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María Gámez, la directora de la Guardia Civil, pensó en presentar su dimisión cuando se cesó a Pérez de los Cobos

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María Gámez.
María Gámez.

Es una mujer, es la primera directora de la Guardia Civil y apenas la hemos oído hablar. María Gámez, la directora de la Guardia Civil, estuvo a punto de presentar su dimisión cuando el pasado año Fernando Grande-Marlaska cesó a Pérez de los Cobos, según ha podido saber Escudo Digital. Y estuvo a punto de hacerlo después de que el Director Adjunto Operativo de la Guardia Civil, Laurentino Ceña, presentara su dimisión tras la destitución de Diego Pérez de los Cobos el 26 de mayo. Fue un momento clave, y muy cerca anduvo de seguir sus pasos. La decisión de cesar a Pérez de los Cobos no fue suya, venía de más arriba: "Viene de Moncloa", le dijo al DAO antes de que ese presentara su dimisión. María Gámez, que hasta su nombramiento había sido subdelegada de Gobierno en Málaga, estuvo dispuesta a abandonar su cargo por una cuestión de conciencia. Es funcionaria del Cuerpo Superior de Administradores Generales de la Junta de Andalucía y trabajo no le iba a faltar. Al contrario que la ministra de Seguros Sociales, y Ione Belarra, ella sí ha cotizado a la Seguridad Social. Si no lo hizo fue por no perjudicar al hombre que la había nombrado, Fernando Grande-Marlaska, quien había estado dudando hasta el último minuto entre ella y otra candidata para el puesto de Directora General de la Guardia Civil.

Ahora la protagonista no es ella. Estamos en pleno puente de Semana Santa, y la sentencia contra Fernando Grande-Marlaska dictada por la Audiencia Nacional solo le deja una salida honrosa, y es la dimisión, tal y como consideran fuentes cercanas al propio partido en el Gobierno. Lo ocurrido con el Coronel Diego Pérez de los Cobos no tiene precedentes en ninguna democracia seria. La sentencia obliga a rehabilitar al mando de la Comandancia de la Guardia Civil al puesto que ocupaba antes y deja al titular de Interior casi a la altura de un prevaricador, como se refleja en OK Diario.

Y es que en relación con el 8-M este mando de la Guardia Civil solo hizo lo que su deber le obligaba: cumplir con la legalidad y el principio de separación de poderes que ya detalló Montesquieu hace siglos y muchos (incluso cargos procedentes de la Judicatura, como es el caso del ministro del Interior) parecen haber olvidado. Celestino Salgado explica en su resolución que el cese de Diego Pérez de los Cobos vino motivado por no informar del desarrollo de investigaciones y actuaciones de la Guardia Civil en el marco operativo y de Policía Judicial sobre la investigación judicial abierta delegado del Gobierno en Madrid José Manuel Franco, por la autorización de las marchas feministas al inicio de la pandemia el 8 de marzo del pasado año.

Solo Unidas Podemos ha defendido al Marlaska. El presidente del grupo parlamentario, Jaume Asens, ha llegado a asegurar que "cualquier día los jueces van a nombrar hasta a los ministros". Sin embargo, alguien está al frente de una campaña para desprestigiar a De los Cobos, un hombre al que sus subordinados describen como "cercano, honesto, defensor de la libertad, dialogante y cumplidor de su trabajo, sin afinidad política alguna conocida en un cuerpo donde hay más de setenta mil personas de todas las tendencias. Se llevaba muy bien con Rubalcaba y también fue el único que dijo 'no' a Luis Roldán. Y pagó por ello hace muchos años al no querer darle el nombre de un chivato de ETA".

Mediante el recurso a la Wikipedia se desata una campaña contra Diego Pérez de los Cobos

En la definición que hoy figura en wikipedia se describe a Diego Pérez de los Cobos como a un ultraderechista y torturador, se omiten y se falsean muchos datos de su biografía y el autor de dicha definición parece empeñado en enclavar su origen en un nido de fascistas, cuando su padre era un pediatra de Yecla y su madre un mujer que no acababa de comprender por qué su hijo le había dado por meterse a Guardia Civil.

Los datos falsos en la Wikipedia de Diego Pérez de los Cobos

La sarta de falsedades publicadas en la popular enciclopedia de contenido libre es tan grande que alguien ha advertido al redactor original del artículo que actualmente no tiene una redacción neutral. La Wikipedia tiene código abierto y cualquiera puede reformarlo, algo muy útil en un momento como este, en el que echar porquería encima de la imagen pública de un hombre al que nadie puede ponerle un pero, solo el de saber en carne propia que la dignidad sale carísima.

Ok Diario citaba ayer los diez motivos por los que Marlaska está al borde de la prevaricación. Los que conocen al actual ministro del Interior ya no lo reconocen tras sus actos y, afirman, que su mujer de confianza, María Gámez, quien estuvo a punto de dimitir como hemos dicho hace en mayor del año pasado, tampoco.

El ministro del Interior ha ninguneado a María Gámez en varios actos

El Ministro la ha ninguneado en varios actos, en los que ni siquiera se la ha permitido hablar, como el que tuvo lugar en el mes de julio del pasado año en la sede de la Comandancia de Madrid, con motivo del recibimiento a los guardias jóvenes. Fue una actitud claramente altiva y machista que se contradice de base con los planteamientos igualitarios que se están intentando promover desde dentro de la Guardia Civil. Marlaska llegó a implantar un curso para combatir el machismo en la Guardia Civil, pero no ha predicado con el ejemplo con respecto a su subordinada.

"La Guardia Civil está expensas de los bancos para la donación de mesas y sillas completamente destrozadas. Solo les falta, afirman algunos mandos intermedios, tener que envíar a los contenedores a los guardias a buscar material o a los puntos limpios de las localidades de las Comandancias"

En el vídeo que figura sobre estas líneas podemos ver uno de los momentos más duros por los que ha pasado María Gámez, muy posterior al instante en el que llegó a pensar en dimitir. Ana Vázquez, del PP, estuvo a punto de hacerla llorar durante su durísima intervención en la que llegó a preguntarle por la cinta de correr de Marlaska sufragada con fondos públicos cuando la Guardia Civil no tiene medios; y el envío de 28 Guardias Civiles a la casa dePablo Iglesias, así como la falta de medidas de conciliación para los hombres y mujeres del Cuerpo. Y sobre todo, la falta de medidas de seguridad para proteger la salud de los agentes frente al Covid-19. Incluso se llegó a prohibir en algún cuartel que los guardias civiles usaran mascarillas pagadas de su bolsillo para protegerse, con supuestos argumentos relacionados con la uniformidad y la necesidad de no ser alarmista al comienzo de la pandemia. Y por supuesto, Vázquez mencionó la falta de chalecos, que tienen que compartir entre ellos los agentes, con el grave riesgo que ello supone. Ha sido uno de los ataques más duros que sufrió la Directora General de la Guardia Civil, que según quienes la conocen, era una mujer cargada de buenas intenciones cuando llegó al puesto.

También hay que recordar que el PP ha estado durante muchos años al mando de la Guardia Civil y no ha velado nunca por los intereses del patito feo del Ministerio del Interior, la Benemerita, que por su condición de cuerpo militar que comparte con otras policías como los Carabinieri italianos y la Guardia Civil portuguesa, está en tierra de nadie, mientras en Portugal y en Italia no ocurre lo mismo. Son instituciones no solo respetadas, sino también protegidas por el Estado.

Nada más lejos de la realidad. La Guardia Civil está a expensas de los bancos y entidades de crédito para la donación de mesas y sillas completamente destrozadas que sirven para amueblar cuarteles y comandancias. Solo les falta, afirman algunos mandos intermedios, tener que enviar a los contenedores a los guardias a buscar material o a los puntos limpios. Nuestras fuentes añaden que si "el PP hubiera puesto tanto interés cuando estaba en el poder como cuando estaba en la oposición no nos veríamos como nos vemos". Tanto María Gámez como Gómez-Marlaska, si ni ella ni su jefe dimiten de sus cargos de Directora de la Guardia Civil y Ministro del Interior, tiene aún tiempo para amueblar con dignidad sus oficinas y dotarles de chalecos.