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Casi 3.000 móviles incautados en las prisiones españolas durante 2023

La prisión de Madrid III, en Valdemoro, es el centro penitenciario donde se han requisado mayor número de terminales, 152.

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Teléfono móvil oculto en el interior de un libro. Foto: ACAIP-UGT.
Teléfono móvil oculto en el interior de un libro. Foto: ACAIP-UGT.

En el año 2023 se han incautado un total de 2.910 teléfonos móviles en los centros penitenciarios dependientes de la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias. Se supera con esta cifra el récord de incautaciones que se produjo en 2022 en un 6,48%.

La prisión de Madrid III (Valdemoro) es el centro donde se han incautado un mayor número de terminales, 152, seguido de Albolote (Granada), con 147, y Córdoba, con 142. Los datos reflejan que las prisiones madrileñas y andaluzas son las que más teléfonos se incautan, con una ratio de más de 60 móviles por cada mil internos, cuando la media nacional se sitúa en 51,32 por cada mil.

Continuar con los delitos

Los teléfonos móviles están prohibidos dentro de la prisión porque pueden ser utilizados para continuar con la actividad delictiva, el tráfico de drogas o la violencia de género, así como por los problemas de seguridad que generan de seguridad por la posibilidad de captar imágenes del interior.

Ante esta situación, el sindicato ACAIP-UGT denuncia en un comunicado “la dejadez por parte de la administración penitenciaria para mejorar las medidas preventivas para el uso de estos terminales, al no modernizar los elementos de seguridad como inhibidores”. “De manera que, al no poder ser utilizados se convertirían en objetos inservibles sin valor, lo que reduciría los problemas regimentales”, añade.

Mercado negro

Recalca el sindicato que se trata de objetos muy cotizados por aquellos internos que tienen restringidas las comunicaciones, como los presos por violencia de género, delitos de terrorismo o pertenecientes a bandas organizadas: “Su uso y presencia dentro de los centros los convierte en fuentes de conflicto debida al control del mercado negro que se genera”.

La restricción legal de las formas de realizar los cacheos y requisas dificultan los esfuerzos de los empleados públicos penitenciarios para el decomiso de móviles, señalan desde ACAIP-UGT. Los funcionarios de prisiones han de afrontar las variadas maneras en que estos dispositivos son introducidos y ocultados debido a su reducido tamaño (desde paquetes de galletas a botes de champú o dentro de libros) y también mediante el uso de nuevas tecnologías: se han detectado drones que pueden realizar entregas “puerta a puerta” de smartphones; en la cárcel de El Puerto de Santa María (Cádiz), la Policía detuvo en las inmediaciones de los centros de Puerto 1 y 2 a tres personas con un dron que llevaba adosado un móvil de gama alta y dos botellas de whisky.