La inseguridad sigue en ascenso en las grandes ciudades. Madrid vive un insólito momento en el que las bandas se disputan zonas, se vengan de ofensas y de anteriores muertes por las calles de la ciudad, tanto de las principales como de los barrios periféricos donde estas luchas a sangre son ya más habituales, ante el asombro y la preocupación de unos ciudadanos a los que desde los distintos gobiernos, y desde el ministerio del Interior, se les pide tranquilidad porque la situación está controlada. Qué vamos a decir de Barcelona, donde los robos con violencia han pasado a integrarse a la normalidad de una ciudad que en los seis primeros meses de 2022 registró una media de 434 infracciones penales al día. También desde la Ciudad Condal, las autoridades piden prudencia y confianza, pues sostienen que los Índices de Criminalidad no reflejan esta tendencia.
Pero algo similar sucede en Bilbao, en Zaragoza y en otros puntos de nuestra geografía que, a distinto ritmo, se encaminan a una misma situación en la que la violencia, algo de lo que nuestro país ha sabido mantenerse a buen recaudo hasta ahora, se está normalizando y dirigiendo al escenario que viven otras grandes urbes europeas como Estocolmo o París, donde la policía ya se reconoce abiertamente incapaz de controlar la situación, como quedó en evidencia, de forma inesperada, en la última edición en la final de la Champions League de fútbol, disputada en Saint Denis.
¿Qué está sucediendo? ¿Realmente la situación está controlada? A finales de la semana pasada, Samuel Vázquez, policía, criminólogo y presidente de Policía S.XXI, una asociación compuesta por miembros de diferentes cuerpos de seguridad "que trabaja por el desarrollo de un nuevo modelo policial que se ajuste a las nuevas realidades delincuenciales", como se definen en su página web, explicó en la Asamblea de Madrid, con motivo de una reunión de la Comisión que aborda el fenómeno de las bandas juveniles violentas, cuál es el punto en el que nos encontramos. Algunos representantes políticos del parlamento autonómico trataron de rebatir con poca fortuna la contundencia de los datos que ofreció este experto en criminología, quien puso en cuestión la eficiencia del actual modelo policial: "2022 será el año de la década de mayor criminalidad violenta nunca vista por ninguna generación viva exceptuando la guerra", señaló abiertamente en su intervención, de la que aquí recogemos algunos extractos.
"En el año 2018 comparecí en el Congreso de los Diputados, allí les dije una serie de cosas sobre lo que iba a ser la nueva oleada de criminalidad violenta en España. No me hizo caso absolutamente nadie, e incluso algunos se rieron. Les dije que Barcelona sería la primera ciudad sin ley, eso ya es un hecho probado y les expliqué por qué (...) Luego concatenadamente serán Bilbao, Zaragoza y Madrid, porque a Madrid también llegará. Aquello provocó risas y hoy les anuncio que 2022 es el primer año de la década de mayor criminalidad violenta jamás vista por ninguna generación viva en España exceptuando la guerra. Vamos a vivir algo que no hemos que no hemos vivido nunca, ni nosotros ni nuestros padres", vaticinó este policía, quien también adelantó las que considera las causas de algo que a su juicio nos va a llevar a recorrer el mismo camino que otros países como Francia o Suecia:
"Porque nuestros políticos están haciendo lo mismo que se hizo allí, que es atender a la criminalidad cuantitativa, hacer números, y no resolver problemas, de tal manera que esas persecuciones por el metro a los hombres con cartera hoy son macrooperaciones. ¿Qué es la macrooperación? Como estrategia policial es una basura que solo sirve a los políticos para que tengan un discurso numérico que cantar en sus ruedas de prensa. Cuando te dicen ha habido en una macrooperación 500 identificados, el 95% son personas sin antecedentes a las que hemos molestado; cuando te dicen que ha habido 50 actas de droga, son chinitas de pequeño tamaño que se quitan en los parques a los chicos; cuando te dicen que ha habido 20 actas de arma,el 90% no pertenece a las bandas criminales, sino que los mandos ordenan que se metan todas dentro del dispositivo, pero son la de una pareja que va al cine sin antecedentes y que tenía una navaja en la parte de atrás porque su papá es pescador, va a pescar y se la dejó allí. A las bandas ni las rozamos."
De las 64 zonas 'no go' de Suecia a la situación en España
Como recoge el segundo video que se muestra en este artículo, Samuel Vázquez señaló que "la política actual, que funciona con la dualidad impacto-influencia, nunca ha generado el impacto suficiente para tener la influencia en el voto, eso solo pasa en Suecia o en Francia, donde la inmigración ilegal desbordada de un continente que no tiene nada que ver con el europeo ha provocado lo que ha provocado".
"Ahora sí -continuó- los políticos socialistas, socialdemocratas, conservadores y también comunistas como Mélenchon dicen que la integración ha fallado y que se han creado redes paralelas, estados paralelos de redes ilegales de inmigrantes que han convertido las calles en un infierno y que, por ejemplo en Suecia existen 64 zonas 'no go', y lo dicen todos, todos los que solo hace 10 años te llamaban fascista y racista por decirlo", añadió para terminar anunciando que, "eso llegará a España en dos o tres años (...) Entonces esos mismos políticos que llaman racistas y fascistas a los que tienen un discurso dirán exactamente lo mismo que estoy diciendo yo. No es una cuestión de adivinanzas, es una cuestión de ir a mirar lo que decían en Francia o Suecia esos políticos y lo que dicen ahora, cuando han visto la que está cayendo".
Trampas en el solitario o por qué la estadísticas dicen lo que dicen
El policía nacional mantuvo durante esta comisión un tenso intercambio con Serigne Mbayé, diputado de Unidas Podemos, quien acusó a Vázquez de utilizar el término "bandas latinas", a lo que el policía le respondió si ceder ante el discurso políticamente correcto afirmando que, "yo utilizo el término bandas latinas porque es lo que son. Igual que los aluniceros son bandas españolas, los apuñalamientos, los machetes y los homicidios son bandas latinas". Y también hubo de responder al diputado del PSOE Javier Guardiola, quien le acusó de no aportar datos. A esto el policía contestó con una batería de estadísticas oficiales.
"Le voy a dar yo los datos, son los del Ministerio del Interior, y además no son los reales, porque si algo tiene la criminalidad de bandas es la delincuencia oculta, la cifra negra. Muy poca gente se atreve a denunciar a un grupo de Latin Kings porque a su hijo le hayan robado a punta de navaja el móvil, muy poca; llevo 20 años en la calle en el sur de Madrid y sé de qué hablo. El papá llega y dice a la policía 'ni hablar, le compro otro móvil. Iros", comenzó su respuesta, para a continuación facilitar datos:
"Incluso con la criminalidad oculta, que es la que más afecta a las bandas, le voy a dar los datos que usted me pedía y que no le dio el comisario. Esta es una comparativa de los datos del primer semestre del 2022, datos del Ministerio del Interior, con el periodo 2017-2019, nos ahorramos el tiempo de la pandemia. Agresión sexual con penetración, 62% más, delitos graves y menos graves de lesiones... es decir, palizas, apuñalamientos que no terminan en la muerte, 43% más; restos de delitos contra la libertad y dignidad sexuales, 42% más; homicidios dolosos y asesinatos en grado de tentativa, 36% más. ¿Sabe lo que bajaron? Los hurtos. ¿Sabe lo que es el Índice de Criminalidad del que presume este gobierno y los anteriores? Un insulto a la inteligencia".
"En España el Índice de Criminalidad nace de valorar todos los delitos recogidos en las dependencias policiales, otorgándoles a todos el mismo valor, uno. A una niña rodeada y agredida sexualmente por una manada es uno, un hurto en el Carrefour es uno... Si ustedes logran atajar, que es lo que se hace, la criminalidad cuantitativa, solo con que hagan descender un 5% los hurtos, que son 300.000, por mucho que suban los asesinatos si todos cuentan uno, ustedes siempre podrán decir que el índice es positivo, y que la criminalidad desciende", concluyó para dejar en la Asamblea un incómodo silencio que dejó al descubierto una problemática que se debe atajar confiando en las fuerzas del orden y en los representantes de los ciudadano, quienes también deben de tomar buena nota.