¿Qué tipo de coche me compro? La respuesta según los expertos, especialmente los taxistas, que de esto saben mucho, está clara: un híbrido para tener dos ases en la mano. Por una cuestión simplemente práctica, porque ignoramos lo que puede ocurrir en el futuro. Los coches eléctricos no parecen la solución al calentamiento global, como afirman algunos estudios que señalan que generan muchos desechos contaminantes y su fabricación genera más C02 que los de gasolina, pero está claro que en la Agenda 2030 están mejor vistos que los coches de gasolina o Diesel, y algunos vehículos viejos, por mucho que la gente se empeñe en seguir comprándolos, no pueden ya circular por el centro de muchas ciudades.
La crisis energética ha pillado con el pie cambiado a la industria automovilística que apostaba por los coches eléctricos. Pero ese no es solo el problema, parece ser que no son tan seguros como parecen.
Muy pocos se preguntan qué pasa con la seguridad de los coches eléctricos. Según publica la web Nius, existe un peligro desconocido por muchos hasta ahora, la electrocución por culpa del embalamiento térmico. Cita el mencionado medio a Antonio Novillo Piris , Jefe de Equipo de los Bomberos en la localidad madrileña de Alcorcón, quien ha manifestado: "El máximo peligro es que se dañe el blindaje de la batería y le entre aire, que origine un cortocircuito y provoque lo que se llama un 'embalamiento térmico'. Esto origina un incendio muy rápido, súbito. Para evitarlo uno de los bomberos debe vigilar constantemente con una cámara térmica la temperatura. Otro de los riesgos es que la batería no se haya desconectado al saltar el airbag por ejemplo, porque haya un fallo en el sensor o en el sistema que abre el circuito, y al ir a cortar alguna de las estructuras, cortemos un cable de alta tensión, produciendo una descarga y nos electrocutemos".
No debemos de olvidar que la intensidad eléctrica, por mucho que nos hablen de su carga como si fuera la de una aspiradora Rumba, es muy superior a la que se obtiene en una red doméstica.
La importancia de las hojas de rescate
Tiene que haber hojas de rescate con las instrucciones muy claras para el caso de que los bomberos deban intervenir, y siempre sin que esto suponga ningún tipo de sobrecoste para el usuario final. Cada coche eléctrico es distinto, y también sus sistema de cableado, y los bomberos no pueden conocerlos todos.
El mantenimiento de un coche eléctrico es caro. Solo hay que recordar el caso del finlandés que destrozo el suyo haciéndolo explotar porque no lo compensaba gastarse 20.000 euros en repararlo. Metió dentro del coche un maniquí con la cara pegada de Elon Musk.
Por eso asegurarlos suele ser más caro. Según asegura Nius, en el caso de que el coche colisionen y se deforme la estructura, se pueden provocar fugas de energía. Y en estos casos los bomberos deben ir siempre provistos de guantes de alto voltaje y un equipo especial. Lo fundamental es enfriar la batería con mangueras y recurrir a una cámara de imagen térmica que controle un posible aumento de la temperatura.
Y es que sabemos que el agua, lo que tradicionalmente utilizan los bomberos para apagar el fuego, no hace buenas migas con la electricidad. Por eso es tan importante que el coche disponga de instrucciones sobre sus sistemas de cableado y seguridad. Los bomberos deben apagar la estación de carga o quitar el cable, evitando la transmisión de electricidad al vehículo. Solo en ese momento podrán apagar el fuego con agua. En algunos países se recurre a tanques en los que sumergen completamente el vehículo.
¿Qué puede hacer el usuario cuando hay riesgo de incendio tras un accidente o se han quedado atrapados? Quitar el contacto, poner el modo parking y el freno de mano y "llevar en la boca", como vulgarmente se dice en sentido figurado, la ficha del rescate, o lo que es lo mucho mejor, en el parasol.
Se puede descargar en la web del fabricante. También puede llevar el código QR para descargarse la ficha en el momento, pero por si acaso se ha quedado sin batería del móvil, no está mal recurrir previamente a una impresora cuando nuestra vida está en juego.