En casos de emergencia vital, cada segundo cuenta. Recibir los primeros auxilios en el momento adecuado puede marcar la frontera entre la vida y la muerte en el caso de accidentes de gravedad, y eso es precisamente lo que pretende ofrecer un nuevo vehículo futurista capaz de volar a 456 kilómetros por hora: la posibilidad de que un profesional médico puede llegar antes a los lugares donde las ambulancias tienen problemas para hacerlo.
El nuevo JA1 Pulse es un vehículo eléctrico volador (evTOL) capaz de aterrizar en muchos lugares donde otros no pueden hacerlo, y donde las ambulancias tardan en llegar –de media- unos 30 minutos más. Incluso en entornos urbanos acelera el periodo de asistencia, llegando en cuatro minutos donde los vehículos asistenciales tardan ocho minutos en hacerlo.
Esta ambulancia voladora tiene capacidad para una sola persona y el material médico que la acompaña. El objetivo es que el profesional sanitario que se encuentra dentro puede realizar los primeros auxilios en un tiempo récord. Esos pocos minutos entre la llegada del eVTOL y la del vehículo estándar permitirán salvar más vidas.
Según sus desarrolladores, una startup californiana fundada en 2019, este vehículo es capaz de llegar a cualquier lugar dentro de un radio de 50 km en menos de 10 minutos. Está especialmente pensado para acceder a montañas, zonas rurales y edificios muy altos, así como para evitar atascos de tráfico que pueden tener consecuencias funestas.
Equipado con ocho baterías independientes de 11 kWh y un único puerto de carga rápida, este vehículo volador ofrece una velocidad máxima de 463 km/h. También es fácil de transportar cuando sea necesario (en un remolque de plataforma, sin necesidad de desmontarlo) y de mantener.
El vehículo es parte de un proyecto más amplio que aporta una nueva perspectiva de futuro a la atención de emergencia, incluyendo a los bomberos, a servicios de rescate e incluso a operaciones policiales. El eVTOL Pulse se enviaría al mismo tiempo que otro vehículo de emergencias principal tradicional.
Este concepto innovador y futurista ha sido desarrollado por Carl Dietrich, el fundador de la empresa Jump Aero junto con Jeff Myjak y Katerina Barilov. Dietrich, graduado del MIT, hizo su primera incursión en el sector de los aviones eléctricos con la firma Terrafugia.
Solo cuatro años después, revela La Vanguardia, la start-up ha conseguido un importante pedido de la compañía australiana Electro Ventures, que operará diez JA1 Pulse eVTOL en el país oceánico. Un comienzo prometedor para un vehículo revolucionario que saca todo el partido a la tecnología eléctrica de despegue y aterrizaje vertical.