El pasado 1 de julio, un interno del centro penitenciario de Murcia II atacó a un trabajador de la prisión produciéndole una corte en el cuello con la tapa de una lata de conservas. Ya ocurrió algo semejante hace un año en Cuenca. Entonces el protagonista fue presunto preso maltratado de Villena, protagonista de un caso truculento que acabó con la detención de la directora de seguridad de la cárcel, quien se posicionó de parte del preso y, presuntamente, acusó veladamente a los funcionarios de intento de secuestro y amenazas. El interno llevaba pocos días en libertad vigilada y había vuelto a prisión por una agresión sexual en Tarancón tras quitarse la pulsera telemática con la que se le controlaba. Un jefe de servicio estaba a unos metros de un interno que saltó por encima de otros funcionarios de prisiones para clavarle un cristal en la yugular. La incisión, que fue suturada, a escasos centímetros de la vena, pudo haberle costado la vida.
Desgraciadamente no nos encontramos ante hechos aislados. Las agresiones graves a los trabajadores penitenciarios han aumentado en los últimos meses. De hecho, el martes 5 de julio, tres funcionarios del centro penitenciario de Picassent tuvieron que acudir al hospital por las agresiones sufridas por parte de un interno, uno de ellos con rotura de pómulo y tabique nasal.
Otro trabajador, esta vez del centro penitenciario de Madrid VII (Estremera), también resultó herido con contusiones en la cabeza de diversa consideración.
El "buenismo" de los gestores de la realidad penitenciaria causa estragos
Según un comunicado llegado a nuestra redacción, en el que nos convocan para una rueda de prensa que tendrá lugar el próximo miércoles 12, la situación de los centros, el hacinamiento, la falta de medios materiales y humanos, la falta de formación y una visión parcial de la realidad penitenciaria, por parte de los gestores, con contribuyen a garantizar la seguridad en los centros. Según han confesado a Escudo Digital abogados especializados en derecho penal el "buenismo" de los gestores está causando estragos entre los presos menos fuertes y capacitados para sobrevivir en prisión. El deterioro de la situación penitenciaria también les perjudica a los internos.
Los que deben tomar decisiones "olvidan que hay un porcentaje de internos inadaptados a los que hay que aplicar las medidas legales que contempla, tanto la Ley Orgánica General Penitenciaria como el Reglamento penitenciario, está llevando a que la conflictividad en los centros aumente a pesar de que se reduce la población reclusa".
El enorme porcentaje de presos con patologías psiquiátricas que precisan atención
Además, recuerdan los graves problemas de la sanidad penitenciaria, evidenciados en pleno auge de la pandemia. Actualmente hay más de un 58% de vacantes de médicos. Este déficit dificulta especialmente la atención de enfermedades mentales. Estamos ante un hecho muy grave, ya que más del 30% de internos padecen algún tipo de estas patologías y, en muchas ocasiones, son los protagonistas de las acciones más violentas.
Para explicar la situación actual de los centros penitenciarios y de la realidad penitenciaria, los presidentes de ACAIP-UGT y CSIF prisiones comparecerán ante los medios de comunicación a esta rueda de prensa en la que se facilitará toda la documentación, los datos e informarán de las medidas de presión que se llevarán a cabo.