Desde 2013 Francia ha estado luchando contra el terrorismo yihadista en Mali, primero con la Operación Serval y después con la Operación Barkhane. Sin embargo, no se ha conseguido vencer al terrorismo yihadista durante estos años y ante el descontento de la población, Mali ha optado por una alianza militar con Rusia.
Francia mantiene desplegada en Mali la operación Barkhane y desde París se considera incompatible la presencia de Wagner con las tropas francesas, por lo que ante la entrada de Rusia en el país africano Francia decidió comenzar a retirar sus tropas.
Esta semana hemos visto cómo la Junta gobernante en Mali ha roto los acuerdos de Defensa con Francia en base a lo que denomina las "violaciones flagrantes" de su soberanía nacional por parte de las tropas francesas allí establecidas.
Estos acuerdos establecieron el marco para la intervención de Francia en el país en 2014 para ayudar a sus fuerzas armadas a detener la ofensiva yihadista. Mali pone así fin al tratado de cooperación en defensa de julio de 2014 y de marzo de 2013 de las misiones Barkhane y Takuba.
La relación entre Mali y Bamako se ha venido deteriorando en los últimos meses, y muy especialmente coincidiendo con la entrada de Wagner. El último episodio acaecido fue la acusación de la Junta militar al ejército francés de "espionaje" y "subversión" después de que el Estado Mayor del país vecino publicara videos filmados por un avión no tripulado cerca de la base de Gossi. Dos días después el ejército francés, para contrarrestar lo que describió como un "ataque informativo", publicó otro video de lo que dijo que eran mercenarios rusos enterrando cuerpos cerca de esta base para acusar a Francia de crímenes de guerra.
Evidentemente todo parece indicar que detrás de esta ruptura entre Mali y Francia se encuentra Rusia junto a los mercenarios de Wagner por el episodio de la fosa común de Gossi revelado por París y que "no habrían aceptado". Esta es la continuación de la estrategia de desinformación y mentiras desarrollada por los rusos durante meses junto con la junta para mantener la crítica antifrancesa en Malí.
Gran parte de la población maliense opina que la presencia de Francia es ilegal y que los soldados franceses y europeos deben estar en Francia y en Europa planteando si acaso los soldados africanos tienen bases en el viejo continente.
La salida de Francia de Mali era la crónica de una muerte anunciada, pero hay que señalar que aunque Francia se marche de Mali esto no significa que lo haga del Sahel ni que haya perdido la lucha contra el terrorismo yihadista.
En este sentido, algunos elementos a tener en cuenta serían la percepción por parte de la población maliense de Francia como una potencia de ocupación que lucha para defender sus intereses y no los de Mali o fijar la lucha contra el terrorismo yihadista centrada en derrocar a sus lideres olvidando cuáles son los factores por los que la población entra a formar parte de un grupo terrorista. Habría que haber trabajado más y mejor desde el ámbito local para evitar nuevos reclutamientos y detectar estas células terroristas.
El motivo último por el que Francia sale de Mali es por el sentimiento antifrancés suscitado ante la población local y por los problemas con la Junta militar ocasionados por las campañas de influencia y de desinformación de Rusia.
Igualmente ha sido devastadora la creencia entre la población de que Francia ayudaba a los yihadistas para prolongar su presencia militar en Mali o que su presencia se alargaba para robar los recursos naturales del país.
Posiblemente el mayor fracaso de Francia haya sido creer que tanto el gobierno maliense como la población estaban de acuerdo con todo lo que hacia Francia en el país. Y ahí es donde ha fracaso la estrategia francesa de comunicación.
En última instancia lo que se percibe en la población maliense es que su país es un territorio de lucha para las potencias occidentales. Para el pueblo maliense, el retorno a la seguridad se establece como una prioridad y para muchos la Operación Barkhane no ha logrado poner fin a los conflictos existentes. Esto lleva a un rechazo y desconfianza de la presencia militar francesa junto con la idea de que solo permanece en Mali por sus intereses económicos y como una potencia de ocupación.
Francia ha entendido que es necesario cambiar el modelo de estrategia en el Sahel y que debe permanecer en la zona, ya que la violencia que existe supone una grave amenaza a la seguridad, por los vínculos que existen con Francia y los intereses en la zona y por la recién llegada de Rusia y Turquía.
Es por ello por lo que nos encontramos ante el fin de un ciclo que se debe gestionar con una estrategia que conlleve un nuevo modelo de intervención en el que, partiendo de las lecciones aprendidas, se comience a trabajar de forma eficaz en el Sahel empezando por reconstruir a los Estados en todos sus ambitos y no solo en el militar y dedicando una especial a la población civil y a la actuación en el ámbito local, ya que de lo contrario será volver a cometer los mismos errores.
Por otra parte, y ante la retirada de las tropas de Francia y de la UE habría que preguntarse en qué situación queda la Minusma. La MINUSMA debe seguir desempeñando su papel de pacificación, pero se quedaría sola con Rusia y Francia continuaría llevando a cabo sus operaciones específicas a distancia al igual que EE. UU., y se convertiría en un blanco más fácil tanto de los malienses como de los terroristas.
Por todo ello, la entrada de Rusia en Mali sería vista como un triunfo de esta sobre Francia, la UE y EE. UU., que han sido incapaces durante estos años de conseguir instaurar la seguridad.
Esta salida de Mali sería una humillación para Francia, que pedirá la salida también de la UE y de Takuba.
Otra pregunta fundamental que, en última instancia, habría que hacerse es quién gobierna Mali. ¿La Junta militar maliense o Rusia? Sirva como pista para dar respuesta el hecho de que en los últimos meses nada de lo que ocurre en Mali haya sucedido sin que se encuentre detrás Rusia.
La consecuencia de todo ello será que la salida de Francia de Mali puede dejar a la Unión Europea sin presencia en un continente donde China y Rusia campan a sus anchas tanto en el ámbito militar como económico o político.
Fin de un ciclo para Francia en Mali, ¿será también para Europa?