El Presidente de EE.UU. Joe Biden ha solicitado al Secretario de Defensa norteamericano Lloyd Austin la preparación de un plan de acción urgente con la finalidad de establecer una base industrial militar estadounidense en Marruecos y que presione al Pentágono para facilitar aspectos logísticos y legales de las inversiones de la industria de defensa estadounidense en Marruecos.
Según el New York Daily News, esta idea surgió en una reunión celebrada a finales de diciembre entre Biden y Austin en la que abordaron la nueva estrategia militar global de EE.UU.
Una de las causas por la que Estados Unidos pretende asentarse en Marruecos es para afianzar a Marruecos como punta de lanza en la lucha contra el terrorismo en África. Sin embargo, el verdadero motivo del establecimiento de esta base en Marruecos se debe a que, según la CIA, Rusia se encuentra muy presente en África y no sólo apoya firmemente al régimen argelino, sino que tienen pretensiones de establecer una base militar rusa en el país norafricano, y esto supondría una grave amenaza a los intereses de Washington y sus aliados en esa zona.
Pero Rusia no solo está presente en Argelia sino en muchos más países de África como en Mali, Burkina Faso o República Centroafricana. Sobre la idea de la presencia de una base militar rusa en Argelia, algunos analistas advierten de que podría ser en Tamanraset, al sur de Argelia, frontera con Niger y Mali desde donde podría opera no solo en todo el Sahel sino en gran parte de África.
Hay que recordar que Marruecos es un socio estratégico para EE.UU. en África y, de hecho, todos los años realizan de forma conjunta los Ejercicios del León Africano y es el mayor proveedor de armas de Rabat.
Si vemos los movimientos de Estados Unidos en el Mediterráneo, ya trasladó de Morón de la Frontera a su Fuerza de Reacción Rápida colocándola en Italia y amplió la base naval de Alcazarseguir, a 40 kilómetros de Tánger, donde se ha instalado la NSA, la inteligencia de la Navy y la CIA.
Veremos si la presencia de la base militar norteamericana en Marruecos puede debilitar la base de Rota y cómo afectaría también a España y a otros países miembros de la OTAN. Lo que es evidente es que Rusia se quiere expandir por más países africanos, ya lo hizo en Libia, Sudan o RCA y ahora le toca el turno a Argelia, Mali y Burkina Faso. El acceso a una salida al Atlántico es muy importante tanto para Rusia como para China, por lo que deberemos estar pendientes de los próximos pasos que den ambos países en África.
Si observamos los países del norte de África en los que Rusia está presente habría que detenerse en el pasillo que podría tener Rusia conectando el Mediterráneo desde Libia o Argelia con el Atlántico a través de Guinea, corredor por donde además también transcurren las principales rutas de los tráficos ilegales y del crimen organizado.
De esta forma Rusia recuperaría la influencia en África que perdió en la década de los noventa y es lo que se ha denominado el gran retorno de Rusia a África. Rusia ha sabido aprovechar bien la situación actual en África negociando con países como Republica Centro Africana, Sudan, Mali y Burkina Faso.
Por su parte, Argelia pretende hacer uso de su amistad con Rusia y China frente a Marruecos, que tiene por socios a Estados Unidos e Israel y que pretende pasar a ser una gran potencia no solo del Magreb y de África sino también en la cuenca mediterránea, por encima de España.
Como vemos, lo que parece solo un enfrentamiento entre dos países vecinos tiene muchas más complicaciones e intervienen de forma directa e indirecta distintos actores internacionales. Es por ello por lo que España, como pais vecino, debe estar atento a cada movimiento y prever una estrategia de seguridad ante los posibles escenarios que nos podríamos encontrar.
España no puede permanecer indiferente a los distintos escenarios ante los que nos podemos encontrar en un futuro próximo, ya que el Magreb es una zona de interés prioritario para nuestra seguridad nacional. Cada nuevo movimiento que se produce en uno de estos países del debería haber sido previsto con anterioridad por España y su posible respuesta. Si no actuamos de una forma preventiva los resultados pueden ser perjudiciales para nuestros intereses y ser aprovechados por otros actores internacionales, como ya está ocurriendo.