Pilar Rangel

Opinión

Solo una solución africana puede salvar la seguridad en el Sahel

Experta en Terrorismo Internacional y en la lucha contra Daesh.

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El foco de crisis en el Sahel es Mali.
El foco de crisis en el Sahel es Mali.

El empeoramiento de la situación en el Sahel hace necesaria la búsqueda de una nueva estrategia de seguridad. El terrorismo, el crimen organizado, el separatismo y la inestabilidad política requieren una especial atención frente a estas amenazas y desafíos que obstaculizan su desarrollo socioeconómico y político. La intervención de actores externos ha agravado la coyuntura y creado nuevos problemas.

En los últimos años, en el Sahel cada país ha buscado una estrategia propia de seguridad, pero la solución pasa por diseñar una posición común. La intervención externa es necesaria para ayudar a estas naciones, pero siempre desde la cooperación y no desde la imposición.

Evidentemente, hay que agradecer todas las iniciativas realizadas hasta ahora por Occidente como la Operación Serval y Barkhane, la MINUSMA, las EUTMS, el G5 Sahel, la Coalición Sahel, la Alianza Sahel para la seguridad, pero el foco de crisis en el Sahel es Mali y no habrá paz en el Sahel si no hay paz en Mali.

Tras los golpes de Estado, Mali, igual que Burkina y Niger, se ha vuelto antioccidental y por ello Rusia ha sacado provecho, como China, algo que puede crear problemas para Europa

¿Por qué hemos llegado aquí? Por la falta de sensibilidad de los países occidentales. La UE lo intentó, pero solo vio el problema de la inmigración. La sociedad del Sahel es pobre y acostumbrada a golpes de Estado, porque los ciudadanos creen que va a mejorar su situación. Además, el sistema democrático es mal entendido y mal explicado a la población. A esto hay que unir la propaganda muy extendida de Rusia y China. Por otro lado, la ayuda occidental no ha sido percibida por la población.

¿Cómo salir de esta situación? La paz es difícil de conseguir muy especialmente en la zona de las tres fronteras. Hay que simplificar los problemas del Sahel y sus estrategias dado que ha habido más de 17 estrategias y una mayor coordinación entre todos. El enfoque ha de ser africano y hacer uso de los elementos locales. No se puede permitir que se sigan violando los derechos humanos y la población caiga en la criminalidad y el yihadismo.

Hay que centrarse en la participación de la sociedad en estas estrategias para que no haya golpes de Estado. Se debe trabajar con África, pero bajo sus órdenes por ser zona de seguridad importante para Europa. El vacío del terrorismo es el foco de inseguridad para nuestro continente.

La situación es cada día es más complicada por las violaciones de los derechos humanos. En el Sahel se da el 44% de las víctimas mundiales, especialmente en la triple frontera. La población está en situación de urgencia total. Ahora no hay que trabajar desde la prevención como en años anteriores, estamos en fase de resolución de conflictos. Es necesario un refuerzo de las capacidades. Las Fuerzas de Seguridad occidentales parecen no estar adaptadas al escenario. Tienen herramientas que no valen para resolver la crisis. Es necesaria una mayor protección de la sociedad civil.

Se tiene que proteger a la población civil de los grupos terroristas y ver cuál es la relación que se produce entre ambos. Cuidar a los civiles es el centro de la estrategia de Defensa. Hay que evitar los ataques contra la seguridad civil y las figuras políticas y religiosas. El control de la población civil está dentro de la estrategia terrorista.

Las soluciones deben basarse en modelos locales, no nacionales ni regionales, porque lo que funciona en un lugar no tiene por qué funcionar en otro. En poblaciones distintas, las soluciones son distintas. Ahora mismo los mecanismos de resolución son efectivos para pequeños conflictos gracias a los imanes o jefes del poblado. Con los yihadistas no hay ninguna solución, solo la militar o abrir un dialogo con ellos.

Es necesario crear un diálogo entre todas las partes con una obligación de resultados en relación con el desarrollo, la inmigración y el terrorismo. Los actores internacionales tienen en ocasiones intereses opuestos a los del Sahel y los modelos occidentales no cumplen sus necesidades. En estos años, los socios internacionales han comprobado que sus intervenciones se volvieron impopulares. Los Estados deben definir sus intereses sin interferencias y los socios fijar sus posturas, porque quizás no sean las mismas.

El desafío pasa por reconocer la responsabilidad de todas las partes y ofrecer diálogo y soluciones, así como la responsabilidad en el manejo de la informacion y el sistema de alertas.

Se precisa que la UE diseñe un nuevo paradigma de cooperación, donde se reafirme su liderazgo político. En cuanto a las lecciones aprendidas, hay que buscar un reposicionamiento en los países del Sahel y en los del Golfo de Guinea, una mayor cooperación de la CEDEAO y luchar contra la desinformación. 

La UE debe comprometerse más para contribuir a resolver la grave crisis económica y de seguridad. Los países del Sahel deben actuar a través de todas las instituciones que tiene el Estado en la lucha contra el terrorismo: fuerzas militares, policiales y judiciales. Es el Estado el que debe luchar contra estas amenazas con todas sus capacidades sin olvidar a la sociedad civil y al desarrollo, porque sin seguridad no hay desarrollo.

El Sahel necesita un liderazgo y seguridad y responsabilidad para garantizar la seguridad y aquí la CEDEAO y la Unión Africana debe ejercer un papel fundamental.

La organización regional africana debe dar respuestas a los problemas y ser más eficaz. Hay muchas organizaciones en el Sahel que no son operativas y poco autónomas en cuanto a financiación. Se precisa una mayor coordinación en todos los ámbitos entre todos los países del Sahel y hay que caminar hacia una identidad nacional africana.