Posiblemente el mayor y mejor recuerdo que quede del ex presidente José Luis Rodríguez Zapatero sea la creación de la Unidad Militar de Emergencias (UME) por acuerdo del Consejo de Ministros el 7 de octubre de 2005.
La UME es una fuerza militar conjunta de carácter permanente dentro de las Fuerzas Armadas con la finalidad de intervenir de forma rápida en cualquier lugar del territorio nacional español en casos de catástrofe, grave riesgo, calamidad u otras necesidades públicas, como se ha podido ver en distintos casos, como en la reciente dana que asoló parte de Valencia.
Como parte de las Fuerzas Armadas, la UME también tiene su implicación y aplicación, de ser necesario, en cualquier conflicto armado. Podríamos decir que es como una parte del Arma de Ingenieros que dentro de sus cometidos (tendido de puentes, asaltos anfibios, comunicaciones, instalación de campos minados o levantamiento de estos, obras viales y fortificaciones, ataque a posiciones fortificadas, defensa QBN, potabilización de agua, etc.) y que, por ser de enorme aplicación civil, es tremendamente bien recibida y considerada en cualquier catástrofe, y nadie discute entre la población toda asignación de medios.
Por lo tanto, todo esfuerzo en optimizar la UME potencia a las FF.AA. españolas y nuestro compromiso con el esfuerzo económico y defensivo de la UE, logrando, a la vez, tener un arma de ingenieros muy potente.
Más allá de este hito ya consolidado, según nos cuentan fuentes próximas, el Gobierno español, o mejor dicho el presidente Pedro Sánchez, quiere pasar también a la historia como el impulsor del tan necesario cuerpo de guardacostas. Si esto fuese así, y tan necesitado estamos de ello, que sería posiblemente uno de los mejores legados de su mandato.
¿Qué misiones tiene el servicio de guardacostas?
Los guardacostas o guardia costera ejercen la proyección del poder público en la mar. Con servicios que van desde búsqueda y rescate, inspección de las aguas territoriales y zonas económicas exclusivas, control de fronteras y aduanas, autoridad Marítima y Portuaria de policía, supervisión de la seguridad marítima, lucha contra la contaminación marina, a lucha contra el narcotráfico, y en tiempos de guerra, defensa de los puertos, vigilancia costera y patrullaje.
En España, actualmente esas funciones están divididas y repartidas entre diversas instituciones. Por un lado, está el Servicio Marítimo de la Guardia Civil (SEMAR), que cuenta con unos 1000 agentes y con más de 100 patrulleras.
También encontramos el Servicio de Vigilancia Aduanera (SVA) que se encarga de la lucha contra el contrabando, el blanqueo de capitales y fraude fiscal y depende de la Agencia Tributaria y cuenta con unos 2.000 agentes, e incluye 2 buques de operaciones especiales, 18 patrulleras, 21 buques de patrulla en alta mar de tamaño mediano, y alrededor de 50 pequeñas embarcaciones.
La Sociedad de Salvamento y Seguridad Marítima (SASEMAR) o Salvamento Marítimo que tiene la responsabilidad del control del tráfico marítimo, la seguridad de la navegación y las operaciones de búsqueda y rescate, pero no tiene competencias de autoridad policial. Depende de la Dirección General de la Marina Mercante del Ministerio de Fomento de España.
Y, por último, el más reciente Servicio de Guardacostas de Galicia, creado en 2004 y que es lo mismo que el SASEMAR, pero en aguas gallegas.
Todo esto forma un puzle donde en muchos casos se duplican o triplican presencia y lucha por las competencias, y en otros se produce un vacío absoluto de autoridad presencial.
¿Qué espera la Unión Europea de España?
En cuestión de defensa, a nivel económico y frío de datos espera una inversión cercana al 3% para 2030, cuando nos habíamos comprometido al 2% del PIB para 2029; lo que viene a ser unos 60.000 millones de € anuales, equivalente a cerca de 3 veces nuestro presupuesto en 2024.
En esfuerzo militar España añade mucho valor a la capacidad aliada frente a Rusia, y no es meramente un incremento del gasto militar porque destacamos en inversión y modernización sobre el total de gastos (30,4%) frente al 20% de la OTAN, el 28,4% de Francia e incluso medio punto por delante de USA. Y además porque invertimos bien, lo que nos permite ser el sexto país de la OTAN con mayor presencia global.
En este contexto, aparte de refuerzos enviados a combatir fuera de nuestras fronteras, lo que la UE espera de España es el control del eje Canarias – Baleares, y eso implica sobre todo potencia naval y aérea. Una inversión en medios de 20.000 millones €/año da, solo como ejemplo, para construir y armar 20 fragatas F-110 por año (el programa de fragatas F110, cuya orden de ejecución se firmó en 2019, contempla la construcción de cinco unidades por un valor de 4.325 millones de euros) o 200 EF-2000 Eurofighter (cuya nomenclatura española es C.16).
Dentro de ese esfuerzo económico y estratégico, la creación de un cuerpo de guardacostas, más similar al modelo estadounidense (los guardacostas de Estados Unidos, USCG, U.S. Coast Guard) es a la vez una fuerza policial y militar. Son una de las cinco ramas de las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos.
En el caso de España, con más de 8.000 kms. de costa, una dependencia total del suministro de hidrocarburos por vía marítima y con una de la mayores flotas pesqueras del mundo, el Gobierno tiene la responsabilidad de controlar las comunicaciones por mar, los derechos de explotación en la llamada zona económica exclusiva (hasta 200 millas mar adentro) la aplicación del derecho marítimo, la persecución de los actos delictivos, la protección de su entorno ecológico y el auxilio a las gentes de mar.
Además, esta iniciativa encaja perfectamente con el compromiso español con la OTAN y la UE, e impulsa en gran manera el sector de la construcción naval, donde somos casi autosuficientes.