Los Mossos d'Esquadra convierten la anterior Unidad de Drones en su propia Policía Aérea, que se desplegará en todo el territorio autonómico como parte de un plan estratégico hacia 2030 que utilizará la innovación tecnológica para garantizar la seguridad integral tanto en el espacio aéreo como en el marítimo y el terrestre.
La nueva área realizará tareas preventivas en el ámbito de la seguridad pública, actuará en la lucha contra el terrorismo, las organizaciones criminales de narcotraficantes que operan por vía marítima, como los que llegan en ‘narcolanchas’, y el patrullaje para localizar plantaciones de marihuana en zonas de montaña de difícil acceso. A su vez, controlarán el uso de aeronaves tripuladas y no tripuladas, investigarán accidentes aéreos y potenciarán los patrullajes a través de las imágenes en directo captadas por las cámaras de los drones, lo que facilitará los operativos policiales que se controlan desde el Centro de Coordinación (CECOR).
El flamante equipamiento consta de 24 drones y un avión no tripulado de ala fija controlado por Inteligencia Artificial, que es la aeronave estrella: posee más autonomía, velocidad, distancia de vuelo y sus herramientas de IA facilitan el pilotaje, el control y la gestión de las imágenes, informa ElNacional. Su descripción técnica indica que es fácil de transportar y manipular, así como de montar y desmontar, para un rápido despliegue sobre el terreno. Desde diciembre pasado se está realizando la etapa de formación y entrenamiento de los pilotos del Área Aérea de los Mossos d'Esquadra en la utilización de este dron de ala fija y se ha anunciado que estará operativo a partir de marzo.
Su coste fue de 263.300 euros y según la memoria de la licitación lanzada el año pasado, a la que accedió el medio elMón, la compra responde a un “plan de patrullaje sobre infraestructuras críticas”, entre las que se consideran como principales riesgos “la línea del AVE para detectar posibles sustracciones de cableado y otras anomalías que pongan en riesgo la circulación de trenes”, que realizan los ladrones de cable de cobre en las líneas de tren de Alta Velocidad que pasan por Cataluña.
El pliego también destaca la necesidad de cubrir la “línea de costa para detectar y prever situaciones de peligro a consecuencia de fenómenos meteorológicos, comprobaciones de derrames de residuos en el mar o en los márgenes de los ríos”, y la “posibilidad de hacer líneas de trabajo sobre ríos fluviales, estaños, lagos, pantanos con el objetivo de detectar cultivos de marihuana, puesto que estos cultivos necesitan un sistema de riego constante”.
Los Mossos d'Esquadra se posicionan, así, como la primera policía del sur de Europa en incorporar un dron de ala fija. Esta fuerza opera con drones desde 2012, y ya cuenta con aeronaves no tripuladas multi-rotores, utilizados en la prevención de la seguridad pública. De hecho, durante 2023 la Unidad de Drones realizó 500 patrullajes aéreos relacionados con eventos o grandes dispositivos de seguridad ciudadana, apoyo en accidentes o incidentes, búsqueda de personas en lugares de montaña, asistencia en investigaciones, entradas y registros judiciales, o protección de personalidades.
La Policía Aérea se completa con dos helicópteros tripulados H-135, uno de ellos dotado de grúa y con capacidad de rescate. El resto de los drones tienen características adaptadas a diversas tareas: vuelos en interiores de edificios con buena calidad de imagen y estabilización que se utilizan para dar seguridad en servicios como incendios o colapso de estructuras; vuelos en condiciones atmosféricas adversas, con aeronaves capaces de soportar vientos de hasta 50 km/h; unidades con autonomía de hasta 40 min de vuelo en cámara térmica para detectar personas perdidas en entornos naturales o perseguir a delincuentes y otras más ligeras con cámara y capacidad para crear mapas en 3D. También se utilizan para dar seguridad a las unidades de intervención en casos de personas armadas.
Actualmente hay 32 agentes especializados en el vuelo de aeronaves no tripuladas que trabajan en las diversas regiones policiales y tienen sus bases aéreas en los aeropuertos de Girona, Tarragona, Lleida y Barcelona, aunque la plantilla se ampliará en los próximos meses.