte supremo de la guerra es doblegar al enemigo sin luchar, y por eso me pregunto ¿en qué situación nos encontramos con Marruecos en una luna de miel, en una relación toxica o es Marruecos nuestro enemigo? Analicen ustedes los hechos y saquen sus propias conclusiones.