Libertad de información, acceso universal a los ordenadores y al conocimiento, desconfianza hacia las autoridades, cooperación, fe en el papel de la tecnología para hacer un mundo mejor... Los principios y valores del hacking ético -o hacking a secas, para muchos- están muy lejos de la imagen común del hacker como un individuo con intenciones oscuras que causa importantes daños a personas, compañías y gobiernos desde su máquina. Aunque los orígenes de los diferentes hackers -de Sombrero Blanco, Sombrero Negro y Sombrero Gris- se entrecruzan a finales de los años 70 y primeros 80, la historia de los llamados hackers de Sombrero Blanco tiene sus hitos propios. Hemos destacado estos 12, por ser los más conocidos o significativos, pero hay muchos más.