Hace unos días apareció publicada en la prensa española una noticia que me dejó atónito. El Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, dirigido por la señora Reyes Maroto, reconoció ante un grupo de empresarios españoles que el Gobierno de España no previó las consecuencias que podría tener ante Argelia la decisión del Gobierno del presidente Sánchez de apoyar las tesis de Marruecos en relación al Sáhara Occidental. Para empezar, esto me parece una falta total de información, de previsión y de profesionalismo.
Se comentó también que el gobierno de España no va a rectificar su postura con respecto a Marruecos y el Sáhara Occidental y, además, animan a las empresas españolas con intereses en Argelia (que, a estas alturas del año, ya llevan acumuladas unas pérdidas de 600 millones de euros) a cambiar de país e ir hacia Marruecos y hacer allí sus negocios.
Sinceramente, no soy capaz de imaginar en qué piensan en ese Ministerio para hacer esas afirmaciones en contra de los intereses del empresariado español y de los españoles (no olvidemos los puestos de trabajo que proporcionan las empresas privadas, así como los impuestos que pagan al Tesoro Público) y, en definitiva, de España. Este Gobierno tiene más de mil asesores que ganan entre 45.000 y 65.000 euros al año y que nos cuestan a todos los españoles más de 50 millones de euros al año. Y viendo estos resultados, yo me pregunto ¿para qué están? ¿de quién son familia o amigos? Porque está claro que, al menos la mayoría, por su intelecto y capacidades profesionales no han sido elegidos.
Vamos a ponernos en situación, y veamos los hechos después de que el asunto del Marocgate explotó, lo cual nos recuerda al chantaje intermitente que, a través de los tiempos, el gobierno de Marruecos está sometiendo a España y a sus sucesivos gobiernos; es decir, los caladeros de pesca, Ceuta y Melilla, el islote de Perejil, los saltos a la valla de Melilla, las aguas territoriales con las Islas Canarias o los fondos marinos ricos en minerales de las Islas Canarias… ¿qué será lo siguiente? ¿Pedir Ceuta, Melilla, las islas Chafarinas, el Peñón de Vélez y las Islas Alhucemas?
Todo esto indica que el gobierno de Marruecos no es amigo de España. Nunca lo ha sido. Somos países vecinos, no amigos. Un amigo no te somete a chantajes, como el que se ha realizado con el presidente Sánchez y que le ha llevado (entre otros motivos) a tomar esa grave situación que elimina de un golpe el futuro y la dignidad del pueblo saharaui.
El gobierno de Marruecos tiene una hoja de ruta y esta consiste en expandirse por una parte de África y, sobre todo, por los territorios del Sahara Occidental. La está llevando a cabo desde hace años, haciendo todo lo posible (casi todo de manera ilegal) para conseguirlo.
De hecho, esta hoja de ruta ha sido la que ha marcado su relación con la Unión Europea y otros países. Se ha descubierto, mediante el Qatargate, que el Marocgate venía llevándose a cabo desde hacía más tiempo. Influyendo mediante sobornos de todo tipo a eurodiputados que estaban implicados en comisiones y tomas de decisiones con respecto a Marruecos, su utilización ilegal de las riquezas pertenecientes al pueblo saharaui, su pretendida soberanía con respecto al Sáhara Occidental, etc. También influyendo sobre políticos y periodistas españoles para que apoyasen sus tesis.
Porque, si no fuera así, ¿por qué una antigua ministra socialista de vivienda, María Antonio Trujillo, hace cadavez más declaraciones en contra de la españolidad de Ceuta y Melilla y a favor de las tesis de Marruecos? Y lo mismo digo del expresidente socialista del gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero o del exministro de defensa, José Bono, cuando insta al Frente Polisario a sentarse a negociar con Marruecos (pero si Marruecos es la potencia ocupante, ¿qué es lo que este hombre no entiende?. No decía eso hace doce años. ¿Y no le vale el referéndum de autodeterminación propiciado por Naciones Unidas?) que son invitados a dar conferencias en dicho país y aprovechan para hace declaraciones también en ese sentido.
¿Qué intereses tienen estas personas con Marruecos para traicionar a España de esa manera? ¿Qué les ha ofrecido Marruecos? ¿Qué van a hacer los españoles ante este intento de romper nuestra patria, nuestro país, por parte de estos antiguos y actuales representantes políticos socialistas?
Debido a este clima de corrupción que no sólo abarca a España sino a europarlamentarios de varios países, se ha creado en la población española, y en el resto de Europa, un sentimiento de duda y desconfianza legítimo acerca de la honradez y honorabilidad de sus representantes; y esto ha alcanzado al Parlamento Europeo. ¿Es que nuestros eurodiputados, con sueldos mensuales que pueden llegar a los 15.000 euros, no lo consideran suficiente y tienen que dejarse comprar por un estado llamado Marruecos? ¿Hasta dónde llega la corrupción de Marruecos en el Parlamento europeo? ¿Cuántos eurodiputados han sido corrompidos por dinero de Marruecos? ¿Qué está haciendo la Institución europea para castigar esos hechos delictivos y evitar que vuelvan a producirse? ¿Es que se han revisado todos los procedimientos o resoluciones que desde hace años hayan afectado a Marruecos, así como investigado a quienes participaron en ellos?
Es justo decir que las altas instancias del Parlamento Europeo han calibrado rápida y correctamente la magnitud de este problema y han anulado varios viajes de miembros de dicho Parlamento a Marruecos y también han aprobado una enmienda por la que se prohíbe que los representantes de Marruecos y sus lobistas tengan acceso a diversas sedes del Parlamento Europeo. Es fundamental la rapidez y contundencia en solucionar este grave caso. Esperemos que sigan en la línea de dignificar el trabajo de nuestros parlamentarios y hacer de la política europea algo de lo que los ciudadanos nos podamos sentir orgullosos y representados.
La misma rapidez y eficacia que demostró y está demostrando la policía y justicia belgas, a quienes es necesario y justo felicitar por el excelente trabajo que están llevando a cabo en relación a esta trama mafiosa de sobornos.
Y siguiendo con la línea de rapidez, quizás el Parlamento europeo debería investigar a los 17 eurodiputados socialistas que votaron en contra de la resolución que condenó la violación de los derechos humanos en Marruecos y lo sancionó, además, por fomentar una trama de corrupción.
Es sabido que estos eurodiputados socialistas españoles siguieron órdenes del ministro José Manuel Albares, a quien el ministro marroquí de Asuntos Exteriores, Nasser Bourita, llamó pocos días antes de la Reunión de Alto Nivel entre España y Marruecos para recordarle “amablemente” que dicha cumbre se iba a celebrar.
Eso hizo que el ministro español se plegara a sus deseos, lo mismo que el gobierno de España y ordenase a sus eurodiputados que votasen en contra de esa resolución del Parlamento Europeo para que Marruecos no se ofendiera y no se anulase dicha reunión. Es decir, el gobierno de España se arrodilló ante el gobierno de Marruecos, aunque nuestros políticos nos lo quieran explicar de otra manera.
Y esa cumbre, aunque nuestros políticos del gobierno de Sánchez nos la intenten vender de otra manera, ya empezó con la ausencia del monarca de Marruecos, lo cual no parece muy aceptable, si hablamos en términos de cortesía y haciendo honor a la pretendida importancia de la cumbre. Eso sí, antes de celebrarse dicha reunión, el rey Mohammed VI desde su lugar de descanso en Gabón, llamó al presidente Sánchez por teléfono y mantuvieron una conversación durante 30 minutos, cosa que al presidente Sánchez y a su gobierno les habrá llenado de orgullo y felicidad; su jefe les ha hablado.
De los resultados de la cumbre, de sobra conocidos, no hablaremos; nos quedaremos con el acuerdo de no molestarse mutuamente. Eso quiere decir que el gobierno socialista de España no va a hacer nada que moleste a Marruecos en relación con el Sáhara Occidental, incluida la negativa a concederle la nacionalidad española a los saharauis que vivieron en la época en la que España gobernaba “de facto” dicho territorio. Pero, en cambio, están concediendo la nacionalidad a personas de Hispanoamérica que tienen antepasados españoles en cuarta generación. ¿y saben ustedes por qué? Porque esperan tener sus votos en las próximas elecciones generales, y así seguir gobernando (o lo que sea que hagan).
Y, por otra parte, ya veremos lo que tarda el gobierno de Marruecos en volver a reivindicar determinadas ciudades o territorios españoles o zonas marítimas, etc. Ya ven, el gobierno socialista de España pone en venta nuestro país ante los intereses del gobierno de Marruecos.
Pero hay otra cosa que salió de esa reunión de alto nivel. Y es que Marruecos le ha pedido a España que sea su valedor ante la Unión Europea. No sé si es para echarse a reír o a temblar. Y sobre todo ahora que España, ostentará la presidencia del Consejo de la Unión Europea a partir del 1 de julio y hasta final de año.
Señores políticos de la Unión Europea, ¿se dan ustedes cuenta de lo que puede llegar a significar esto? Un país que ha corrompido la institución europea quiere que un país miembro, España, le ayude con sus intereses, con la hoja de ruta que comentábamos antes. Van ustedes a tener al enemigo en casa, y ese enemigo se llama Pedro Sánchez.
¿De verdad desean que esta forma de gestión (basada en la mentira y la falsedad, la ineficiencia, la incapacidad y el egocentrismo) que está empobreciendo a España, dividiendo a los españoles, haciendo desaparecer empresas, y plegándose, arrodillándose a los deseos de gobiernos extranjeros salpique y manche el nombre de Europa y sus Instituciones? ¿Es eso lo que desean para sus empresas y sus ciudadanos? Yo tendría mucho cuidado.
Siempre digo que la ignorancia es el peor de los males, porque es el causante de otros males mucho mayores, y esto es lo que le pasa al actual gobierno de España. Un gobierno que mantiene a unos cuantos miembros que antes de dedicarse a la política no tenían un oficio conocido ni sabían lo que era ganar honradamente un sueldo y que ahora ganan sueldos de entre 75.000 y 100.00 euros; un gobierno que hace leyes que permiten que más de 1000 delincuentes sexuales, violadores, etc. (más de 500 oficialmente y otros tantos en otras regiones que no publican sus cifras) vean reducidas sus condenas o salgan libres de las cárceles después de haber abusado sexualmente de niñas, de adolescentes, de mujeres maduras, de mujeres con algún tipo de discapacidad, etc. y cuya Secretaria de Estado de Igualdadse ríe de la salida a la calle de los violadores por la ley del “solo si es si”, etc, etc, y les podría poner más ejemplos, pero solo tienen que leer la prensa. Cada semana hay un escándalo nuevo protagonizado por los miembros del gobierno de señor Sánchez y lo malo es que el señor presidente Sánchez no hace nada y sigue defendiendo la labor de los miembros de su gobierno. ¿Qué se puede esperar de un gobierno, en gran medida, sin la formación suficiente y sin la experiencia de haber gestionado nada en su vida? Es muy fácil jugar con dinero ajeno y, sobre todo, cuando tus errores no tienen consecuencias
Y por retomar el conflicto del Sáhara Occidental, en el que España ha perdido de manera flagrante las relaciones con Argelia (país que sostiene y ayuda al pueblo saharaui), Europa ha pensado: el problema lo ha creado el presidente Sánchez, el gobierno de España; por tanto, que lo arreglen ellos y que no nos metan en su problema. Y esto es más cierto ahora que nunca ya que, por efecto de la guerra y el corte de suministro de gas desde Rusia, Europa necesita más que nunca el gas argelino. Fíjense en Italia cómo ha aprovechado inteligentemente la posición que Pedro Sánchez ha dejado vacante en cuanto al gas. Es difícil de rechazar regalos como esos.
Europa debería ser más inteligente de lo que lo está siendo el gobierno de España y relanzar y actualizar los acuerdos comerciales con Argelia, basados en una reciprocidad justa y equitativa.
Mientras tanto, el presidente Sánchez y su gobierno siguen mintiendo a los españoles diciendo que no es para tanto y animando a los empresarios españoles a que dejen Argelia y se vayan a Marruecos.
Es curioso y dramático que gente (del gobierno de Sánchez) que no ha trabajado en su vida (en la empresa privada, y otros, en ninguna), que no haya arriesgado su dinero, que no sepa lo que es hacer equilibrios para pagar nóminas a las familias que dependen de ese empleo, le den consejos de cómo gestionar sus mercados a empresas grandes, medianas y pequeñas y lo único que se les ocurre es decir que cambien de país.
Quizás, más fácil que instar al empresariado español a que cambie de país para hacer negocios, sería sugerir al pueblo español que cambie de gobierno. Y los españoles (y sus empresas) tendrán el futuro despejado para desarrollarse internacionalmente en libertad.
Yo le sugeriría al empresariado español que siga manteniendo posiciones; que en cuanto este gobierno incompetente, corrupto y mentiroso se haya ido, las cosas van a cambiar. Argelia es amiga del pueblo español. Siempre lo ha sido. Las empresas españolas, su capacidad operativa, la experiencia y el buen hacer de sus trabajadores son muy apreciadas y valoradas en Argelia.
Lo mismo aconsejaría a mis amigos argelinos, es conveniente prepararse para un futuro, que esperemos próximo, en que las relaciones de colaboración, respeto, confianza y amistad vuelvan a reinar en nuestro camino común de desarrollo. Argelia es un gran país y las empresas españolas pueden colaborar en muchos campos en la común búsqueda de un desarrollo sostenible y digno para sus habitantes.
Y esto que comento lo digo por propia experiencia. He vivido y trabajado en Argelia unos años y sigo teniendo relación estrecha y, por tanto, puedo dar fe de ello. Argelia es un país que es un socio leal y que cumple siempre sus compromisos.
Como dije en una ocasión, soy español y amo a mi país; pero en Argelia he encontrado gente maravillosa y el país me ha enseñado muchas cosas que también me han permitido comprenderlo, respetarlo y amarlo. Y me duele que actitudes arbitrarias, oscuras y delictivas (es decir, en contra del derecho internacional) de un gobierno, de un presidente, frenen unas relaciones fraternales (y comerciales) en la historia y en el desarrollo de nuestros dos países.
Las relaciones de amistad y convivencia que Argelia y España vienen manteniendo desde hace siglos no pueden verse truncadas por un gobierno pasajero y que toma decisiones equivocadas. Argelia y España son más grandes que todo eso.
Pienso que, actualmente, es mejor y más eficaz seguir creando puentes y manteniendo lazos de comunicación y amistad a determinados niveles que permitan que, cuando ya no esté el actual gobierno de España, se puedan reconstruir de manera rápida y efectiva, las relaciones entre nuestros dos países de modo que los empresarios, los comerciantes y la población, en general, de ambas orillas puedan beneficiarse de los intercambios comerciales y personales y nuestros dos países puedan por fin, centrarse en una colaboración amistosa, leal, sostenible y duradera en el tiempo. Argelia y España, el pueblo argelino y el pueblo español merecen alcanzar el mejor de los futuros.