La guerra por delegación o Proxy War es aquella en la que una potencia utiliza a otros actores internacionales, bien sean Estados o otros sujetos de Derecho Internacional, para defender sus intereses, algo que hemos visto en el caso de Siria de forma muy clara en el uso de dicho conflicto por parte de potencias enfrentadas como EE.UU. y Rusia o Irán y Arabia Saudí.
En el siglo XXI parece inverosímil la posibilidad de un enfrentamiento directo entre grandes potencias y es por lo que el uso de estas guerras por delegación o Proxy War suelen ser el medio habitual de enfrentamiento indirecto.
En el caso del Magreb hemos visto cómo en los últimos años se han producido insurgencias y la existencia de grupos armados que han actuado principalmente en Argelia como el caso del Frente Polisario.
El Frente Polisario evidentemente es un grupo armado que sigue las instrucciones de Argel en su enfrentamiento con Marruecos en la lucha por la autodeterminación del Sahara y del que se beneficia Argelia para tapar la grave crisis económica y social que padece dicho pais.
Sin embargo, Marruecos no se enfrentará de forma directa a Argelia a pesar de los últimos acontecimientos como el cierre de fronteras, del espacio aéreo o del Gaseoducto por parte de Argelia.
El objetivo último de Argelia es desestabilizar Marruecos, para lo que usará al Frente Polisario. Hasta ahora Marruecos ha guardado silencio ante la hostilidad de Argelia y ha desplegado toda su diplomacia tanto en el ámbito militar como en el económico en pro del reconocimiento internacional del Sahara Occidental como marroquí.
Sin embargo, debemos recordar que Argelia y Marruecos importan más del 60% de las armas de África que les proporcionan sus aliados y también debemos recordar quién está detrás de cada uno de esos países.
En el caso de Argelia tiene detrás a Rusia y a Turquía, y en el caso de Marruecos tiene detrás a EE.UU., Israel y dentro del mundo árabe cuenta con el apoyo de las nuevas potencias árabes, Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudí, que ya le han dejado claro que cualquier agresión a Marruecos tendría una respuesta contundente por parte de estos dos países, los cuales se han convertido en dos actores relevantes en el Magreb y en el mundo árabe.
No obstante, aunque no se puede descartar el enfrentamiento directo, parece que no será probable que este se produzca por la negativa de Marruecos, pero lo que es evidente es que Argelia apoyará al Frente Polisario a realizar ataques más potentes contra Marruecos dentro del conflicto del Sahara Occidental.
De la misma manera que Marruecos ha hecho durante este tiempo de forma impecable uso de la diplomacia en relación con el Sahara Occidental en beneficio de sus intereses y de su reconocimiento, Argelia presionará en el ámbito internacional tanto a España como a la Unión Europea y dentro del seno de organizaciones internacionales a la ONU, la Unión Africana, la Liga Árabe y la Organización para la Cooperación Islámica (OCI).
También es importante analizar el papel de Rusia en este conflicto, en el que hemos visto en las ultimas semanas cómo ha estrechado sus relaciones económicas y políticas con Argelia, y no debemos olvidar que Argelia es frontera con el Sahel, lugar de especial interés para la Unión Europea y donde se ha anunciado la posibilidad de la intervención del Grupo Wagner dentro de su política expansionista dentro de África.
Desde distintos sectores se comenta la posibilidad de que Wagner estaría entrenando a una fuerza de élite del Frente Polisario y milicias tuaregs con el fin de llevar a cabo operaciones contra Marruecos. El tiempo finalmente dirá si el Magreb se convertirá en el terreno de las Proxy War y quién saldrá beneficiado de ella.