Si el pasado día 23 de marzo cualquier medio generalista y de amplia difusión hubiera anticipado lo que en mayo iba a suceder en el Sahara nadie lo hubiera creído. Ahora son muchos los que se apuntan al carro de lo que ya contó Escudo Digital en esa fecha. Haciendo periodismo de verdad, yendo directamente a las fuentes y teniendo contacto con las partes implicadas. Periodismo con mayúsculas.
Si has invitado a cenar a industriales y militares marroquís y argelinos en The Rick's Café, que no existía (de hecho, la película Casablanca se rodó íntegramente en Hollywood) hasta que Kathy Kriger, un exdiplomático estadounidense en Marruecos, lo creó en Casablanca; o pasas largos ratos en las escaleras azules de Aïn El Turk, entre el aeropuerto militar de Bousfer y el puerto de Mazalquivir, llegas a entender la mayoría de las cosas que suceden en esa parte del mundo.
Tengo muchos amigos de Marruecos que no militan en el Partido Istiqlal, pero quienes sin embargo comparten gran parte de su visión del Gran Marruecos. En esta visión, para ellos son innegociables Sahara -ya lo dan como propio-, casi todo Mauritania y parte de Mali (un sueño a futuro), así como Ceuta, Melilla, aguas de Canarias (conflicto con España) y la línea desde Bechar hasta Malí (es decir, conflicto con Argelia por las regiones de Bechar, Tindouf y parte de Adrar).
Esta visión de “el Sahara es marroquí y el resto ya veremos”, es una idea que está implantada en la sociedad de Marruecos desde el Istiqlal (tercer partido hoy de Marruecos y presente en el Gobierno) hasta el RNI (multimillonario Aziz Ajanuch, amigo del rey Mohamed VI y, tras el monarca, el segundo hombre más rico del país) o el Partido Autenticidad y Modernidad (PAM), fundado en 2008 por Alí Fuad el Himma, que es en la actualidad el principal consejero del monarca.
Es decir, la visión de Marruecos libre mercado, cercano al rey y de amplias futuras fronteras, está representada por más de 320 escaños de un parlamento de 395. Y es una visión en la que la expansión no solo es geográfica sino también económica (puro negocio).
Año tras año, y a través de una incesante labor diplomática y de una férrea lealtad y alianza con Estados Unidos, han intentado que el resto del mundo, y sobre todo Europa, comparta esa visión.
El problema para poder dialogar de este asunto con un marroquí es que la idea del Gran Marruecos nació con los almorávides (que llegaron hasta Zaragoza) y por ser una totalmente un concepto medieval, choca con el derecho de los pueblos a la libre autodeterminación (RASD).
“El Gran Marruecos no solo busca legitimar lo que ellos denominan Sahara ‘marroquí’ sino que pretende ‘recuperar’ otros territorios ‘históricamente marroquíes’ en cuanto las condiciones lo permitan. Esta ideología absolutista está muy implementada en nuestro país –y en Europa-, es profesada por los millones de marroquíes que conforman la diáspora en el extranjero, los cuales consumen con mucha frecuencia canales televisivos del régimen marroquí como 2M TV o MEDI1, sendos emitidos en Europa por cable o antena parabólica, en los que se vehicula con mucha frecuencia esta ideología transmitida de padres a hijos. Es sin duda un ejemplo de totalitarismo diverso, de minorías, tolerado en Europa en nombre de la diversidad, aunque sus principios estén en contra de la misma -muy especialmente de España-. En Francia, el Consejo Francés del Culto Musulmán está dirigido por marroquíes que profesan la ideología del Gran Marruecos y que próximamente tendrán a su disposición un Consejo Nacional de Imanes en virtud de la sociedad multicultural”. (El Baluarte 17-02-2021).
La embajadora marroquí dijo a Exteriores que su postura sobre Ceuta y Melilla se mantiene sin cambios: Marruecos no reconoce la soberanía española sobre las dos ciudades y las considera "ocupadas" https://t.co/jZAq16GmlO
— Europa Press (@europapress) December 22, 2020
Esta es básicamente la opinión de gran parte del pueblo marroquí y sobre todo de sus élites económicas y militares; lo creen tan firmemente que otorgan “cero” concesiones.
De otro lado, el pueblo saharaui es un pueblo autóctono y que no solo no reconoce la autoridad política de Marruecos sobre sus tierras -ni siquiera la espiritual (bai’a)- sino que tampoco reconocen al sultán de Marruecos como líder espiritual, ni la Umma, la comunidad de creyentes sujeta al sultán.
En estos puntos cuentan con todo el apoyo de Argelia, la gran rival de Marruecos por el liderazgo del Norte y casi diría centro de África.
En esta primera parte del artículo, quería compartir el pensamiento y posicionamiento de nuestros vecinos y amigos de Marruecos. En el siguiente, hablaremos de cómo piensan “oficial” y personalmente nuestros amigos y vecinos argelinos. Hoy se trata de uno de los focos más calientes del planeta, al modo de India-Pakistán, y lo que es más grave, corre el peligro de ser un conflicto militar inminente cuya intensidad puede provocar grandes seísmos a nivel mundial.
A Rusia en estos momentos le viene estupendamente generar y alentar conflictos bélicos en otras partes del mundo para minar las reservas de material militar de la OTAN y similares, y que estas se agoten cuanto antes y no vayan directamente al frente ruso-ucraniano.
Y el controvertido apoyo de Pedro Sánchez a Marruecos en su disputa con respecto al Sahara no ha ayudado precisamente a pacificar la zona. Más bien todo lo contrario, ha generado tensión a un conflicto armado que parece inminente a las mismas puertas de España.
Hasta el siguiente articulo-reflexión, solo dejo una serie de anotaciones, que, entre otros, Sánchez debiera estar meditando:
Primero. Sabe Sánchez y su gobierno (el CNI sí lo sabía) del reciente nombramiento de Djamel Medjoub (el sábado 14 de mayo de 2022, del que también se informó en Escudo Digital. El teniente general Saïd Chengriha nombró oficialmente al mayor general Djamel Kehal Medjdoub) como jefe de la inteligencia exterior de Argelia. (DGDSE). Es un nombramiento “directo” del propio general Chengriha, el hombre fuerte de Argelia.
Según mis interlocutores argelinos, el cambio viene causado por los fracasos del general Nour-Eddine Mekri en los puntos de conflicto:
- Los servicios de inteligencia argelinos en Estados Unidos, numerosos y caros, fueron los últimos en enterarse de la proclamación de la administración estadounidense que reconoce la soberanía de Marruecos sobre el Sahara (diciembre de 2020).
- Conocían y habían avisado a España, hace más de un año, del tema Pegasus, pero no se enteraron de la intención del presidente Pedro Sánchez de enviar una carta al rey Mohamed VI para informarle de la nueva posición de España en relación al expediente del Sáhara marroquí.
- No valoraron las repercusiones para Europa y norte África de la guerra en Ucrania, cuando casi todo los ex FSB y afines conocían lo que se estaba gestando en la frontera ucraniana y la decisión de Putin.
Segundo. ¿Qué sucedería si se producen acciones bélicas? El pasado día 22, el Jefe del Estado Mayor del Ejército de Liberación Saharaui (ELPS), Mohamed Luali Akeik, anunció que la guerra que mantiene con Marruecos se extenderá hacia “las ciudades saharauis ocupadas”: El Aaiún, Smara, Dajla (antigua Villa Cisneros) y Bojador, con operaciones de comando contra objetivos marroquíes y con armamento pesado ya en su poder que puede hacer mucho daño al ejército marroquí y a la propia población civil.
¿Qué ocurre y las consecuencias si se derrama sangre española?
Si nos fijamos en un mapa de Marruecos, [para ellos] el Sahara solo es una provincia del sur, y lo mismo ocurre con la explotación de las reservas de fosfato y sus ricas zonas de pesca.
“El Sahara es marroquí y el resto ya veremos” es una idea que, como hemos comenzado diciendo, casi todos los marroquíes llevan grabada. El resto son Ceuta, Melilla, parte de Argel, casi toda Mauritania.
Hasta ahora estaban con el stand by del Sahara, pero el presidente español ha ofrecido el comodín de España y casi de Europa.
Ya que se vuelve a dar al play del enfrentamiento, Argelia puede decir “ya no me fio, esta vez; lo voy a arreglar a mi manera”. Y esta es una música que le gusta mucho a Chengriha y, por supuesto, a Putin.