¿Qué tiene que pasar para que Pedro Sánchez haga las cosas bien en la tragedia de la DANA en Valencia? En medio de una devastadora catástrofe que ha afectado seriamente al sudeste de Valencia, el debate sobre la gestión de emergencias y la ayuda internacional se ha intensificado en España.
Mientras el presidente Pedro Sánchez ha pedido públicamente a las autoridades de la Generalitat Valenciana que soliciten recursos adicionales si los necesitan, la decisión de no activar el sistema de respuesta de la OTAN ha suscitado polémica y preguntas sobre la estrategia del Gobierno central para enfrentar la situación.
La respuesta de la OTAN en emergencias internacionales
La OTAN cuenta con un Centro Euroatlántico de Coordinación de Respuesta a Desastres (EADRCC), que se ha destacado en los últimos años como un mecanismo de respuesta rápida ante emergencias civiles graves en Europa y sus alrededores. Este centro ha sido activado en situaciones recientes de desastre, como las inundaciones en Eslovenia y el terremoto en Turquía, respondiendo con rapidez y coordinación a las necesidades de estos países.
En el caso de Eslovenia, el gobierno solicitó ayuda dos días después de las graves inundaciones que causaron siete muertes y daños significativos. La OTAN coordinó el envío de helicópteros y 200 efectivos, así como puentes modulares prefabricados que facilitaban la reconstrucción de infraestructura.
De forma similar, el devastador terremoto de Turquía de 7.7 grados en febrero de 2023 también activó una respuesta inmediata: la OTAN proporcionó equipos de emergencia médica, búsqueda y rescate en áreas urbanas y tres hospitales de campaña.
Este tipo de cooperación muestra el valor del EADRCC como un recurso esencial en situaciones de emergencia en las que los países no pueden atender completamente las necesidades de sus ciudadanos.
La injustificable demora de España en activar la ayuda de la OTAN
A pesar de estos precedentes, el gobierno de Sánchez aún no ha solicitado el apoyo de la OTAN, una decisión que ha generado inquietud. Según las declaraciones del propio presidente, el Gobierno central está listo para ayudar a la Comunidad Valenciana, pero insiste en que es la Generalitat quien debe pedir recursos adicionales.
Mientras tanto, desde el EADRCC han expresado su plena disposición a coordinar la entrega de asistencia internacional si las autoridades españolas lo solicitan. Este organismo, que suele actuar con rapidez ante peticiones de ayuda, se ha mantenido en espera de una solicitud formal de España, mientras la situación en Valencia sigue siendo grave.
La falta de una solicitud formal contrasta con la respuesta rápida que ofreció España a Eslovenia tras las inundaciones de agosto de 2023, cuando el gobierno español envió un helicóptero y ofreció apoyo militar. En este caso, la demora ha sido notable, y los críticos señalan que el Gobierno podría estar poniendo en riesgo la seguridad y el bienestar de los ciudadanos valencianos al no recurrir al sistema de respuesta de la OTAN.
La fallida estrategia de Pedro Sánchez
La postura de Sánchez ha sido objeto de críticas, tanto por sectores de la oposición como por analistas y ciudadanos. Estos cuestionan por qué, si otros países han pedido ayuda internacional de manera rápida y efectiva, España ha decidido mantener una postura de espera. Desde algunos sectores, se interpreta que el Gobierno está más centrado en delegar la responsabilidad a la Generalitat que en tomar la iniciativa en la coordinación de una respuesta robusta que incluya a la OTAN.
La situación recuerda también las palabras de la ministra de Defensa, Margarita Robles, cuando se refirió a la importancia de las primeras horas en emergencias tras el terremoto de Marruecos. Robles afirmó entonces que "las primeras horas son esenciales" y ofreció el despliegue de la Unidad Militar de Emergencias (UME) y el Ejército del Aire para ayudar a Marruecos. Ante el desastre en Valencia, las palabras de Robles cobran especial relevancia, ya que la falta de una respuesta coordinada y rápida parece contradecir las recomendaciones anteriores del propio Gobierno.
La relevancia de una respuesta coordinada
Activar la ayuda de la OTAN no significa ceder el control de la situación, sino permitir que recursos adicionales se movilicen rápidamente y refuercen los esfuerzos locales. La OTAN ofrece capacidades únicas que no siempre están disponibles en los países individuales, como helicópteros especializados, equipos de rescate de alta capacidad y estructuras temporales de infraestructura. En un contexto en el que la colaboración y el apoyo internacional pueden marcar la diferencia en la rapidez y eficacia de la respuesta, contar con la OTAN habría permitido a España gestionar la crisis de forma más eficiente.
Países como Turquía y Eslovenia ya han mostrado cómo la OTAN puede actuar en un corto plazo con una asistencia tangible, entregando recursos de valor incalculable que complementan las capacidades nacionales. La demora en solicitar ayuda, según varios expertos en emergencias, no solo pone en riesgo a los afectados, sino que también genera un costo humano, emocional y económico en la comunidad afectada.
El desastre en Valencia podría ser una oportunidad para que el Gobierno español evalúe y ajuste su protocolo de respuesta ante emergencias graves. Si bien las competencias autonómicas y nacionales pueden resultar complejas, la necesidad de actuar rápidamente en situaciones de desastre requiere una visión clara y decidida. Contar con la ayuda de la OTAN habría facilitado recursos que, de otro modo, tomarían más tiempo en movilizarse o simplemente no estarían disponibles a nivel nacional.
La situación actual subraya la importancia de activar todos los recursos posibles, especialmente cuando se trata de proteger la vida y el bienestar de los ciudadanos. En una comunidad europea y global que enfrenta emergencias cada vez más frecuentes y graves, España podría beneficiarse de una estrategia de respuesta rápida que incluya la cooperación internacional de manera automática.
De momento, Valencia necesita urgentemente la ayuda de la OTAN. Pedro Sánchez no mueve ficha.