A pesar del gran número de productos y servicios que nos defienden de los ciberataques, o de los que nos ayudan a calcular su coste antes incluso de que se produzcan, España sigue teniendo un problema bastante grave en el área de ciberseguridad, la falta de profesionales cualificados. Se estima que en 2024 la necesidad de trabajadores llegará hasta los 83.000, lo que supone un reto a la hora de atraer, retener y fidelizar el talento.
Sin embargo, las matriculaciones en carreras STEM (por sus iniciales en inglés, ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) descienden año tras año y el número de ingenieros escasea en un sector que cada vez necesita más trabajadores cualificados. Pero, ¿es necesaria una carrera de larga duración para acceder a estos empleos?
Cada vez más escuelas y academias ofrecen formaciones específicas para este sector, que pueden suponer la puerta de entrada para una actividad en alza, imprescindible para desarrollar con garantías la sociedad digital del siglo XXI. Una de estas instituciones ofrece, además, la posibilidad de acceder a cursos especializados en ciberseguridad a personas con discapacidad.
Se trata del programa ‘Por Talento Digital’, desarrollado por la Fundación ONCE, que ha formado desde su creación en 2019 a más de 20.000 personas en materias digitales de alta empleabilidad. Si bien no todas ellas imparten conocimientos relacionados específicamente relacionados con ciberseguridad, la institución ofrece un buen número de cursos enfocados en esta materia.
Es el caso de ‘Itinerario básico de Experto en Ciberseguridad’, una formación a distancia de 250 horas de duración, que proporciona a los alumnos una visión del mundo de la ciberseguridad, aplicada al mercado laboral. El objetivo de este curso es mejorar el conocimiento de los sistemas operativos, redes, aplicaciones y funcionalidades para el desempeño digital, dotando de aquellas competencias que son transversales a puestos de trabajo de familias profesionales tales como administración y gestión (ADG), entre otras. El curso, que analiza la realidad del estado del cibercrimen y el negocio que este genera, comienza el 11 de septiembre y la inscripción está abierta en estos momentos.
Otra opción más especializada, puesto que se recomienda haber cursado previamente un FP Grado Medio en Informática o Electrónica, es el de "DFIR- Digital and Incident Response". Esta formación de 300 horas está enfocada a dotar de conocimientos y competencias a los alumnos para que sean capaces de gestionar incidentes de seguridad, conociendo el marco legal del desarrollo de la actividad y pudiendo evolucionar/profesionalizar hacia la rama de forense digital.
Una vez finalizado, los alumnos también pueden formar parte de los equipos de blue team (equipo de seguridad que defiende a las organizaciones de ataques de una manera proactiva), realizando las labores de detección y respuesta. Las inscripciones están abiertas hasta el 7 de septiembre.
Por último, esta institución ofrece el acceso a una escuela de ciberseguridad donde el alumno puede desenvolverse laboralmente en diferentes puestos según va avanzando en su formación, relacionados con la responsabilidad de la seguridad corporativa, la dirección de seguridad de la información, la arquitectura de la seguridad, el hacking ético, el análisis de seguridad, el análisis de ataques, la especialidad en incidencias y la protección de datos.
En esta opción, el máximo de acciones formativas que se pueden cursar al mismo tiempo son 3, en una o varias escuelas, a la finalización de las mismas se podrá elegir otras 3 y así sucesivamente. Los cursos cuentan con una duración mínima de 10 horas y máxima de 60 horas y el plazo de inscripción se cierra el 30 de junio.
Requisitos para acceder
Estas formaciones están diseñadas específicamente para personas con discapacidad con el objetivo de multiplicar las perspectivas laborales de este colectivo. Los cursos están adaptados a las necesidades de apoyo de los alumnos (accesibilidad física, cognitiva, ayudas técnicas y apoyos personales) y cuentan con becas financiadas por Fundación ONCE y el Fondo Social Europeo en el caso de tener que desplazarse físicamente a los centros de formación.
Para muchas personas supone una segunda oportunidad laboral, ya que algunos de los alumnos que se apuntan a estos cursos lo hacen porque se enfrentan a un caso de discapacidad sobrevenida, es decir, un accidente que cambia de la noche a la mañana su vida y sus perspectivas laborales. Muchos de ellos pierden incluso su profesión, y gracias a estos cursos encuentran una segunda oportunidad en un sector tan competitivo como la ciberseguridad.