¿Por qué la tecnología no consigue frenar la violencia de género?

La falta de impacto de la innovación en las estadísticas puede tener varias causas, como la falta de una perspectiva integral o la necesidad de una mayor cooperación y de algoritmos más eficaces.

Antonio M. Figueras

Periodista y escritor.

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La tecnología no consigue frenar el aumento de la violencia de género.
La tecnología no consigue frenar el aumento de la violencia de género.

En el momento de la escritura de este artículo, el número de mujeres asesinadas por violencia de género en España asciende a 28 en lo que va de 2024, cinco menos que en el mismo periodo del año anterior, según la estadística del Ministerio de Igualdad. Desgraciadamente, es muy posible que en el momento de la publicación la cifra se haya incrementado. Desde 2003 han muerto a manos de sus cónyuges o exparejas más de 1.200 mujeres. El año pasado, el número de mujeres víctimas de violencia de género aumentó un 12,1% con respecto a 2022. Triste realidad la de un país que no da con la clave para erradicar esta lacra.

Polémica con VioGén

El enfoque para frenar este tsunami de violencia ha de ser integral. Porque está claro que algo está fallando. "An Algorithm Told Police She Was Safe. Then Her Husband Husband Killed Her" es el título de una crónica de The New York Times, firmada por Adam Satariano y Roser Toll Pifarre. La información aborda la violencia de género en España y las supuestas bondades de VioGén, algoritmo utilizado por el Ministerio del Interior desde 2007 con el objetivo de realizar una evaluación sobre si una mujer víctima de violencia de género corre el riesgo de volver a sufrir algún tipo de maltrato. El texto relata un caso de 2022, en el que una mujer, tras haber sido catalogado su caso de bajo riesgo, murió apuñalada hasta la muerte por su marido.

Según cifras del Ministerio del Interior a 31 de julio de 2024 sobre el Sistema de Seguimiento Integral en los casos de Violencia de Género (Sistema VioGén), que recoge datos de Policía Nacional, Guardia Civil, Policías Autonómicas y Locales, en España hay 95.203 casos activos. El sistema no apreció riesgo en 37.280 registros y percibió un riesgo bajo en 41.972. La suma de ambos supuestos (79.252) representa el 83%.

Eficacia en entredicho

El artículo incide en que el 8% de las mujeres que el algoritmo determinó que estaban encuadradas en un riesgo insignificante y el 14% en riesgo bajo, informaron haber sido atacadas de nuevo. La investigación de The New York Times señala que 55 mujeres asesinadas habían sido calificadas por VioGén como de riesgo insignificante o bajo.

La eficacia del sistema está en entredicho. Un estudio realizado en 2022 por la Fundación Éticas, especializada en auditoría algorítmica, y la Fundación Ana Bella, una red de mujeres supervivientes de la violencia machista, mostró fallos en el proceso, que comienzan en un primer momento, con el cuestionario que tienen que completar las víctimas, como la falta de transparencia o la dificultad para responder en un contexto emocional nada apropiado.

El Ministerio del Interior se defiende las críticas con la afirmación de que solo el 0,03% de las víctimas de violencia de género que han denunciado han sido asesinadas tras la evaluación de VioGén.

Un policía nacional, experto en tecnología que prefiere no dar su nombre, reconoce a Escudo Digital que "lo que falla es la ley, los dispositivos funcionan, pero si un hombre se salta una orden de alejamiento y no cumple la prisión de al menos seis meses, la norma no ampara a las mujeres". "Las pulseras de geolocalización resultan una buena herramienta, pero se necesita que al maltratador se le quiten las ganas de quebrantar una orden de alejamiento", subraya.

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La eficacia del sistema VioGén está en entredicho.

 

Las posibilidades de la inteligencia artificial

El impacto de las nuevas tecnologías en la lucha contra la violencia de género motiva cierta polémica en la opinión pública porque no se percibe de manera contundente su eficiencia o no sirve de manera importante para reducir las escalofriantes cifras. El Ministerio de Interior ha implementado otras herramientas para proteger a las víctimas: el sistema de seguimiento por medios telemáticos de las medidas y penas de alejamiento, la monitorización e instalación de los dispositivos desarrollada por el Centro de Control Cometa o AlertCops (aplicación móvil que permite la comunicación con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado). Los últimos avances tecnológicos deberían ayudar a frenar este cúmulo de maldad, gracias, por ejemplo, a aplicaciones gratuitas basadas en la geolocalización.

The Minority Report, relato escrito por  Philip K. Dick en 1956, y llevado al cine en 2002 por Steven Spielberg, describe una sociedad donde se pueden predecir los delitos antes de que ocurran. El uso de la inteligencia artificial (IA) contra la violencia de género sin duda contribuirá a limitar los efectos de esta lacra, pero no conviene perder de vista que es un problema complejo que requiere una solución integral. Y que no se vislumbra la capacidad predictiva de la ciencia ficción.

Detección del miedo

Las posibilidades de la IA para luchar contra la violencia de género incluyen su capacidad para la detección del miedo y peligro en la voz de mujeres maltratadas. A ello dedicó la tesis"Computación afectiva multimodal en dispositivos wearable con aplicaciones en la detección de la violencia de género" la investigadora Esther Rituerto González. Este trabajo fue distinguido por la Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género en los premios a tesis doctorales sobre violencia contra la mujer.

Rituerto detalla el proceso de identificación: "La IA se basa principalmente en algoritmos de aprendizaje. Un modelo o un algoritmo de IA es capaz de aprender patrones en los datos que puede observar o en los datos que analiza. Y es capaz de hacer predicciones sobre esos patrones. Utilizamos la inteligencia artificial en datos especialmente de voz humana, de habla y en señales, bioseñales como la temperatura corporal, porque lo que queremos analizar es cuando una mujer está en una situación de peligro y lo hacemos a través de esas señales".

Ingeniera de sistemas audiovisuales, Rituerto trabaja en la  actualidad como investigadora posdoctoral en el Hospital Universitario LMU Klinikum, de la Universidad Ludwig Maximilian de Múnich (LMU), donde desarrolla modelos basados en IA para el diagnóstico precoz de trastornos mentales mediante neuroimagen.

Solución con muchos frentes

Su tesis nació en el seno de UC3M4Safety, un proyecto de la Universidad Carlos III de Madrid con un equipo multidisciplinar que busca el desarrollo de dispositivos electrónicos que puedan detectar el miedo en una víctima de violencia de género gracias su voz o constantes vitales. La herramienta consta de un colgante con un micrófono para la captación de sonidos y una pulsera para la detección de marcadores biológicos de la usuaria. Ambos dispositivos están vinculados a un teléfono inteligente conectado a un sistema en la nube. La IA permite calibrar cuándo una situación es de riesgo.

¿Para cuándo podría estar en funcionamiento? Rituerto precisa que el estudio, en marcha desde 2019, "cuenta con muchos equipos involucrados de la Facultad de Ingeniería, del Instituto de Estudios de Género". "Ahora existen varias versiones de hardware y software y se han realizado pruebas de laboratorio. Se está en contacto con la Policía y los ayuntamientos de Getafe y Leganés para llevar a cabo pruebas de campo, pero es complicado estimar cuándo estará disponible para el público en general", añade.

"La causa latente del problema ―afirma― está muy relacionada con la desigualdad estructural de género, que se basa en el sistema patriarcal de la sociedad y en un desequilibrio que hay de poder entre mujeres y hombres. Las soluciones implican muchos ámbitos: tecnología, educación, medios legales y sociales, la correcta asignación de recursos, prevención y protección de víctimas”. Un aspecto muy destacado de la investigación que realiza Rituerto es que “la consecuencia más prevalente de la violencia de género es el estrés postraumático, como el que sufren los soldados tras una guerra".

Falta cooperación

Los avances científicos en la filiación de los factores de riesgo de feminicidio y el desarrollo de la tecnología no están frenando los casos de violencia de género. ¿Pero cuáles son los posibles motivos? ¿Se necesita más inversión de la administración, fuerzas policiales, universidades, centros de investigación, empresas privadas? La psicóloga y criminóloga Esperanza García-Vergara estima que falta "mayor colaboración entre investigación y práctica profesional, una actualización a todos los niveles que incluyan las nuevas tecnologías".

Un grupo de investigadores del departamento de Métodos Cuantitativos de la Universidad Loyola Andalucía, con la doctora García-Vergara entre ellos, ha demostrado que la utilización de la IA en el análisis de datos relevantes de documentos legales permite conocer los patrones y así contribuir a predecir el feminicidio. El estudio analiza 491 sentencias de tribunales penales sobre agresiones a mujeres en el seno de la pareja y la conclusión es que este sistema ayudaría a la prevención del 75% de los casos de violencia de género.

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Los algoritmos pueden ayudar a predecir los riesgos de sufrir violencia de género.

Publicada en la revista Scientific Reports, la investigación "Artificial intelligence extracts key insights from legal documents to predict intimate partner femicide" (García-Vergara, E., Almeda, N., Fernández-Navarro, F. et al.). analiza sentencias de delitos perpetrados contra mujeres por hombres que eran sus exparejas, compañeros, exmaridos o esposos.

El equipo utilizó 14 algoritmos de aprendizaje automático con el objetivo de identificar elementos específicos. Los resultados demostraron que la predicción puede ser más precisa si se incluyen más variables. Si a los antecedentes penales y las sanciones (métodos tradicionales de análisis) se le suman las circunstancias y la naturaleza de la violencia, y la letalidad las posibilidades predictivas crecen.

Conocimiento experto

Las nuevas tecnologías no están frenando la violencia de género. Según García-Vergara, "el uso de la tecnología necesita además cierto conocimiento experto detrás, conocer los estudios anteriores”. “No se trata de introducir toda la información que tengamos de un caso, sino aquella que pueda ser también relevante. Nosotros hemos incluido información relativa al momento en el que ocurre el delito, el lugar y la letalidad", apunta.

La doctora indica que la IA "puede ayudar a superar los métodos estadísticos clásicos, que terminan obviando patrones no significativos". "Nuestra hipótesis es que los casos pueden corresponder a esta minoría, que aunque sea minoritario no es menos relevante. Entonces, la IA permite atender los casos más complejos", aclara. "La IA puede ser más precisa al manejar información diversa y compleja al mismo tiempo porque identifica las diferentes interacciones de variables, imprimiría más rapidez a la respuesta de las instituciones", sentencia.

Sobre la críticas a VioGén, García-Vergara apuesta por introducir "algoritmos que realicen análisis cruzados". Sostiene que, para poner freno a la violencia de género, "se debería contar con la opinión de investigadores, de expertos en diferentes áreas, como la judicial o la policial". Considera que solo con mensajes como 'Ni una más' no se soluciona el problema: "Lo importante es qué estamos haciendo para no haya ninguna más. Falta el análisis para identificar qué está pasando realmente, qué se puede hacer para mejorar la colaboración con instituciones, con investigadores".

Pendiente de firmar un convenio con la Policía Autonómica de Andalucía, el equipo aspira a poder analizar los datos del Ministerio del Interior o de las entidades que quieran cruzarlos con el objetivo de avanzar en la prevención de la violencia de género.