Amazigh (significa hombre libre) es rifeño y nacionalista, su mujer también es nacionalista pero catalana, y cada vez que la quiere enfadar le recuerda que “el Rif fue república independiente desde septiembre 21 a mayo 26, y que para acabar con ella fue necesario el desembarco hispano-francés de Alhucemas; en el caso de la república catalana, duró tres días en el 31 (Francesc Macià) y unas horas (el 27 de octubre de 2017) con su presidente huyendo en el maletero de un coche”. Hoy estará contento, muy contento.
El sábado 2 de marzo, su movimiento, el Partido Nacional del Rif (PNR), inauguró su representación oficial en Argel, en Poirson, precioso barrio residencial donde hay muchas embajadas (México, Portugal, Brasil, etc.) y casi enfrente de la de EE.UU., en una villa propiedad de las autoridades argelinas.
Esta “bofetada diplomática” a Marruecos se siente en el gobierno marroquí de manera similar a si ETA hubiese abierto representación oficial en el XVIe arrondissement en Paris.
Tras celebrar la inauguración de su sede, los primeros movimientos del PNR han sido invitar al Polisario a coordinar sus acciones “para hacer frente a la ocupación marroquí” y su disposición a "establecer una oficina" en los campamentos de Tinduf.
El portavoz del Partido Nacionalista del Rif ya había pedido a Argelia que abriera sus centros de entrenamiento militar para sus miembros. Desde la recuperación o “invasión” (según PNR) del Rif por Marruecos (1956), no cesan los diferentes movimientos independentistas rifeños que reivindican su propia independencia de Rabat.
Protectorado español
El RIF se distingue del resto de Marruecos desde la época de los dos protectorados (1913-1956). El Rif estaba bajo protectorado español con Tetuán como capital, y el resto de Marruecos estaba bajo protectorado francés con Rabat como capital.
Desde la recuperación del Rif por Marruecos (7 de abril de 1956), ha habido hasta hoy movimientos independentistas rifeños que reivindican su independencia. De hecho, el actual poder y “supuesta” unidad de Rabat sobre el territorio de Marruecos es mucho más frágil de lo que se pueda creer, visto desde Europa.
El poder político del Sultán de Marruecos, tradicionalmente, no ha superado el 25% de su mapa actual: las franjas incluidas entre Tánger, Fez y Rabat; y Rabat, Marrakech y Mogador; el denominado ‘Blad el-Majzen’ o zona del Gobierno.
El resto del “actual” Marruecos es lo que se denomina ‘Blad es-Siba’ o zona rebelde; unida a Rabat por la presencia del Ejército Real.
Este no reconocido poder político se ampliaba en influencia religiosa a través de la colaboración de los ulemas (“los que saben”) como consejo de hombres doctos y religiosos, en Fez y Marrakech, las capitales del Norte y Sur del país.
Esta dualidad de influencia religiosa (grande) y reconocimiento de poder político (pequeño) intenta ahora ser aprovechada en su enfrentamiento tanto por el gobierno de Argel (reconociendo al Rif, al igual que al Sahara, como territorios soberanos) y por Irán (esto mucho más peligroso), encantado como estado chiita de liársela lo más posible a la monarquía sunita marroquí; más aún cuando crece la protesta propalestina en Marruecos mientras Mohamed VI y sus hermanas mantienen cada vez más negocios con Israel.