Ramón C. Riva.

Opinión

Tomatópolis, Mohamed VI y su lobby económico se burlan de Europa

Ex militar y experto en Seguridad.

Guardar

Plantación de tomates. Imagen de recurso.
Plantación de tomates. Imagen de recurso.

¿Qué opinaríamos en España si el presidente del Gobierno fuese una de las mayores fortunas después del propio rey, o si los ministros de gobierno (por ejemplo, el de Agricultura) explotasen empresas y negocios relacionados con su ministerio? ¿Alguien se imagina el escándalo si Amancio Ortega fuese ministro de Comercio, Florentino Pérez, de Deportes, o Ana Botín de Hacienda? Pues eso, y más, es normal en Marruecos.

¿Que la prensa francesa critica la lentitud del Rey en actuar ante el terremoto? Campaña institucional poniendo en duda la sexualidad de Macrón

Pero bueno, para campañas sobre sexualidad no hay más que relacionarse con militares del ejército o la gendarmería marroquí y que te cuenten sus bromas y memes, con toque homófobo, sobre el ministro de Interior español (Grande-Marlaska) o sobre el General en jefe argelino Said Chengriha (prisionero en el enfrentamiento militar de Amgala en 1976 y que volvió “menos hombre”). Y luego quieren llevarse bien con sus vecinos.

Rabat esperaba que, al igual que España, París reconociera la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental, pero las reticencias del país galo han creado una brecha con el que hasta ahora era su mejor aliado en Europa. ¿Cuál es la consecuencia?

Una de ellas es que el Ministerio de Educación marroquí ha presentado un plan para imponer la lengua de Shakespeare para 2025, y abandonar el francés. Un cambio que no es casual, sobre todo desde el Brexit, ya que Reino Unido apoya los esfuerzos de Marruecos en el Sáhara Occidental.

¿Y cuáles son los esfuerzos de Marruecos en el Sáhara Occidental? Supongo que uno de esos esfuerzos, apoyados por capital británico –cómo no- es la construcción de forma ilegal de Tomatópolis, la megalópolis del tomate, en Dakhla a costa de los saharauis y de los agricultores del sudeste español.

“Tanto los acuerdos de pesca como los de liberalización comercial sobre productos agrícolas y pesqueros entre la UE y Marruecos han sido negociados al margen del pueblo saharaui. Hasta el año 2019 –en el que entraron en vigor los últimos acuerdos en estos dos ámbitos– en ninguno de los acuerdos suscritos se ha hecho mención al territorio del Sáhara Occidental, pero se han aplicado a este territorio. Sin embargo, este no ha sido el caso de otros tratados internacionales de libre comercio suscritos por Marruecos, como es el caso del acuerdo entre los países EFTA y Marruecos y del acuerdo entre EEUU y Marruecos. En ambos casos el ámbito geográfico de aplicación se limita de forma específica exclusivamente a Marruecos.

Los dos grandes valedores de Marruecos en el seno de la UE –tanto en relación a los acuerdos de pesca como en otros ámbitos– son Francia y España. Para esta última, además de los intereses económicos –que en el caso del sector pesquero han sido un factor decisivo en las negociaciones de los mencionados acuerdos– han prevalecido intereses vinculados a diversos contenciosos en materia de vecindad con Marruecos y a conseguir su colaboración en el control de flujos migratorios y en la lucha contra el terrorismo yihadista”.

La realidad es que lo que Europa consiente al rey de Marruecos y su lobby no lo consentiría en el caso de las tierras ocupadas por Rusia a Ucrania.

Cinco grandes grupos empresariales, algunos participados por Mohamed VI y el propio ministro de Agricultura de Marruecos, explotan tierra fértil de los territorios ocupados del Sáhara Occidental para crear uno de los mayores centros de producción de tomate a nivel mundial. Esto es lo que denuncia el Informe adjunto de la ong Mundubat “Derechos Humanos y empresas transnacionales en el Sáhara Occidental: el caso del tomate”.

La principal empresa allí instalada es “Les Domaine Agricoles”. Esta sociedad pertenece al holding del rey Mohamed VI y produce tomates y melones bajo la marca "Les Domaines". Distribuida por la entidad francesa Frulexxo, basada en Saint Charles International, Perpignan, la cual tienen una subsidiaria denominada Eurextra que comercializa los productos en España. Por ejemplo, en Carrefour, cómo no. Y por supuesto con financiación del Programa Kit Digital cofinanciado por los Fondos Next Generation (EU) del Mecanismo de Recuperación y Resilencia. Europa llega a ser más tonta y no nace, financia a quien la destruye.

A nivel laboral, se estiman 14.000 los empleos directos en las unidades de producción de Dakhla. La gran mayoría de los empleados son marroquíes, muchos procedentes de la región del Souss: no contratan a los saharauis porque desconfían de ellos. Esto sigue a rajatabla su estrategia de transferencia de población y su intención de revertir demográficamente a la población saharaui. 

La crisis actual provocada por las autoridades marroquíes en la frontera con España forma parte de su estrategia para forzar a la comunidad internacional a reconocer su soberanía sobre los territorios ocupados del Sáhara Occidental y ‘blanquear’ así los abusos e ilegalidades que llevan cometiendo durante décadas contra los saharauis, caso del mega-proyecto agrícola en cuestión. El acuerdo de libre comercio firmado con la UE, los deficientes controles en frontera y la desidia de las administraciones españolas y europeas, han contribuido a ello. Un país capaz de utilizar a sus niños como arma arrojadiza para dirimir sus conflictos internacionales no es un ‘socio’ fiable y la UE debería revisar todos los acuerdos comerciales con el mismo. La agricultura no puede seguir siendo moneda de cambio. Es inaceptable”, ha subrayado Andrés Góngora, responsable de frutas y hortalizas de COAG

El acuerdo de asociación con Marruecos de la Unión Europea dice que “pueden entrar 300.000 toneladas libres de arancel y el resto deberían haber pagado el derecho aduanero de 40 céntimos por kilo”, “la Comisión Europea de Agricultura sigue sin aportar los datos reales de las tasas arancelarias, donde pagan y por qué puertos entran”, ha indicado Góngora.

Por primera vez Marruecos ha superado a España en el mercado europeo de tomate, con la entrada de 740 millones de kilogramos de este producto agrícola en 2022 por los poco más de 600 millones enviados desde España, sobre todo, procedentes de los invernaderos de Almería.