El Consejo de Ministros ha aprobado este martes el nombramiento de Leonardo Marcos González como nuevo director general de la Guardia Civil, tal y como propusieron los titulares del ministerio del Interior y de Defensa, Fernando Grande-Marlaska y Margarita Robles.
Marcos se incorpora al cargo tras haber ocupado la dirección general de la Protección Civil y Emergencias desde enero del 2020. Previamente, también se había desempeñado como secretario general de la Delegación del Gobierno en Castilla y León, inspector en la Inspección General del Ministerio del Interior, subdirector general de Recursos Humanos en el Instituto Nacional de Estadística, así como consejero de Información en las embajadas de España en Argentina, Estados Unidos y China.
Coincidiendo con su nombramiento al frente de la Guardia Civil, la asociación profesional Justicia para la Guardia Civil (JUCIL) ha emitido un comunicado en el que, lejos de valorar las capacidades de Marcos para el puesto, le insta a aplicar mejoras en el cuerpo que "sus dos antecesoras dimitidas olvidaron".
JUCIL considera que "apenas hay tiempo", solo las pocas semanas restantes hasta las elecciones generales del próximo 23 de julio. No obstante, sostiene que si el nuevo director de la Guardia Civil realmente tiene la intención de "dar cualquier impulso al Cuerpo" debe recordar que ello "exige la equiparación real de los salarios de los guardias civiles con los muy superiores que perciben desde hace décadas los integrantes de las policías autonómicas, a quienes también paga el Ministerio del Interior". Además, apunta que Marcos también tendría que allanar las condiciones laborales, "la base de cualquier cambio y mejora de la Guardia Civil" aplicando modificaciones que sus predecesoras, María Gámez y Mercedes González, "ambas dimitidas, olvidaron tras sus sucesivas tomas de posesión".
En palabras del secretario general de JUCIL, Ernesto Vilariño. "Si Marcos quiere algún avance debería impulsar las mejoras que Gámez y González obviaron. La primera, obligada a dimitir por la investigación de su patrimonio y la segunda, según parece, más interesada en asegurar su continuidad en la vida pública ante un previsible cambio político en el gobierno de España que en gestionar la institución mejor valorada por la sociedad".
Según Vilariño, "todo apunta a una permanente desgana del ministro del Interior", por lo que asegura que "casi nos conformamos con que el nuevo director no siga con el desmantelamiento de la Guardia Civil".
"Si el ministro quisiera poner en marcha iniciativas, quizá no pondría al frente de la Guardia Civil a un director general al que le falta muy poco para su jubilación".
La asociación profesional mayoritaria en el Consejo de la Guardia Civil lleva tiempo denunciando la desgobernanza que sufre la Guardia Civil. También lo hizo sin ir más lejos el pasado viernes, día en el que lanzó otro comunicado para pronunciarse sobre la dimisión de Mercedes González tildándola de "desvergüenza", calificando su paso por la dirección general de la Guardia Civil como "irrelevante, anodino y frustrante" y dirigiéndose directamente a Fernando Grande-Maslaska para reclamarle que asumiera sus responsabilidades al frente del cuerpo tomando las riendas de éste, al menos hasta las elecciones generales del 23 de julio.
Tras el nombramiento de Leonardo Marcos como nuevo director de la Guardia Civil, Ernesto Vilariño ha insistido en que la sensación de abandono por parte del Ministerio del Interior se extiende entre los guardias civiles. "Ahora somo pocos, en medios cuarteles y sin los medios adecuados", ha lamentado.
El secretario general de JUCIL también ha argumentado que el hecho de que Marcos se encuentre cercano a la jubilación puede significar el nulo interés del ministro del Interior por mejorar las condiciones de trabajo de los agentes del cuerpo. Pero, aún así, ha enumerado los cambios que debería acometer el nuevo director de la Guardia Civil, "por si estuviera interesado" y rescatándolas del "cajón" en el que están guardadas. Las mejoras que reclama son "la ampliación de plantillas, el arreglo y concentración de puestos y cuarteles dispersos por el territorio y muy ineficientes, o la mejora de los turnos de trabajo, con el denominado turno 6x6 que ya se aplica en la Policía Nacional y que facilitaría la conciliación de la vida familiar y laboral, un atractivo más, y este igualitario, para que cada día más mujeres se muestren interesadas por formar parte de este Cuerpo".