El Ministerio del Interior ha publicado en su página oficial el Balance sobre inmigración irregular para este 2024. El informe confirma que la migración irregular en España ha experimentado un aumento significativo en 2024 en comparación con 2023 (que también subió, pero no de manera tan marcada), según los datos acumulados hasta este 15 de diciembre y que la vía marítima es la preferida para entrar en el país. El documento analiza las cifras clave y compara la situación con los años anteriores. Nosotros lo comparamos con otros países europeos en situación geográfica similar, como Italia y Grecia, identificando factores determinantes detrás de estas variaciones y alza en las entradas irregulares.
Datos clave de la migración irregular en España
Según dicho informe, el total de migrantes que llegaron a nuestras fronteras por vía marítima y terrestre en 2024 fue de 60.216, es decir, un aumento del 14,5% respecto a los 52.591 registrados en 2023. Las llegadas por vía marítima crecieron un 12,4%, alcanzando los 57.738 migrantes. Si a esto se le añade que cada año aumentan los controles en las rutas, se puede afirmar que existe mucha más intención de emigrar a nuestro país que en el 2023, todo ello sin saber exactamente cuántas personas han desaparecido en la travesía.
Entradas de migrantes por zonas
Islas Canarias. De los números más preocupantes en los últimos años. Las llegadas aumentaron un 18,6%, con 43.737 migrantes frente a los 36.888 de 2023. La mayoría de las embarcaciones provienen de países del África Occidental, especialmente de Senegal y Mauritania. Se ha observado un aumento en las salidas desde Mauritania, mientras que las procedentes de Senegal han mostrado una tendencia a la baja. Para esta travesía las embarcaciones utilizadas son principalmente cayucos y pateras, muchas veces sobrecargadas y en condiciones precarias, lo que incrementa el riesgo de naufragios y tragedias en el mar.
Los conflictos armados, crisis políticas y económicas en países del Sahel y África Occidental impulsan a muchas personas a utilizar esta ruta. Además, las medidas restrictivas en otras rutas migratorias, como el Mediterráneo Central, han desviado los flujos hacia la Ruta Canaria, considerada una de las más peligrosas debido a la longitud y condiciones del trayecto.
Península y Baleares. El número de embarcaciones se redujo un 2,2%, con 13.952 llegadas frente a 14.259 en 2023. A pesar de la tendencia general a la baja, se han registrado algunos picos en la llegada de pateras a las Islas Baleares. Por ejemplo, en noviembre de 2024, se interceptaron más de 400 migrantes en diversas embarcaciones en aguas de Formentera, Mallorca, Ibiza y Cabrera.
Ceuta y Melilla. Se registró un notable incremento de migrantes por vía terrestre, con 2.478 llegadas a Melilla (+105,8%) y 2.386 a Ceuta (+128,5%). El refuerzo de controles en la Ruta Atlántica hacia Canarias y en el Mediterráneo Central ha llevado a algunos migrantes a optar por rutas terrestres a través de Marruecos, dirigiéndose precisamente a Ceuta y Melilla.
Comparación con Italia y Grecia
Mientras que España experimentó un crecimiento moderado, Italia y Grecia afrontaron aumentos aún más fuertes:
Italia. Las llegadas se duplicaron en 2024, con más de 130.000 migrantes. Factores como la inestabilidad en Libia y acuerdos fallidos con Túnez son parcialmente culpables de este incremento.
Grecia. También registró un aumento del 65%, impulsado por conflictos en el Medio Oriente y mayores controles y restricciones en las rutas del Mediterráneo central.
Factores que explican el aumento de la migración irregular
En el Sahel y Mali, los conflictos y la inseguridad este 2024 han obligado a miles de personas a abandonar sus hogares en busca de seguridad y una vida mejor en Europa. Además de esto, acuerdos entre la Unión Europea y países como Marruecos y Túnez han cerrado algunas rutas habituales, haciendo que muchas personas tomen caminos más largos y peligrosos, principalmente hacia las Islas Canarias.
Balance
El aumento de la migración irregular en España no ocurre por casualidad. Es el resultado de una mezcla de problemas globales y decisiones políticas. Las personas migran porque se enfrentan a situaciones extremas en sus países y esperan encontrar un futuro mejor en Europa, y dependiendo de qué rutas estén menos vigiladas (por policía o por los propios traficantes de personas) toman la decisión de correr más o menos riesgos.
Que la migración irregular hacia Europa siempre va a existir es un hecho. Establecer vías seguras y controladas disminuirá la cantidad de muertes y desapariciones que se producen en estos trayectos, pero aumentará el creciente enfado del ciudadano europeo medio, que cada vez presiona más a sus gobiernos para que controle (evite) la entrada a Europa de este tipo de migrantes.