Regresa a las calle de España el conocido fraude del retrovisor roto, ahora con algunos matices nuevos. Las posibles víctimas se encuentran notas en sus coches, dejadas por hackers que simulan ser de la compañía de seguros del supuesto automóvil que ha causado el desperfecto o por el conductor del susodicho.
La Dirección General de Tráfico (DGT) está muy ocupada con diversos casos que suponen intentos de phishing o de robo de datos. De hecho, ha advertido este mismo mes de una campaña de fraude con multas como gancho y ha reiterado que las infracciones no se notifican nunca a los usuarios por SMS o correo electrónico, solamente por correo postal o a través de la Dirección Electrónica Vial, si se está dado de alta.
Y en mayo alertó sobre la posible venta de datos del total de conductores registrados en la base de la DGT (27 millones). La detección de un acceso ilícito destapó las sospechas del posible robo de información relativa a vehículos, conductores o matriculas. Tras la denuncia, el Grupo de Investigación y Análisis de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil (GIAT) continúa las investigaciones.
Proceso del engaño
El nuevo intento de estafa cuenta con que está diseñado para que cualquier pueda caer en el engaño. Al ir a recoger el automóvil, la posible víctima se topa con una situación desagradable: retrovisor roto, abolladura, roce en la chapa. El supuesto chófer del supuesto coche que ha ocasionado el desperfecto coloca en el parabrisas una nota en la que solicita las disculpas y deja el número de teléfono de contacto para proceder a la reparación de daños.
Si el inocente pica, aquí prosigue el proceso de la estafa. La víctima llama y la compañía de seguros de pega le comunica que se pondrán en contacto para cubrir los gastos de la reparación. Hasta aquí, solo era peligro. A partir de este momento, comienza la verdadera amenaza. Tras recibir el mensaje de la falsa compañía de seguros del coche culpable, donde existe un enlace para realizar una videollamada, el inocente cae en la redes de los ciberestafadores cuando accede al link. Los cibermalos pueden utilizar una aplicación de tipo espejo, que les facilita observar en remoto lo que la víctima hace con el teléfono, y así poder conocer las claves de su cuenta o de otros datos personales.
Dos son los consejos para evitar este tipo de estafas: el primero, contactar directamente con la compañía de seguros, y el segundo, huir de enlaces sospechos recibidos mediante mensajería o redes.
Timo presencial
En 2021 se activó un timo que databa de 2017, una estafa del retrovisor presencial, con algunas variaciones respecto al actual. El delincuente elegía su víctima, normalmente una persona de avanzada edad, y chocaba contra su coche. Procuraba que al hacerlo sus retrovisores (los del estafador), queden dañados.
En lugar de proceder a intercambiar los documentos con calma y a hacer el parte, culpaban al conductor víctima del engaño. Le exigían con prisas, para no darle tiempo a pensar, el parte. Posteriormente el estafado hablaba con una persona que se hacía pasar por un empleado de la aseguradora. Le comunicaba que el coste de la reparación era elevado, por lo que ofrecían a la víctima la posibilidad de pagar en efectivo. Así conseguían hacerse con una cantidad que oscilaba entre los 1.200 euros y 1.500 en concepto de reparación del retrovisor